¿Qué diferencias hay entre el asesinato y el homicidio?

¿Qué diferencias hay entre el asesinato y el homicidio?

En España no se usan los términos “homicidio en primer grado” o “en segundo grado”, que frecuentemente escuchamos en las películas y telefilmes americanos. En nuestro país solamente existe el homicidio y el asesinato.

Hay homicidio cuando una persona causa la muerte de otra. Si el autor tiene la intención de matar, nos hallamos con el homicidio “a secas” u homicidio doloso.

En cambio, si la muerte se produce como consecuencia de una imprudencia, como ocurre con los accidentes de tráfico o laborales, se trata de un homicidio imprudente o culposo.

Como no tiene la misma gravedad matar a alguien de propósito, que hacerlo por no haber puesto el cuidado suficiente, la pena también es distinta.

Sin embargo, la forma más grave de matar es el asesinato. Ocurre cuando la muerte tiene lugar con alevosía, ensañamiento o concurrencia de precio.

Veamos cada una de estas tres circunstancias.

En primer lugar, existe alevosía cuando se comete el delito empleando un medio o forma destinado a privar de defensa a la víctima. Por ejemplo, encontrándose una pareja en trámites de separación, el marido aprovechó que su mujer estaba distraída hablando por teléfono para acercarse a ella de forma sorpresiva, agarrándola por el cuello y clavándola repetidamente en la espalda una navaja.

¿Tuvo la mujer posibilidad real de defenderse?. No, pues el agresor aprovechó la situación de descuido de la esposa. Se trata de un caso real que ocurrió en enero de 2005.

Por suerte, en este caso la mujer no falleció, pero el agresor fue condenado por intento de asesinato, ya que se declaró probado que los navajazos se habían realizado con intención de matar.

También existe asesinato cuando concurre ensañamiento. Consiste en aumentar deliberada e inhumanamente el sufrimiento de la víctima, causándole padecimientos que no son necesarios para causar la muerte.

En un caso real ocurrido en una localidad de Madrid en el año 2004, el asesino asestó a la víctima un total de 49 puñaladas en distintas partes del cuerpo (en la cabeza, cara, cuello, pecho, manos, piernas, costado), hasta que la mató, y lo hizo con el propósito de causarle un mayor mal ya que era consciente de que la mayoría eran innecesarias para matarla.

¿Qué hubiera ocurrido si la víctima hubiera fallecido con la segunda puñalada?. No se hubiera apreciado ensañamiento, porque las restantes 47 no hubieran creado un sufrimiento añadido a la víctima, ya que la misma ya había fallecido.

Por último, también existe asesinato cuando el culpable actúa por precio, recompensa o promesa. En este caso, la mayor gravedad deriva del móvil económico que guía la actuación del asesino.

La calificación de una muerte como homicidio o como asesinato no es baladí. Mientras que el homicidio lleva consigo una pena de hasta 4 años si es imprudente, o de hasta 15 años si es intencional o doloso, el asesinato puede ser castigado con una pena de hasta 25 años.

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