El Código de Hammurabi, el primer código penal y civil de la Humanidad, se escribió sobre columnas de piedra
El Rey del Imperio Babilónico: Hammurabi; quitó el poder de administrar justicia a los sacerdotes y se lo dio a funcionarios de su Reino. A la derecha, la columna de basalto que se conserva en el Louvre y que contiene el primer código penal y civil de la historia de la Humanidad.

El Código de Hammurabi, el primer código penal y civil de la Humanidad, se escribió sobre columnas de piedra

El Código Hammurabi, datado hacia el año 1700 antes de nuestra era, representa al rey Hammurabi de Babilonia recibiendo de Samash, dios del Sol y la justicia, las reglas a cumplir para fomentar el bienestar entre las gentes.

En la Antigüedad, eran «los dioses» quienes dictaban las leyes a los hombres. Por eso, las leyes eran sagradas.

Una prueba de dicho Código se encuentra sobre en el Museo del Louvre, de París. Es una columna de basalto negro de dos metros de alto. Sin duda alguna es una de las mayores maravillas que nos ha legado la antigüedad y uno de los primeros intentos legislativos de la Humanidad.

Consta de un prólogo, 282 leyes y un epílogo, donde se regula la vida social y económica en todos sus aspectos, estableciendo un riguroso e implacable sistema penal, basado por lo general en la conocida “Ley del Talión”, o lo que es lo mismo “ojo por ojo, diente por diente”.

Así, quien cometía un delito era sancionado con un castigo similar al daño ocasionado.

Según el Código, por ejemplo:

“Si un hombre destruye el ojo a otro hombre, se le destruirá el ojo”, o:

 “Si un hombre destruye el hueso a otro hombre, se le romperá un hueso a él”.

PENA DE MUERTE PARA VAGANCIA O FALSOS TESTIMONIOS

La pena de muerte era frecuente aún para delitos menores, como la vagancia o los falsos testimonios, entre otras cosas.

Es lógico que, ahora, con la visión de 2018, este Código nos parezca cruel, e incluso brutal, por establecer el principio de proporcionalidad de la venganza, es decir, la relación entre la agresión y la respuesta.

Sin embargo, en su momento supuso una innovación, ya que era una forma eficaz de contención contra la venganza sin límite a la que anteriormente estaban sometidas las personas.

Babilonia se encontraba en lo que hoy es el moderno Irak.

Babilonia se encontraba en lo que hoy es el moderno Irak.

ANTES DE HAMMURABI LOS JUECES ERAN LOS SACERDOTES

Antes de la llegada de Hammurabi al poder, eran los sacerdotes del dios Samash los que ejercían como jueces.

Es Hammurabi el que establece que sean sus funcionarios quienes hicieran ese trabajo, mermando así el poder de los sacerdotes y fortaleciendo el suyo propio.

Para ello, Hammurabi recopiló en este Código todas las leyes civiles y penales existentes y las mandó grabar en columnas de piedra que se distribuyeron en todo el reino para que el pueblo conociera la ley y sus castigos.

Con ello se intentaba impedir que cada uno «tomara la justicia por su mano».

Antes, sin la existencia de ley escrita, era fácil que cada juez actuase como más le conviniera.

La repercusión del Código en la historia del Derecho es indudable, y muchos de sus preceptos son recogidos en las legislaciones de hebreos, griegos y romanos.

Además, su percepción de que la Ley se consolida y conoce gracias a la escritura pervive hoy en la mayoría de los sistemas jurídicos modernos.

Babilonia, la ciudad desde la que gobernaba su imperio el Rey Hammurabi.

Babilonia, la ciudad desde la que gobernaba su imperio el Rey Hammurabi.

Jerarquía de la sociedad

En la época ya existía una división de clases sociales que se vio reflejada en el código de Hammurabi.

La primera categoría eran las personas libres, eran reconocidos jurídicamente y podían tener responsabilidades en cargos públicos. Dentro de las personas libres también existían diferentes niveles que dependían de la procedencia familiar, del nivel de estudios y de la riqueza, algo reflejado en el código.

Estas personas eran los gobernantes, sacerdotes, mercaderes, y una clase libre media.

La siguiente categoría eran los esclavos y esclavas, que tenían muy pocos derechos o carecían de ellos. Los esclavos podían ser propiedad de personas libres, ser vendidos, comprados o cedidos. Pero según el código, podían tener negocios, ser dejados en libertad y casarse con personas libres. Aparte de convertirse esclavo por nacimiento al ser hijo de esclavos, podían adquirir esta condición social por ser prisionero de guerra o no pagar una deuda.

La tercera clase social es un paso intermedio entre la libertad y la esclavitud, llamados «mezquinos», formado por los esclavos que habían sido liberados. Dentro de esta categoría, que era muy numerosa, se encontraban los trabajadores: pescadores, pastores, prestadores de servicios.

Según la ley, dar refugio o ayudar a un esclavo a escapar estaba penado con la muerte.

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