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El decálogo del ministro Catalá para llegar a una Justicia moderna y eficaz

El decálogo del ministro Catalá para llegar a una Justicia moderna y eficaz
22/2/2017 05:59
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Actualizado: 20/12/2017 16:30
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En vísperas de la Sectorial que tendrá lugar este miércoles donde el propio ministro de Justicia, Rafael Catalá y sus colaboradores más estrechos mantendrán una reunión de trabajo con las CCAA con competencias transferidas en Justicia, hemos conocido, tras una intervención del propio ministro en los desayunos de Europa Press, las diez cuestiones que le preocupan en materia de justicia.

Frente a un auditorium plagado de operadores jurídicos de diversa índole, Ministros de Asuntos Exteriores y del Interior y personalidades de nuestra vida parlamentaria, Catalá ha dibujado aquellos aspectos que desde Justicia quiere abordar con el apoyo dichos interlocutores jurídicos. Es evidente que identificados los asuntos de interés, ahora tendrá que pelear en Moncloa para tener los recursos suficientes económicos y materiales para llevar a buen puerto su Plan de Acción.

1.  Concepto de justicia ágil y eficiente

Desde esta perspectiva volvió a mostrarse partidario de una nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECRIM) que otorgue la dirección de la investigación al fiscal, cree la figura del juez del garantías y establezca un proceso penal menos complejo y largo.

En este debate abierto sobre este tema, Catalá es consciente de la necesidad de necesario reformar el Estatuto Fiscal de tal forma que se proteja la autonomía de los fiscales, siempre desde la legalidad e imparcialidad y manteniendo la unidad de actuación y la jerarquía que existe en otros países. Sin esa reforma estatutaria que hasta ahora no se ha logrado poco se podrá conseguir.

2. Problemas en el orden civil para la ejecución de sentencias

Hasta el 38 por ciento de las causas civiles no llegan a ejecutarse, lo que genera un auténtico quebradero de cabeza para los propios ciudadanos. A este respecto, habilitar a los procuradores para que colaboren en este contexto no parece una idea descabellada que solo necesitaría una reforma de la Ley de Enjuiciamiento Civil.

Otro aspecto que cito el Ministro de Justicia fue la necesidad de dotar de medios a la justicia y asi mejorar la gestión. A este respecto parece lógico volver a la iniciativa de la oficina judicial y que ésta tenga un desarrollo en paralelo al propio modelo de los fiscales. El Ministro advierte que junto con la creación de nuevos juzgados es fundamental optimizar los recursos existentes. Apuesta por un Registro Civil Público y digitalizado y contempla también la aparición de juzgados especializados.

3. Apostar por métodos como el arbitraje y la mediación

En este decálogo que Catalá presentó este martes llamó la atención poderosamente la llamada que hizo a los operadores jurídicos sobre la necesidad de generar un cambio cultural en nuestro país. Parece que el Ministro va a apostar por estos métodos extrajudiciales y se espera con impaciencia que entre en funcionamiento la Unidad de Arbitraje y Mediación que va a coordinar Julio Fuentes, hasta hace poco Secretario General Técnico del Ministerio.

El Ministro explicó el caso francés donde la mediación es obligatoria en determinados asuntos. Lo que no dejó claro es si su departamento tiene previsto realizar la campaña institucional para difundir estos métodos extrajudiciales, muy necesaria para que los ciudadanos conozcan desde un punto de vista práctico el valor de estos sistemas alternativos al procedimiento judicial.

4. Nuevas Tecnologías en la justicia

Este es uno de los temas que con más fervor ha defendido el Ministro desde que el 1 de enero del 2016 se pusiera en marcha LexNet en todo el país con resultados muy desiguales. En la Conferencia Sectorial de este miércoles se volverá a hablar del tema porque aún CCAA como Madrid y Valencia van muy rezagadas. Invertir en tecnología es claro, como también lo es que exista un único sistema procesal y no los nueve que hay en estos momentos.

5. La independencia judicial

Volvió a dejar la puerta abierta a que está dispuesto a buscar una nueva fórmula de los nombramientos de los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) así como de otros altos cargos en Tribunales de Justicia. En este asunto se observa la necesidad de un cambio de modelo para romper la sensación de intercambio de cromos que existe desde hace años y que la sociedad percibe.

6. La sociedad y recobrar su confianza

Esa confianza pasa para Catalá por limitar aforamientos e indultos y sobre todo de llevar la transparencia a la justicia. Lograr, como comentó que la justicia sea un sistema abierto donde se informe de todo y se dé cuenta periódicamente nos parece lo más lógico y adecuado. El problema existente son las estadísticas poco creíbles de nuestras instituciones. Pero ahí habrá que trabajar duro.

7. Lucha contra la corrupción

Una preocupación acuciante para todos los españoles, ahora atentos ante los diversos casos judiciales abiertos. Catalá recordó que se había hecho mucho en la legislatura pasada y que ahora había que seguir ese camino. Parece lógico que aprobar una ley que proteja a los ciudadanos que denuncien la corrupción y evitar casos como el de Ana Garrido, testigo clave del caso Gurtel y la regulación de los lobbies, ayudaría mucho a controlar esta situación.

8. Profesionales y su implicación en las reformas

Rafael Catalá es consciente que esta Estrategia Nacional de Justicia, como él llama al añorado Pacto por la Justicia del 2003, requiere del compromiso de todas las profesiones jurídicas desde la exigencia deontológica. De nada servirían todas estas medidas y reformas procesales y técnicas si realmente los operadores jurídicos no realizan su trabajo como profesionales que son.

Precisamente si hay algo que destacar de nuestra justicia es el trabajo de los profesionales del sector, funcionarios incluidos que en condiciones a veces tercermundistas siguen siendo un ejemplo de trabajo y vocación en una actividad, nuestra justicia, hasta ahora en un inmerecido segundo plano.

9. Una Justicia y unas leyes al servicio de las personas 

En un país con tanta profusión normativa, donde a la normativa comunitaria que se implante hay que añadir la estatal, aquella otra transferida a las CCAA y la municipal, parece lógico que ha llegado el momento de poner un poco de orden en este entramado legislativo. Ya lo comentó el presidente de CEOE, Joan Rosell hace unos días. “Tenemos demasiadas normas y muchas no se entienden”.

Es por ello que en este arranque de legislatura parece oportuno focalizarse también en esa tarea. La idea que esbozó el Ministro Catalá es la de ver la forma de aumentar la protección de los colectivos más vulnerables, sin caer en el paternalismo así como impulsar una Ley Orgánica del Derecho a la Defensa, una de las reivindicaciones más antiguas de la abogacía institucional.

El momento es propicio para estudiar cambios en nuestra legislatura, siempre con el apoyo de expertos en la materia, para evitar situaciones como las que h generado la despenalización de los accidentes de tráfico, al dejarlos fuera del Código Penal. En este campo los expertos abogan por deshacer la reforma y definir bien lo que son las imprudencias leves y graves para que nuestros jueces no tengan dudas ante comportamientos cercanos a lo delictivo.

También se pide crear un nuevo tipo, ahora inexistente en nuestro ya reformado Código Penal del que generarse un accidente y se fugase del mismo, tal y como el propio Ministro comento a Anna Gonzalez, viuda de un ciclista atropellado por un camionero que salió a la fuga, comportamiento castigado como imprudencia leve y archivado y que gracias a las redes sociales ha llevado al Congreso su caso y esa reforma donde entregará el próximo 2 de marzo las 200.000 firmas recogidas para este cambio normativo.

10. Seguridad jurídica

Creo que es uno de los términos más empleados en cualquier conversación que se mantenga en el sector legal. La seguridad jurídica señor Ministro pasa por tener unas buenas leyes , dotar a los juzgados de medios y recursos técnicos adecuados y lograr que nuestros jueces dicten sentencias predecibles porque pueden centrarse en su trabajo sin preocuparse más que de eso. Sin esa seguridad jurídica este decálogo solo serán un cúmulo de buenas intenciones.

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