Marruecos pone en marcha un Consejo del Poder Judicial inspirado en el modelo español de 1980
El Rey de Marruecos, Mohamed VI, posando en la foto oficial que se hicieron el pasado 6 de abril, cuando los 20 miembros del CSPJ, juraron sus cargos; 4 de ellos son mujeres. MAP. 

Marruecos pone en marcha un Consejo del Poder Judicial inspirado en el modelo español de 1980

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24/9/2017 06:15
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Actualizado: 24/9/2017 01:33
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El nuevo órgano de autogobierno de los jueces marroquíes, el Consejo Superior del Poder Judicial (CSPJ), recientemente creado, está inspirado en el modelo español, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), pero del año 1980 -con adaptaciones a la realidad propia de Marruecos-, el cual establece la elección libre, secreta y directa de los vocales jueces por parte de sus compañeros.

Durante su configuración legal, según ha podido saber Confilegal, los marroquíes desecharon el modelo actual español por ser demasiado presidencialista, poco colegiado y porque la elección directa de todos los vocales por parte del Parlamento garantizaba -sin remedio- la politización del CSPJ, reproduciendo los males que padecemos actualmente en España.

Para evitarlo, optaron por el que sistema que España abandonó en 1985.

El pasado mes de marzo, los jueces y magistrados magrebíes eligieron a sus 10 representantes, en un proceso de elección democrática impecable.

El CSPJ está formado por 20 vocales, la mitad de ellos jueces y magistrados.

Es la consecuencia directa del desarrollo del artículo 115 de la Constitución marroquí de 2011, claramente inspirado en el 122 de nuestra Constitución, que establecía la creación de un órgano de gobierno de los jueces para garantizar la independencia de los hombres y mujeres que administran justicia y para gestionar y administrar la carrera judicial.

Representando a los jueces de los tribunales de apelación fueron elegidos los magistrados El Hassan Atlas, Hassan Jaber, Yassin Makhli y Majda Daoudi. Y por los jueces de tribunales de primer grado (equivalentes a primera instancia en España), Mohamed Jalal Moussaoui, Faiçal Chaouki, Abdelkarim Al-Aazani, Hajiba El Boukhari y Aicha Ennaciri. 

Las elecciones a vocales jueces tuvieron lugar de forma muy parecida a las que se celebraron en España 37 años atrás, en 1980, para cubrir los 12 vocales de procedencia judicial.

La Ley Orgánica vigente entonces establecía que 3 de ellos fueran elegidos por sus iguales del Tribunal Supremo, 6 debían pertenecer a la categoría de magistrados y escogidos por sus pares, 1 debía salir de entre las filas de jueces de primera instancia e instrucción, 1 de entre los jueces de distrito (hoy ya desaparecidos) y 1 de entre los magistrados de trabajo, hoy de lo social.

Como se sabe, aquello se cambió con la aprobación de la nueva Ley Orgánica del Poder Judicial, en 1985, en virtud de la llamada «enmienda Bandrés», llamada así porque fue propuesta por el entonces diputado de Euzkadiko Ezkerra, el abogado Juan Maria Bandrés, que contó con un PSOE que en el Congreso contaba con 202 diputados.

Desde entonces, los vocales de procedencia judicial han venido siendo elegidos de forma directa por el Congreso -6- y por el Senado -6-; un sistema que ha sido duramente criticado por el Consejo de Europa porque debilita la independencia judicial y aumenta el riesgo de politización de los hombres y mujeres que dirigen la justicia.

Las cuatro asociaciones de jueces españoles vienen reivindicando, al unísono, desde hace dos años, el regreso a ese sistema de elección, que requeriría la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial en el Congreso de los Diputados y en el Senado. El mismo sistema que ahora han adoptado los marroquíes.

Representación femenina proporcional

La Constitución marroquí establece también que de entre los diez miembros elegidos por los propios jueces debe asegurarse una representación de las mujeres magistradas. En esta elección han sido 4 de 10, de lo que se desprende que el 40 por ciento de los jueces y magistrados marroquíes son mujeres.

En el nuevo modelo de órgano de los jueces de nuestros vecino del sur, además de los 10 vocales jueces elegidos por sus compañeros, por voto directo y secreto -algo que vienen reivindicando las 4 asociaciones de jueces españoles-, hay otros 10 vocales más.

Dos de esos consejeros son también magistrados. Ambos pertenecen al Tribunal de Casación (equivalente a nuestro Tribunal Supremo; los dos obedecen al modelo continental que nació en Francia tras la Revolución): Mustapha Fares, presidente de ese tribunal y presidente por delegación del nuevo órgano de gobierno de los jueces, y Abdelaali El Aabboudi, presidente de la primera cámara de la Corte de Casación.

El presidente oficial es el Rey Mohamed VI, a imagen y semejanza de los Consejos de la Magistratura de Francia e Italia, donde el presidente de las respectivas repúblicas asumen también ese puesto, aunque de forma protocolaria.

En España es elegido por los 20 vocales.

Los restantes consejeros son el procurador general del Rey ante la Corte de Casación (equivalente a fiscal general del Estado), Mohamed Abdennabaoui, el presidente del Consejo Nacional de Derechos Humanos, Idriss El Yazami, el mediador del Reino (defensor del Pueblo), Abdelaziz Benzakour, y cinco miembros nombrados directamente por el Rey; personalidades «reconocidas por su probidad y su distinguida aportación a favor de la independencia de la justicia y de la primacía del Derecho, de entre los cuales un miembro debe ser propuesto por el Secretario General del Consejo Superior de Ulemas», según dice la Constitución de Marruecos.

Como juristas de reconocido prestigio fueron elegidos por el monarca Ahmed Khamilichi, Ahmed Ghazali, Mohamed El Haloui, Mohamed Amine Benabdellah e Hind Ayoubi Idrissi. En la versión española, son 8.

6 de octubre proximo, fecha clave

El 6 de octubre próximo se oficializará el traspaso de poderes del Ministerio de Justicia al Consejo Superior del Poder Judicial, una ceremonia muy similar a la que tuvo lugar en España en 1980. Ceremonia a la que asistirá el ministro de Justicia, Rafael Catalá, cuya cartera ha colaborado muy estrechamente en la puesta en marcha del CSPJ marroquí.

El Consejo magrebí comenzó a andar el 6 de abril pasado. Ese día todos sus miembros juraron sus cargos ante Mohamed VI.

A diferencia del sistema español, en el que existen dos carreras -desde que así lo decidiera el general Miguel Primo de Rivera durante su dictadura en los años 20 del siglo pasado-, la judicial y la fiscal, en el marroquí ambas están fundidas en una sola (la magistratura), por lo que pueden ocupar puestos indistintamente como juez o como fiscal de relaciones corporativas.

Por ello, los fiscales, para lo referente a su estatuto personal, en la progresión de la carrera y en lo referente a la protección de su independencia (disciplina, traslados, etc), quedan integrados en el CSPJ.

 

En lo que se refiere a su actuación en los procesos judiciales, los fiscales quedan sujetos a la jerarquía propia del Ministerio Fiscal. Y, por tanto, a las instrucciones que reciban del fiscal general del Estado.

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