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Talidomida, ¿es patria?

Talidomida, ¿es patria?
Las víctimas de la talidomida, olvidadas en España.
07/4/2018 06:06
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Actualizado: 06/4/2018 18:09
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Para sentirte patriota, como en toda relación sentimental, el cariño y la defensa ha de ser recíproco, porque si no es así la relación solo puede ser tóxica para una de las partes, y mucho el daño, el abuso que puede llevarse a cabo. ¿Qué percibirá un afectado por Talidomida a lo largo de su vida en otros países?:

  • Alemania: Casi 7 millones de euros
  • Inglaterra: Más de 4 millones de euros
  • Suecia: Mas de 3 millones de euros
  • Irlanda: Más de 4 millones de euros
  • Italia: Casi 6 millones de euros
  • España: Tal vez……65.000 euros

Algo hace apuntar (estalla) que la relación de España con sus ciudadanos no es del todo (cuando menos) ortodoxa, y el afecto del ciudadano a su entorno no es reciproco con quien los representa. Para colmo, y concretamente en el caso de la Talidomida, no ha sido una empresa española la causante de la tropelía, de la masacre, de la devastación, ha sido GRUNENTHAL PHARMA S.A. una empresa alemana la que ha violado impunemente a nuestras madres dejando muerte y monstruosidad a su paso.

Pero eso en España y para España se repara con 65.000 euros, no vaya a ser que las arcas se resientan del varapalo y queden dañadas para seguir llevando disimuladamente (o no) su mano a ellas.

Las víctimas españolas piden (humildes hasta para pedir) poco más de 1,7 millones de euros por una vida vivida, y la que les queda por vivir, sin comer por nosotros mismos, sin vestir por nosotros mismos, sin asearnos por nosotros mismos, sin vivir por nosotros mismos. Y por si esto fuera poco, la constante mirada social clavada en nuestros cuerpos de aquellos que en nosotros solo ven “monstruos” y jamás verán seres humanos, sencillamente porque son incapaces.

Si el afectivo para con sus ciudadanos Estado español aplicara su propia legislación del baremo de accidentes de tráfico de 2.015, la indemnización media para un afectado sería de 1 millón de euros como mínimo. Con su propia Ley. Pero prefiere limosnear con esta causa, echar miguitas de pan duro a sus palomitas mientras se comen el festín los bancos, las autopistas, los aeropuertos, los barquitos de guerra, y a la vez agitan la bandera queriendo ser de uno u otro lugar, cuando ninguno mira ni de resbalón a quien de él depende. Es muy probable que el exceso de cabeza y la ausencia de corazón institucional nos haya traído hasta aquí, y tal vez nos lleve a peores lugares, pero no será por amor a la patria, no será por afecto a la ciudadanía, por eso no será……..

¿Por qué amamos a nuestros padres? ¿A nuestros hermanos? ¿A nuestros seres cercanos? Porque si la razón nos ampara nos defienden hasta el final, y mucho más si la agresión es externa, entonces se cuela hasta la vehemencia, la falta de juicio y de objetividad por defender lo propio ante lo extraño. Y ahora me pregunto ¿Los que representan España aman a los españoles? Porque los afectados por Talidomida solo necesitamos un poco de eso, de amor, nada más.

Todo está demostrado, comprobado, avalado, testado, refrendado ¿Qué más quieren? No somos mendigos que con un vaso en la calle esperamos la bondad o inocencia del otro, aunque de muchos de nosotros ese ha sido el pasado, el presente y quién sabe si el futuro. Somos españoles mutilados por una multinacional alemana llamada GRUNENTHAL y queremos que sea ella, Alemania y España quien pague por las consecuencias de su enriquecimiento ilícito, de unos y de otros, de todos.

No carguen sobre la espalda del contribuyente la única responsabilidad, pues hay más espaldas y son más culpables ¿Se es capaz ahora de enarbolar de verdad la bandera? Alemania lo hizo sin temblarle el pulso en la “crisis del pepino”. 3.000 millones de euros costó a España siendo inocentes ¿Cuánto costará la Talidomida a Alemania y a GRUNENTHAL siendo culpables confesos pública y mundialmente?

A las víctimas ya no nos quedan oportunidades en nuestra vida, solo hay dolor para el futuro, pero quizás, tal vez, quien sabe, tras ese dolor podamos alzar con verdadero orgullo nuestra bandera. Que cada cual se quede con la parte que le corresponde, porque no hay ideologías tras el sufrimiento, no hay colores tras la barbarie, no hay partidos tras la vulneración de derechos, solo quedan responsabilidades y reparaciones, nadie os espera con banda para cortar una cinta, para inaugurar unas jornadas, para representar un proyecto. Solo para hacer vuestro trabajo, aquel por el que, de verdad, cobráis y muy pocos, poquísimos queréis hacer.

Desde la fría acera donde pido limosna ¡SOY ESPAÑOL!