Rosa Peñasco jurista y escritora: «La copla es puro Derecho Penal porque es pasión y arrebato”
La autora de "La copla sabe a leyes", Rosa Peñasco, profesora, jurista y escritora.

Rosa Peñasco jurista y escritora: «La copla es puro Derecho Penal porque es pasión y arrebato”

Es autora del libro "La copla sabe a leyes"
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22/7/2018 06:15
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Actualizado: 22/7/2018 14:17
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Rosa Peñasco es escritora y jurista o jurista o escritora como ella misma se define. Autora de una docena de libros y con diversos premios en su haber, esta dualidad asoma descaradamente en su último ensayo publicado por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), titulado “La copla sabe de leyes”.

Profesora titular de derecho de la UNED, en el ámbito del Trabajo Social descubrió un día, camino de clase que el derecho anidaba en la copla y de ahí arrancó este trabajo de investigación que aúna conceptos legales y tonadillas populares.

En una primera edición fue el artista Carlos Cano quien prologó su libro.

A la actual, se ha sumado Baltasar Garzón con unas sentidas reflexiones.

No es para menos, por las páginas de «La copla sabe de leyes», desfila todo un mundo de sentimientos ligado inexcusablemente a la norma y la sentencia.

No es de extrañar que la autora diga que “la copla es puro Derecho penal, porque es pasión y arrebato”

De verdad que a usted lo de la copla no le había interesado jamás…

Bueno, es necesario matizar algo así. Viví mi juventud en la década de los ochenta y noventa y, en aquellos tiempos, cualquiera puede recordar la explosión de luz y color, el pop, la movida y demás. Todo lo que rompiera y se diferenciara de tiempos anteriores valía: todo, excepto lo que pudiera recordarlos.

La copla, desgraciadamente, se asociaba a aquellos tiempos, en parte porque no se reciclaba y yo, como tantos, en plena juventud estaba pendiente de los nuevos éxitos del pop español, pero no de escuchar por enésima vez, las coplas de siempre.

Fue maravilloso que el misterio de la pasión de la copla me atrapara e hiciera cambiar de opinión, para convertirme en una enamorada de sus bellísimas metáforas, historias y giros lingüísticos.

Le vino como a San Pablo la revelación, en su coche camino de la facultad y gracias a radio Olé

Es fascinante sentir que la realidad supera a la ficción. Siempre que cuento la anécdota arranca varias risas, pero lo cierto es que aquel día iba en el coche a dar la primera clase del año y era de Derecho de Familia, así que tenía la cabeza llenita de causas de divorcio, efectos del matrimonio, requisitos, régimen económico, filiación y etc.

Hubo una interferencia en la radio y se cruzó Radio Olé, justo cuando Doña Concha Piquer se lamentaba diciendo “sabes que tienes un hijo y ni el apellido le vienes a dar”.

Me sorprendí manteniendo una especie de diálogo mental con la situación al pensar que ese señor era un canalla y que Doña Concha debía acudir a los tribunales y solicitar una prueba de ADN, para conseguir los derechos de su hijo ante semejante filiación extramatrimonial no reconocida.

La profesora Rosa Peñasco en los jardines que rodean a la UNED.

Pero no quedó ahí …

Pues no, porque terminaron las estrofas de Y sin embargo te quiero, cuando le llegó el turno al Romance de la otra.

Marifé de Triana –justo en unos momentos en los que en todos los foros se debatía continuamente la viabilidad de las uniones estables para no llegar a ningún acuerdo todavía-, se quejaba diciendo “y me alimento a escondidas de tus besos y tu pan… yo soy la otra, la otra y a nada tengo derecho porque no llevo un anillo con una fecha por dentro…”.

Me quedé helada y el gusanillo de la curiosidad me picó entonces, aunque llegara a dar mi clase y tuviera que darle rienda suelta unas horas después, ya en casa, sintonizando Radio Olé y comprobar, perpleja, que aquello no había sido casualidad…

En esa primera clase en la UNED, ¿les habló a los alumnos en esos temas folclóricos o fue después? ¿Y qué le dijeron?

En esa primera clase no dije nada porque la primera sorprendida fui yo y aun no sabía que la coincidencia no era simple casualidad. Sin embargo, nada más llegar a casa casi me desmayo escuchando Lola Puñales: “Vayan los jueces pasando que está esperando Lola Puñales. Que no me importa la trena, que estoy serena y en mis cabales (sin trastorno mental transitorio). Lo maté y a sangre fría (premeditación y alevosía), por hacer burla de mí (por promesa incumplida de matrimonio), y otra vez lo mataría (reincidencia penal), si volviera a revivir. Con que apunte el escribano del causante de mis males que por jurar cariño en vano (otra vez la promesa incumplida), sin siquiera temblarle la mano, lo mató Lola Puñales”.

Después de esto no pude evitar hacer un trabajo de investigación que fue premiado, más tarde el libro que publicó Alianza entonces, prologado por el gran Carlos Cano y un sinfín de conferencias, cursos y etc…

“Doña Concha Piquer se lamentaba diciendo sabes que tienes un hijo y ni el apellido le vienes a dar. Pensé que Doña Concha debía acudir a los tribunales ante semejante filiación extramatrimonial no reconocida”

¿Le ha dedicado a la copla tanto tiempo como al Derecho?

No. El Derecho fue la carrera que estudié. También defendí la tesis en 1994 y obtuve el doctorado summa cum laude con un tema muy raro entonces: “Los efectos jurídicos de la clonación, el genoma humano y la reproducción artificial”.

En aquel momento causó bastante estupor a algunos juristas que hoy, más de veinte años después, han intentado sentar cátedra sobre lo que tanto criticaron entonces, pero así es el Derecho: un engranaje complejo con un reloj que no marca la hora exacta en todas las mentes al mismo tiempo.

El Derecho ha sido durante varios años mi trabajo como docente en la Universidad, pero siempre en una vertiente teórica porque nunca me ha gustado ejercerlo a nivel práctico.

Sin embargo, me ha apasionado la docencia y sobre todo investigar aspectos jurídicos de la vida, a veces bastante particulares, innovadores o según algunos, rompedores, tales como el análisis de las implicaciones jurídicas de los mundos virtuales o el estudio de la accesión y su posible relación con el cambio climático. Mi marcada vertiente jurídica y social ha encajado a la perfección en el mundo del Trabajo Social, también en la Universidad, aunque jamás se deja de ser jurista y tener la visión jurídica, estés donde estés…

Qué fue antes, ¿la copla o las leyes?

¡Muy buena pregunta! Cuando salí del estupor inicial de encontrar un sentido jurídico a casi todas las coplas, me afané en buscar una explicación a tal fenómeno. Pero el fenómeno no era tal: simplemente y aunque fuera a través de genios como Quiroga, Quintero, Ochaíta y otros, el pueblo le cantaba a sus cosas, a sus realidades, a la opresión de la ley, a la situación jurídica y social. En teoría, con la ley debe ocurrir lo mismo: nace del pueblo y para regular todas las situaciones que afectan a cualquier tipo de relación…

El origen de uno y otra siempre es la sociedad…

A nivel personal, crecí escuchando muchas coplas, pero sin tener conciencia de ellas.

A veces me he preguntado si “La copla sabe de leyes” guarda relación, siquiera inconsciente, con esos recuerdos de infancia y creo que sí. El Derecho, sin embargo, sí ha formado parte de mi formación y después de mi actividad laboral, durante muchos años…

“Casi me desmayo escuchando Lola Puñales: Vayan los jueces pasando que está esperando Lola Puñales. Que no me importa la trena, que estoy serena y en mis cabales (sin trastorno mental transitorio)”

Qué letras le han impactado más desde su visión de la justicia

Creo que Lola Puñales y no porque sea una copla más jurídica que otras muchas que recojo en el libro, sino porque en el particular momento en que la escuché, la balanza de la curiosidad se inclinó de tal forma que ya no me dejó parar hasta hacer un extenso estudio de la copla, la historia y el derecho.

Portada del libro de la profesora de la UNED.

¿Con qué ramas del Derecho coinciden más los temas de las coplas?

Con el Derecho Penal hay una afinidad total.

Y no es de extrañar, ya que la copla es pura pasión y la pasión da lugar a los arrebatos, y tantas veces en el mundo de la copla a trenas, puñales y todo este universo, tantas veces surgido de celos, como el famoso Antonio Vargas, por ejemplo.

Sin embargo, la copla es a la vez tan humana que también borda ramas del Derecho como el Derecho de Familia, por ejemplo, tan relacionado con hechos igual de humanos y cotidianos como encontrar pareja, legalizar la situación de alguna forma, tener hijos y etc.

Por no hablar de aspectos jurídicos más genéricos como el Estado Civil y el parentesco: ¡y no hay ni un solo Estado civil y ni un solo tipo de pariente que directa o indirectamente no recoja la copla! ¡A todas estas realidades les dedico un extenso estudio con los ejemplos de las coplas correspondientes!

“Me apasiona investigar aspectos jurídicos de la vida, a veces bastante particulares tales como el análisis de las implicaciones jurídicas de los mundos virtuales o el estudio de la accesión y su posible relación con el cambio climático”

¿A través de la copla puede trazarse un camino sociológico del Derecho?

Sin duda alguna, pero con matices. Debemos pensar que las letras de copla se escriben en unos años muy concretos en nuestro país y en lo que respecta a la sociología y al derecho de estos años, te puedo asegurar que hay una sincronía y transparencia total.

Por ello, al escuchar las coplas, debemos saber en qué momento histórico nos encontramos y saber que casi todas ellas bordan el derecho anterior a la Constitución, pero no el posterior.

Aunque si bien es cierto que artistas como Martirio, ayudaron mucho a contemporizar la copla al cantarle a nuevas realidades sociales que también eran jurídicas.

Sólo hay que escuchar “Separada”: “Cuando me quedé sin él se me vino el mundo abajo, hice un curso de informática y por fin tengo trabajo. Soy separada sí, soy separada, pero sin paga…”.

De otro lado y como la copla también es muy fan de instituciones e ídolos, hay un sector de las mismas dedicado a personajes históricos importantes, así que he utilizado estas coplas sobre reyes, emperatrices, bandoleros y romances reales para inventar una sección llamada “Copla histórica” y describir diez retazos de historia en nuestro país y así recordar de dónde venimos, antes de analizar dónde estamos.

¿Qué coplas y cantantes actuales señalaría como herederas al día de hoy?

Afortunadamente son muchos, de diferente signo y estilo, voces y aspectos. No quisiera dar nombres para no ofender y para no olvidar a nadie porque lo que de verdad me encanta es que la copla es cultura, raíz, poesía… La copla ha salido del estereotipo de la peineta, el caracolillo y la bata de lunares.

La copla vive por sí sola, sin necesidad de aspavientos, adornos ni folclorismos añadidos porque su historia, sus metáforas y sus bellísimas letras son un precioso y lírico universo.

-¿O es el rap el nuevo reino de las letras que refieren situaciones legales?

Puede ser. Pero no solo el rap: la música nace del pueblo y la ley también.

Creo que los juristas, en el búnker de sus despachos, olvidan esta sincronía muchas veces, pero sólo hay que escuchar un buen tango, la salsa, rancheras, boleros y tantos y tantos géneros que hacen lo mismo que la copla: describir la vida, con el aspecto jurídico que forma parte de ella…

“Me muero de miedo al imaginar a los jueces diciendo cosas como Me voy a hacer un rosario con tus dientes de marfil”

-¿Qué le han dicho sus colegas juristas sobre este trabajo de investigación?

Con la primera edición hace ya casi veinte años, de un lado se produjeron las mejores críticas que se pueda imaginar. Fue una explosión de alegría y perplejidad tan grande la que se formó con “La copla sabe de leyes”, que hasta The Times le dedicó unas páginas al libro, además de periódicos locales, nacionales y radios y TV varias.

Desgraciadamente, y debido al miedo que produce la creatividad por la mediocridad que a veces también forma parte de la vida, aquel éxito despertó a unos cuantos enfermos de las sombras que quizás porque no entendían el sentido de la libertad de cátedra, no me hicieron la vida nada fácil en la Universidad, la verdad.

Sin embargo ahora, con esta edición del libro por la propia UNED y ya en otro ámbito como es de los Servicios Sociales, todo ha sido maravilloso, en parte porque las cosas caen por su propio peso y en parte, también, porque ya no necesito reivindicar mi propia creatividad, que va conmigo casi desde que nací y desde luego es enriquecedora con y de todo y no incompatible con el Derecho ni con nada.

Además y para colmo de lujo, “La copla sabe de leyes” cuanta con dos prologuistas de excepción: Baltasar Garzón como jurista, y Carlos Cano, que ya apostó por el libro en su día, como artista.

-Ha sido usted reincidente con dos ediciones lejanas en el tiempo. ¿Piensa continuar en esta línea? ¿Qué temas son ahora de su interés?

Es que la vida tiene la manía de estar viva y entre la primera edición y la segunda han pasado muchas cosas. Cosas que he reflejado en otro tipo de libros y obras, tanto jurídicas como literarias porque soy jurista y escritora: una cruz como otra cualquiera, ¡qué le vamos a hacer!

Como escritora he terminado “Toda tú plena en su fuego”, o el libro de poesía mística dedicado a Teresa de Jesús. También la biografía de una víctima del terrorismo que sobrevivió pese a recibir doce impactos de bala. Es una historia apasionante en la que interviene la inmigración, la explotación industrial y muchos aspectos históricos de nuestro país.

Se titulada “Doce balas en el alma”, pero ahora falta encontrar la editorial oportuna, y reconozco que ese es un tema que muchas veces me consume porque para mí, la energía de crear siempre es mucho más apasionante que la energía de vender.

He enviado a un concurso de ensayo un tratado sobre el humor manchego: cómo es ese delirio, sus ingredientes, el almodovarianismo o quijotismo surrealista que salpica el lugar. ¿Título? “Veinte tipos de humor manchego y una conclusión inesperada”.

También estoy trabajando poco a poco en mi página web, pero aún está a medias porque la vida no me da para más: www.rosapenasco.com

Rosa Peñasco con un grupo de amigos, entre los que se encuentra Paco Clavel -en el centro de la foto- en la presentación de su libro.

Es usted incansable. ¿En el área del Derecho también mantiene tanta actividad?

En mi vertiente universitaria y más jurídica, últimamente me he enfrascado en otra investigación apasionante, relacionada con el Derecho, el Trabajo Social y el mundo del arte.

He tenido contacto con la Asociación de Pintores con la boca y con el pie (antigua Asociación “Artis Mutis”), para investigar in situ cómo además de pintar, estos artistas que no tienen manos o no pueden utilizarlas, pueden escribir con la boca o con el pie.

El resultado ha sido espectacular y estoy terminando de corregir un libro que saldrá publicado en breve, titulado: “El testamento ológrafo otorgado por personas que escriben con la boca o con el pie”. En parte, otra vez se trata de una investigación creativa y profunda que de alguna manera discrepa con las mentes más cuadriculadas del mundo del derecho o las que a veces, desgraciadamente, han perdido el contacto con la realidad social al asegurar que sólo pueden otorgar testamento ológrafo quienes tienen manos para escribir: ¡horrible!

-¿Qué piensa usted qué pasaría si los jueces pusieran tanta pasión en sus sentencias como los autores de las coplas en sus letras? ¿Le darían más trabajo al promotor disciplinario del CGPJ?

Si ya impone respeto la Justicia de por sí, me muero de miedo al imaginar a los jueces diciendo cosas como “Me voy a hacer un rosario con tus dientes de marfil…” Aunque hay sentencias que por sus peculiaridades ya son dignas de estudiarse en ámbitos distintos del jurídico, me cuesta mucho imaginar semejante pasión en los tribunales…

-¿Y si fuera el propio Consejo General del Poder Judicial el que manifestara tal ardor? ¿Acabarían los jueces a tortas?

Voltaire afirmó que “La civilización no suprime la barbarie: sólo la perfecciona”. Quiero decir que los jueces ya tienen formas más civilizadas de reprenderse entre ellos, sin necesidad de utilizar el huracán de pasión que esconde cada copla. ¿No?

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