Natalia Martos, de Legal Army: «La facturación por horas ha quedado relegada a un segundo plano»
Natalia Martos, socia fundadora de Legal Army, afirma que la tecnología está transformando el ejercicio de la abogacía.

Natalia Martos, de Legal Army: «La facturación por horas ha quedado relegada a un segundo plano»

Nuevo despacho de abogados especializada en negocios tecnológicos
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23/7/2018 06:15
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Actualizado: 01/7/2022 08:40
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«La facturación por horas ha quedado relegada a un segundo plano. El cliente moderno ya no está dispuesto a pagar por horas. Muchas de esas horas supone que el despacho esté pagando el coste de estructura de un gran bufete, tanto a nivel de oficinas como de salarios de abogados».

Este es uno de los grandes cambios importantes que se están dando, de acuerdo con Natalia Martos, socia fundadora de Legal Army, que sigue la tendencia en España de despachos como Riverview Law o Action, en el mundo anglosajón, que ofrecen servicios jurídicos de otra forma.

“Es un cliente cada vez más digital, inmerso en negocios tecnológicos que necesita un asesoramiento muy especializado. Al mismo tiempo busca unos honorarios razonables”, cuenta Martos.

Los honorarios de los despachos «no pueden mantenerse como hace dos siglos».

“Queremos que el cliente tenga un ejército de abogados bien formados a su disposición”, tras una evolución lógica de su carrera profesional, añade la abogada.

“Siempre tuve en la cabeza abanderar una marca propia. Todo estaba meditado. He pasado catorce años como asesor jurídico en empresas, cuando terminé esa etapa ya quería lanzar esta ‘new law’ al ver la tendencia que se estaba produciendo en la abogacía anglosajona”.

De ahí el nombre, Legal Army, o Ejercito Legal en español.

«Queremos ayudar al cliente en sus actividades jurídicas, de tal forma que pongan el foco en su negocio y olvidarse de esos temas jurídicos. Esa parte es nuestra. Queremos que sepan que sus cuestiones legales están en buenas manos y ellos pueden centrarse en la generación de negocio», añade.

Legal Army ha arrancado con servicios relacionados a la adecuación del Reglamento Europeo de Protección de Datos (RGPD) y de forma paralela con el servicio externalizable de delegado de Protección de Datos o dPO para las empresas que no pueden contratar a un profesional a tiempo completo de forma interna.

“Ofrecemos este servicio integral a cualquier compañía de diferentes sectores, preferentemente tecnológicas porque son los que manejan más cantidad de datos”, aclara.

La abogada recuerda que el proyecto de la nueva Ley Orgánica de Protección de Datos, ahora en el Parlamento,  cuando se apruebe va a establecer “quince categorías de empresas que están obligadas a contar con este dPO; cuestión que en el RGPD queda reducida a tres. Eso va a generar una necesidad, tanto a empresas del Ibex 35 como a otras categorías. Muchas de ellas no pueden asumir la contratación de ese DPO porque es un servicio caro”.

Sin embargo, antes de llegar a ese estadio “necesitaba conocer de primera mano cómo funciona un despacho de abogado. Reconozco que estar en bufetes como Andersen Tax & Legal, primero y Pérez Llorca después me ha ayudado mucho. Era imprescindible dar este paso para ofrecer la alternativa a nivel de servicio jurídico en firmas legales”.

En esta evolución profesional, su paso por la Singularity University, ubicada en Silicon Valley, lugar por excelencia de miles de emprendedores a nivel mundial , le ayudó a entender las llamadas tecnologías exponenciales como la inteligencia artificial, el aprendizaje de máquinas («machine learning» en inglés) o la cadena de bloques (o «blockchain») “he podido entender bien lo que aportan estas tecnologías en el crecimiento de cualquier organización empresarial de manera espectacular”.

Natalia Martos en un debate sobre privacidad con otras mujeres juristas, acompañada de Soledad Antelada, ingeniera de Ciberseguridad.

Democratización del derecho

Para Martos hay grandes diferencias entre un despacho tradicional y otro como el que ella dirige desde hace unas semanas, vinculado al movimiento New Law.

“La filosofía de base es muy distinta. No necesita de oficinas gigantescas ni determinados lujos para ofrecer ese servicio de excelencia jurídica. Hablamos de la democratización del derecho, al prestar los servicios a unos precios fijos que permite que cualquiera acceda a los servicios jurídicos, no solo empresas del Ibex», cuenta.

«Y la digitalización, el uso de las tecnologías para automatizar procesos donde no es necesario que trabaje un abogado, al ser tareas repetitivas. Gracias a estos factores tienes la disrupción en los servicios jurídicos. Una forma de entender la abogacía alejada de la tradicional”, señala.

En este escenario “al no estar pendiente nadie del cómputo de horas, la relación abogado y cliente es menos encorsetada y mucho más de partner (socio)”.

Este es un cambio que hay que explicárselo bien al cliente.

Una firma ‘new law’ no es un despacho ‘low cost’

“Es fundamental que entienda que estamos haciendo abogacía de otra manera. Y lo más importante que una firma ‘New Law’ no es un despacho ‘low cost’ que abarata los costes, Hay que explicar bien el concepto para no caer en males entendidos”, aclara.

Martos advierte que Legal Army está focalizado en el mundo de la tecnología, privacidad y derecho tecnológico “pero es evidente que se puede centrar en cualquier otra jurisdicción o práctica del derecho”.

A su juicio “New Law” es el paso natural de los despachos en un escenario de transformación digital de la industria y sociedad, el sector jurídico también debe adaptarse a este escenario, quizás se haga algo más tarde en España, pero muchos despachos adaptarán esta forma nueva de entender el negocio”.

En este escenario de despachos tradicionales y nuevos bufetes que nacen al amparo de la tecnología como valor diferenciador parece lógico que los grandes despachos creen segundas marcas de este tipo New Law.

“Hay bufetes anglosajones que tienen una segunda firma, Por ejemplo, Dentons lanzo ya NextLaw y Allen & Overy creó Fuse ambos conceptos con gran contenido tecnológico. Y la tendencia es seguir en esa línea de innovación”.

Tecnología «blockchain»

En esta conversación abordamos el tema de la tecnología blockchain, uno de los conceptos que más debates está generando a nivel financiero.

Lo que los expertos no se ponen de acuerdo es cómo va a influir en la abogacía de los negocios. Natalia Martos lo tiene claro y señala que “ va a ser determinante. El uso de blockchain permitirá desintermediar un montón de industrias. Banca, sector seguros e internet de las cosas ya están impulsando proyectos con esta tecnología disruptiva”.

Para esta abogada en este nuevo escenario de cambios provocados por el blockchain “la firma que esté preparada para entender esos cambios podrá asesorar a nivel legal de lo que se avecina”. Para esta jurista junto con la formación de abogados en esta tecnología tan disruptiva “también veremos como en los despachos hay otros profesionales como tecnólogos, programadores o ingenieros. La integración de profesionales la veremos tanto en despachos como en otras firmas muy innovadoras”.

La evolución de Legal Army como despacho pretende tener una estructura reducida, formada por profesionales seniors y apoyados en un componente tecnológico notable.

“Nuestros profesionales tienen todos una trayectoria importante y una excelente formación, eso les va a ayudar a resolver muchos asuntos complejos. Cada uno de ellos va a liderar su área de práctica. Junto a ello automatizaremos todos los procesos que no requieran la intervención de estos letrados con tecnología Legaltech”, concluye.

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