Bruselas quiere que Europa sea líder mundial en una Inteligencia Artificial puntera, ética y segura
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Bruselas quiere que Europa sea líder mundial en una Inteligencia Artificial puntera, ética y segura

Se esperan unas inversiones públicas y privadas de 20.000 millones de euros hasta el 2020
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10/12/2018 06:15
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Actualizado: 09/12/2018 22:45
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La Comisión Europea en su Comunicación del pasado 24 de abril, sobre una ‘Estrategia para la Inteligencia Artificial para Europa’ ya preveía la necesidad de adoptar un planteamiento coordinado que permitiera aprovechar al máximo las oportunidades que brinda la Inteligencia Artificial (IA).

Este nuevo Plan se incardina de forma directa con tal Estrategia.

En colaboración con Noruega y Suiza, el Plan tiene un enfoque eminentemente comercial al objeto de aumentar la inversión y lograr posicionar a la UE a nivel mundial en lo relativo a la creación e implantación de una inteligencia artificial puntera, ética y segura.

La propia Comisión Europea es consciente de tener que actuar coordinadamente para poder lograr el objetivo de realizar unas inversiones públicas y privadas de al menos 20.000 millones de euros de aquí a finales de 2020, «algo que es fundamental para el crecimiento y el empleo». “La inteligencia artificial no es un capricho, es nuestro futuro”, afirma Andrus Ansip, vicepresidente responsable del Mercado Único Digital.

Con este esfuerzo inversor, la UE pretende capitalizar su actual posición en el campo de la robótica, así como su liderazgo industrial a nivel mundial, en particular, en sectores como el transporte, la asistencia sanitaria y la fabricación.

Para Noemí Brito, socia del área de Tecnología, Innovación y Economía Digital de Ceca Magán Abogados, “era necesario activar de forma urgente estos resortes para evitar una merma irreversible en la actual competitividad digital europea, que corría el riesgo de quedarse atrás frente a otras economías pujantes en el contexto global”.

Nuevos tiempos requieren nuevos escenarios normativos

Para esta experta el pleno desarrollo de la IA europea sólo es posible sobre la base de unas normas comunes que permitan liberar todo el potencial que ofrece.

Y advierte que en tal sentido,«la IA europea requiere liberar grandes volúmenes de datos, desplegar la economía europea de datos, de forma que se nutra a dicha tecnología de los elementos necesarios que posibiliten su despegue definitivo”.

Tal y como se indica en otra Comunicación de la Comisión Europea del año 2017, el mercado de datos de la UE se estimó en 2016 en casi 60.000 millones de euros, con un crecimiento de 9,5% en comparación con 2015. El mercado de datos de la UE podría potencialmente ascender a más de 106 mil millones de euros en el año 2020.

Para Brito, “sobre la base de la necesaria protección de los datos de carácter personal, es fundamental avanzar en torno a su libre circulación, al tiempo que impulsar el nuevo régimen jurídico relativo a la libre circulación de los datos de carácter no personal, cuya aprobación definitiva se estima para el año 2019”.

También considera importante la nueva regulación sobre reutilización y compartición de datos, incluso, entre privados, y sobre ciberseguridad y responsabilidad por productos defectuosos. «Coadyuvará en la generación de un conjunto de instrumentos jurídicos capaces de potenciar el desarrollo de estas tecnologías emergentes”.

Por tanto, resulta crucial liberar todo el potencial de los datos que fluyen en el mercado único digital, mejorando la movilidad transfronteriza de los datos no personales, el cual, está limitado en muchos Estados miembros por restricciones de localización o legales”, explica esta experta.

Y es que,- en su opinión- “cuanto mayor es el conjunto de datos, más fácil resulta descubrir las relaciones entre ellos, incluso, las más sutiles. En lo que atañe a la utilización de la IA, los entornos ricos en datos brindan más oportunidades, porque permiten a los algoritmos aprender más acerca de su entorno e interactuar con él”.

Para Noemí Brito, en definitiva, «se debe avanzar en posibilitar en el establecimiento de un marco legal adecuado y flexible que, además, se sustente sobre sólidas bases o directrices éticas generadas a partir del respeto pleno a los derechos fundamentales de las personas y, por consiguiente, con especial atención a la Carta Europea en este ámbito”.

Precisamente, en estos momentos, la Alianza europea de IA trabaja en la aprobación de unas directrices éticas para el desarrollo y la utilización de la IA. Está previsto que, antes de final de este mes de diciembre, se publique una primera versión.

Creación de espacios de datos europeos de carácter transfronterizo

De forma adicional,  considera que “es fundamental» avanzar en la creación de espacios de datos europeos de carácter transfronterizo, tal y como apunta el propio Plan, incluso, cuando éstos se asocien a información sensible de base como, por ejemplo, datos de salud.

Al mismo tiempo recuerda que “es importante destacar que la nueva regulación española de protección de datos personales (Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales), considera lícita y compatible la reutilización de datos personales con fines de investigación en materia de salud y biomédica, así como el uso de datos personales seudonimizados bajo estos mismos fines, todo ello, en los términos contenidos en la Disposición Adicional Decimoséptima relativa al tratamientos de datos de salud”.

Con carácter adicional, recalca que la Comisión tiene previsto invertir en torno a 1.500 millones de euros en la adopción de la IA en toda Europa, planteando, entre otras acciones, el lanzamiento de una plataforma de IA a la carta que prestará apoyo y facilitará el acceso a los algoritmos y conocimientos especializados tanto a pymes como a Administraciones Públicas.

Otras cuestiones que se pondrán  en marcha tienen que ver con la creación de plataformas de datos industriales, que ofrecerán conjuntos de datos de alta calidad; y el establecimiento de un centro de apoyo a la puesta en común de datos, que estará estrechamente vinculado a la mencionada plataforma de IA a la carta, y cuyo cometido será facilitar el desarrollo de aplicaciones para las empresas y el sector público, explica Brito.

Como conclusión final resulta claro que “en Europa no podemos permitirnos perder todo el potencial inherente a la IA y otras tecnologías emergentes, no sólo en términos de oportunidad comercial, sino también en términos de estrategia normativa, debiéndose generar, porque así se fomenta desde las instituciones europeas, un entorno legal favorable hacia la liberación y utilización del potencial de los datos e información en manos de empresas y entidades”.

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