Primer Congreso de la Abogacía independiente: ¿Una «revolución» en marcha?
El abogado José Muelas es uno de los impulsores de este Congreso que tiene como objetivo defender los derechos de los abogados de a pie y de los pequeños bufetes, que conforman el 85 por ciento d ella profesión. Carlos Berbell/Confilegal.

Primer Congreso de la Abogacía independiente: ¿Una «revolución» en marcha?

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23/9/2019 08:00
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Actualizado: 23/9/2019 10:02
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El 85 por ciento de los 154.583 abogados ejercientes en España –131.395– trabajan en pequeños despachos o por su cuenta. A ellos va dirigido el Primer Congreso de la Abogacía Independiente #R que se celebrará entre el 29 y el 30 de noviembre próximo en Córdoba.

Es un Congreso que ha levantado una enorme expectación entre los hombres y mujeres que ejercen este oficio en nuestro país y en el que desde hace semanas han puesto el cartel de «no hay billetes», después de superar el cupo de 600 personas.

La lista de espera de participantes se hace cada vez más larga cada día que pasa. En Twitter, los mensajes se suceden continuamente. 

«Los abogados sabemos que esta forma de ejercicio profesional está al límite y que no aguantamos dos golpes más. Y cuando eso ocurra, se irá por el sumidero muchísima gente que ha vivido muy dignamente de esta profesión. Y con ellos, todos sus clientes. Esos clientes que reclaman pequeñas cantidades y los cuales, a través de añagazas y de artificios, se les impide la  posibilidad de reclamar sus derechos», explica José Muelas, uno de sus impulsores de este Congreso y exdecano del Colegio de Cartagena.

En ese Congreso de la Abogacía indepediente –«o real o necesaria», como también la describen– está previsto que se conteste a la gran pregunta: ¿Cuál debe ser el futuro de la abogacía?

«Eso que no se trató en el Congreso de Valladolid del Consejo General de la Abogacía Española», señala Muelas.

«Queremos que la gente presente sus ponencias, que se discutan, que se enmienden y que se voten. Hay tres bloques y miscelánea. Los tres bloques son precarización, turno de oficio y conciliación familiar. Y luego la miscelánea. Lo que quiera cada uno. Alguno propondrá que el IVA se reduzca para la abogacía o cualquier otra, y esas cuestiones se votarán. Lo que no se hizo en Valladolid», explica.

José Muelas durante su intervención ante la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados, el pasado año. Congreso.

Por otro lado , de acuerdo con Muelas, hay una cuestión filosófica que hay que contestar: «¿Quiénes somos y a dónde queremos ir? Realmente todos lo sabemos. Sólo hace falta verbalizarlo: Somos los abogados de verdad. Somos los abogados que conoces cuando vas a un juicio. A los que les cuesta trabajo pagar la mutualidad o la cuota del colegio. Los que hoy lo están pasando muy mal».

Y prosigue: «A los que cada vez se les quitan más competencias. Los que no cobran el turno de oficio, a los que se les paga tarde, los que han despedido o van a despedir. Luego están los que tienen unos buenos despachos. Ellos tienen otros problemas, que no son los nuestros».

Una consecuencia directa de ese Congreso será la constitución de una asociación que podría llevar por nombre «Red de Abogados y Abogadas de España», cuyo objetivo va a ser representar a esa gran mayoría de abogados que ejercen la abogacía individualmente y a los pequeños despachos de forma proactiva.

Como un grupo de presión o de la forma más eficaz que se considere para conseguir sus objetivos.

Este nombre ya fue utilizado en la convocatoria de dos concentraciones reivindicativas en abril y mayo de 2018, pero no existe como asociación.

«Tenemos registrado el nombre y la marca», aclara el abogado.

El grupo organizador posee experiencia y capacidad. No en vano, buena parte de sus impulsores, como Muelas, formaron parte de la «Brigada Tuitera», que contribuyó decisivamente a tumbar las tasas que impuso el entonces ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón.

«No pretendemos sustituir a los 83 colegios de abogados existentes», aclara Muelas. «Ellos son la abogacía institucional. A ellos les corresponde el control ético de la profesión y la organización del turno de oficio. A nosotros la defensa de nuestros intereses. Pero si vemos un déficit de combatividad por quién debería ejercerla…, pues a nosotros nos sobra combatividad». 

El abogado recuerda que en otros países, como Francia, hay asociaciones y sindicatos muy combativos y beligerantes.

Un ejemplo que tienen muy presente.

Y que ya demostraron con el impulso de una demanda ante la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional reclamando que se reconociera el derecho de los abogados del turno de oficio a tener un sindicato.

Demanda que tumbó el tribunal y que ahora se halla en el Tribunal Supremo.

Cuando el Supremo lo tumbe, a su vez –cosa que dan por descontado– recurrirán en amparo ante el Constitucional y después ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, donde esperan ganar. «Porque hay antecedentes muy claros», indica.

La expectación es máxima sobre este Primer Congreso de la Abogacía Independiente.

Una cosa es segura, con esta nueva asociación sobre la mesa, que ha venido para quedarse, las cosas no volverán a ser como antes.

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