Los candidatos a decanos del ICAM expusieron sus soluciones de futuro para el Colegio en el debate a 6 de Confilegal
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01/12/2022 06:55
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Actualizado: 01/12/2022 15:39
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Seis de los candidatos al decanato del Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM) Beatriz Saura, Begoña Trigo, Juango Ospina, Eugenio Ribón, Miguel Durán y Ángeles Chinarro han concurrido al debate organizado por Confilegal para discutir las propuestas de cada uno de los programas de sus plataformas electorales.
Carlos Berbell, director de Confilegal, fue el encargado de moderar el debate, que se estructuró en cinco bloques: ¿Para qué queremos el Colegio?; Defensa de la Abogacía y dignidad; Conciliación e igualdad; Abogacía joven y formación; y Turno de Oficio. De los candidatos, el único ausente fue Raúl Ochoa.
Las condiciones de las mismas elecciones, que se celebrarán el día 20 de diciembre, fueron de los primeros puntos de coincidencia entre los rivales, si bien las críticas variaron en grado.
Al preguntárseles si les parecía que el Colegio era democrático, Ospina afirmó que lo era, si bien también dijo que era «mejorable» e insistió en la necesidad de una mayor transparencia, prometiendo reforzarla, mientras que Ribón respondió que las Juntas de Gobierno siempre han sido «elegidos por todos los compañeros», si bien apuntó la necesidad de «un sistema participativo continuo».
Juan Gonzalo Ospina, cabeza de cartel de «Ahora Abogacía».
En cambio, Chinarro sentenció que el Colegio «nunca va a ser democrático con tan poca participación», señalando la falta de accesibilidad para los letrados que no trabajan cerca de la sede. Un punto que compartió Saura, que señaló que la falta de voto telemático y de claridad en la comunicación del Colegio generaba una participación «irrisoria».
Desde aquel primer momento apareció el ‘leitmotiv’ que se repetiría a lo largo de la discusión de los diferentes problemas de la abogacía: la diferencia entre las candidaturas «continuistas», como calificaron varios participantes a las campañas lideradas por miembros de la anterior Junta de Gobierno, y las campañas «alternativas».
En este sentido, Durán cuestionó la credibilidad de quienes ya habían participado en las Juntas previas, diciendo que «ya tendrían culminadas sus propuestas si lo hubieran querido». Trigo también se afincó en esta «aparente falta de voluntad» para señalar los atropellos al derecho a la salud y el descanso de sus compañeros.
«No hay un instituto que levante la voz ante las faltas de respeto y los retrasos», dijo, haciendo referencia a otro gran tema que se ha repetido a lo largo de la campaña de parte de todos los candidatos: la suspensión de plazos y vistas en casos de fuerza mayor y la defensa de la abogacía.
Para defenderse, Ribón resaltó varios de los logros de la Junta que la que había formado parte bajo el decanato de José María Alonso, como «haber suprimido las trincheras de los juzgados» y la discriminación positiva en las candidaturas para encabezar las secciones del ICAM, una medida tomada para favorecer la igualdad.
En cambio, Ospina optó por desmarcarse de la Junta en la que había desempeñado como diputado quinto, declarando que él no había sido decano ni había formado parte de quienes habían decidido organizar el aniversario 425 del ICAM, un evento en el que apenas aparecieron mujeres.
La dignificación de los profesionales también representa un asunto urgente según los candidatos, llegando a eludirse los controles y normalizarse hasta el punto en el que los abogados no pueden ver los autos o tienen que tomarles fotos con los móviles, como señaló Saura. «El Colegio debe estar presente para los abogados para comunicarse con todas las instancias y hacer algo al respecto», dijo.
Durán apuntó que este era un problema que se podía resolver «empezando desde arriba», estableciendo comunicaciones con el Consejo General del Poder Judicial y toda la estructura de la Administración de Justicia. Por su lado, Ospina opinó que había que impulsar el uso de las cámaras como mecanismo de control en los jurados.
Respondiendo a las propuestas de sus rivales, Chinarro dijo que el departamento de defensa de la abogacía no necesita crearse porque ya existe, aunque «sea mejorable», por lo que recomendó la regulación de su funcionamiento.
EL turno de oficio, protagonista de la campaña
El turno de oficio, un tema que ha sido puesto en relieve por todos los candidatos, tuvo su propia sección de discusión. En una cosa pudieron coincidir los candidatos: la situación crítica de las retribuciones, que deben aumentarse cuanto antes a un nivel ajustado a la realidad.
Trigo, cuya candidatura incluye casi una totalidad de abogados de turno de oficio, recomendó que se estableciera un doble baremo con una parte fija y variable para atender a las actuaciones que no se pagan y las variables de nocturnidad y días festivos.
Ribón apostó por la formación gratuita de estos profesionales y la digitalización de la documentación. Chinarro llamó a no criminalizar a los clientes y a incorporar herramientas para que el Colegio intervenga en casos de amenazas, ofensas o ataques de sus partes, así como crear un turno especial para víctimas de violencia sexual.
Por su lado, Durán llamó a que se exigieran más cualificaciones y respeto hacia el cliente. «Nosotros también tenemos cosas que mejorar», dijo.
La discusión sobre la abogacía joven generó acuerdos, como en lo que respecta al acompañamiento y mentoría de los letrados que se enfrentaban a sus primeros procesos judiciales, y desacuerdos, especialmente en los presupuestos que deberían dedicarse a formación y cómo se implantarían con mayor eficiencia las reducciones de cuota.
Cada candidato tuvo la oportunidad de exponer, discutir y argumentar su posición sobre las posibles soluciones que propone como parte de sus respectivas campañas. Y podrán seguir transmitiendo su mensaje hasta el 20 de diciembre, cuando los colegiados vayan a votar. Su tarea será, en palabras del moderador, imaginar el futuro con cada candidato al frente.
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