El juez Antonio Moreno sólo considera perseguible a Román Martínez
El juez que investiga los supuestos abusos sexuales ha acordado que la investigación judicial sólo continúe para el padre Román, considerado el cabecilla del grupo, mientras que ha declarado prescritos todos los delitos para los once imputados restantes -nueve sacerdotes y dos seglares-.
El Juzgado de Instrucción 4 de Granada, que dirige Antonio A. Moreno Marín, ha dictado un auto en el que considera prescritos la mayoría de los delitos de abusos sexuales cometidos por un grupo de sacerdotes denominado «clan de los Romanones», y cuya víctima llegó a informar de su caso al papa Francisco, quien le animó a denunciarlo judicialmente.
Sin embargo, el juez si ve motivos para imputar al cabecilla del clan, Román Martínez, por un delito de abuso sexual continuado.
Según se deduce del testimonio de las dos víctimas, ahora mayores de edad, y de los testigos, los abusos cometidos por este sacerdote fueron los más graves. Sus relatos apuntan a que este sacerdote llevó a cabo agresiones sexuales «con introducción de miembro corporal por vía anal», con la agravante de prevalimiento, dado que poseía gran autoridad moral sobre los jóvenes, a los que decía querer «más que un padre», e incluso les amenazaba con expulsarles del grupo si no accedían a sus deseos castigado. El juez entiende que en este delito el plazo de prescripción sería de diez años, por lo que dicha conducta podría ser juzgada aún dado que los presuntos abusos se cometieron entre 2004 y 2007. La pena para este delito, matiza el juzgado, oscilaría entre los cuatro y diez años de prisión.
En un auto, el instructor del caso, decreta la prescripción de los delitos de abusos sexuales sin penetración, exhibicionismo y encubrimiento atribuidos a once de los doce imputados, mientras que ordena que siga la causa solo contra el padre Román por abuso sexual continuado con prevalimiento.