El pleito del noveno y el duque de Alba
Es frecuente que en muchos pueblos de España, las fiestas tradicionales conmemoren algún acto religioso, la proeza de algún héroe local o la independencia…. pero es poco habitual que unas fiestas conmemoren la resolución de un pleito. Y esto es lo que ocurre en la localidad salmantina de San Felices de los Gallegos.
Esta villa, fundada en el año 690 por el obispo de Oporto don Félix XI, pasó en el año 1479 al dominio de los duques de Alba, que impusieron a todos los moradores de San Felices de los Gallegos y, también, a los de las localidades próximas, (Puertoseguro y Ahigal de los Aceiteros) el impuesto «El Noveno». Este impuesto, consistía en entregar al señor una parte de cada nueve de lo que se consideraría producción del vecindario; por ejemplo: de cada nueve ovejas, una era para el duque y una novena parte de las cosechas también.
Cuando los habitantes de tres municipios afectados compraron a Felipe II esas tierras, en el siglo XVI, comenzó un litigio por parte de los nuevos dueños contra la Casa de Alba, con el objeto de que se les quitara el citado impuesto.
Con el devenir de los tiempos, el citado litigio adquiere un carácter netamente jurídico.
Tras varios pleitos y sentencias, el 11 de mayo de 1852 seis magistrados del Superior Tribunal de Valladolid, dictaron una sentencia por la que los jueces entienden que el denominado impuesto del Noveno quedaba abolido por ley.
Desde entonces, se acordó que los alcaldes de los municipios afectados se reunirían todos los 11 de mayo para cerciorarse de que la sentencia seguía archivada.
En su recuerdo, se celebra en esas fechas, – el segundo domingo de mayo- la tradicional fiesta del Noveno, donde los habitantes leen públicamente en la plaza la sentencia que les eximió del pago de una parte de cada nueve de todos los frutos, productos y ganados que eran entregados a la Casa de Alba y por cuya abolición lucharon durante muchos años los veninos de San Felices de los Gallegos, Puertoseguro y Ahigal de los Aceiteros.
