La reputación del Tribunal de Cuentas en entredicho ante Europa por los «enchufes»

La reputación del Tribunal de Cuentas en entredicho ante Europa por los «enchufes»

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24/3/2015 00:00
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Actualizado: 24/3/2015 00:00
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Una reciente sentencia del Tribunal Supremo y un escrito de ocho folios de un letrado ante una comisión auditora del Tribunal de Cuentas de la Unión Europea, vuelven a poner de manifiesto el nepotismo, el favoritismo y el enchufismo existente en la institución, según revela hoy el diario El País. Confilegal ya lo avanzó recientemente.

Un escrito de ocho folios, en los que se ponen de manifiesto casos de nepotismo y enchufismo, ha puesto en un atolladero al Tribunal de Cuentas de España de España y causado un profundo malestar entre sus 12 consejeros, dice El País.

El informe lo suscribe un funcionario que es letrado y técnico de auditoría del Tribunal, Fernando Clemente, y lo ha elevado al Tribunal de Cuentas de Europa justo cuando este órgano fiscaliza a su homónimo español tras el escándalo sobre nepotismo que salpica a esta institución. La inspección que desarrolla el citado tribunal de la UE responde a la batería de medidas antinepotismo y en pro de la transparencia que anunció el pasado 8 de julio, durante su comparecencia extraordinaria ante el Congreso, el presidente del Tribunal de Cuentas Ramón Álvarez de Miranda.

Lo hizo tras desvelar El País que más de un centenar de los 650 empleados del órgano fiscalizador eran familiares entre sí y/o de altos cargos. Entre ellos, el propio presidente (que tiene a un sobrino y a su cuñada en el tribunal) y su vicepresidente, Javier Medina, cuyo hermano, hermana, esposa y una pariente de esta forman parte de la plantilla. Además, los dos máximos responsables del comité de empresa de los últimos años (de UGT), acumulan 16 parientes, entre esposas, exesposas, hijos, cuñadas, primos y amigos. Los puestos del Tribunal de Cuentas son muy codiciados porque sus sueldos están entre los más altos de la Administración.

Álvarez de Miranda se comprometió entonces a algo que nunca antes había sucedido: someterse a la fiscalización de expertos europeos. Para ello se ha formado una comisión con miembros del Tribunal de Cuentas de la UE y otros del portugués. Los consejeros del tribunal español (siete propuestos por el PP y cinco por el PSOE; uno de ellos consensuado con IU) no esperaban que aflorase el tema del nepotismo y no han ocultado su nerviosismo, según fuentes del tribunal. Sus colegas irlandeses, belgas y portugueses se han entrevistado con numerosos empleados y altos cargos de la institución y se han llevado abundante documentación para analizarla antes de emitir un informe.

Uno de los temas objeto de análisis es la gestión del personal. Y es aquí donde ha puesto el acento, mediante la entrega del citado escrito de ocho folios, el letrado Fernando Clemente, uno de los entrevistados por estos inspectores europeos. Clemente desgrana en su escrito, entre otros, el nombramiento en 2012 de Enrique Medina (hermano de Javier, número dos del Tribunal de Cuentas de España tras Álvarez de Miranda) como subdirector del área de Presidencia. Y señala que este asunto está judicializado en el Tribunal Supremo (como también lo estuvo el nombramiento de una hermana del exconsejero socialista Ciriaco de Vicente).

Medina fue gerente del Tribunal de Cuentas hasta 2012, cuando se renovó el pleno del tribunal que aupó a la presidencia a Álvarez de Miranda; y este decidió apartarle de la gerencia. Y se le buscó la citada plaza de subdirector. Pero este nombramiento ha estado plagado de polémica. Lo último es una sentencia del Tribunal Supremo del pasado 4 de febrero (posterior a la entrega del escrito presentado por Clemente) que declara nula una corrección de errores que hizo el Tribunal de Cuentas con la finalidad de ajustar la citada plaza al perfil de Enrique Medina y evitar que otros con más méritos la pidieran. Inicialmente se puso como requisito para acceder a ella que el aspirante debía saber inglés y francés, entre otros requisitos. Pero al percatarse el tribunal de que el exgerente los incumplía se eliminó. La plaza, además, se habilitó con carácter de urgencia, a pesar de que no existía tal premura, según destaca en un demoledor informe el Abogado del Estado del Tribunal de Cuentas, Javier Borrego, quien describe a lo largo de 26 folios la cadena de irregularidades cometidas para adaptar esa plaza a Medina. El tribunal de Cuentas está a la espera de que el Supremo resuelva otros tres recursos (de momento sólo se ha pronunciado sobre uno de ellos, el antes citado) relacionados con el caso Medina.

El nombramiento de Medina para esa plaza fue objeto de tensión y debate en un pleno del Tribunal de Cuentas celebrado el pasado 20 de diciembre. La ponente de este asunto, la consejera a propuesta del PSOE Enriqueta Chicano (junto a su colega María Antonia Lozano) se negó a ratificar el nombramiento, y ambas emitieron votos particulares en contra. La mayoría de consejeros, no obstante, sí acabó apoyando a Medina para esa plaza. La carrera de Medina fue meteórica (llegó hasta gerente) a partir del nombramiento de su hermano como consejero en 2001 a propuesta del PP.

Fuentes del Tribunal de Cuentas explican así lo ocurrido: “Era necesario darle un acomodo, venía de ser gerente, y hay sentencias del Supremo que obligan a mantener en el tribunal y facilitar un puesto equivalente a quien deja de tener una responsabilidad”. “Eso no es verdad. Vale que se le busque una plaza tras dejar la gerencia, pero no tiene que ser en calidad de subdirector, hay otros puestos”, señalan fuentes del Supremo.

La información de El País ratifica punto por punto lo publicado por Confilegal.  

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