Los supuestos terroristas de la célula islámica en España quieren «la paz en el mundo»
La mayor parte de los miembros de la supuesta célula del grupo terrorista «Estado Islámico», que están siendo juzgados en Madrid por el tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia Nacional, afirmaron ante el trío de magistrados que ellos lo que quieren es «la paz en el mundo». Un deseo que comparten con las jóvenes que participan en los concursos de belleza.
El primero de los acusados, Karin Abdeselam Mohamed, presunto líder del grupo, condenó, además, el «terrorismo» y denunció ser un «cabeza de turco». Él sólo planeó viajar a Turquía para visitar «un campo humanitario de refugiados sirios» no a «luchar» en una zona de conflicto.
La Fiscalía de la Audiencia Nacional solicita penas de entre diez y doce años de cárcel para los miembros de este grupo, que fue desarticulado en junio de 2013 y que lideraba Karim Abdeselam Mohamed, alias ‘Marquitos’, junto a Ismael Abdellatif Al Lal, ‘Stifo’, acusados crear y financiar, desde abril de 2012, una célula radicada en Ceuta y Marruecos que envió ‘yihadistas’ a Siria con el objetivo de cometer atentados, algunos de ellos suicidas.
Para los dos enjuiciados el Ministerio Público solicita la pena más alta por un delito de integración en organización terrorista con la condición de dirigentes.
La legislación española no obliga a los acusados a jurar o prometer decir verdad, como ocurre en la Justicia estadounidense. Éstos pueden contar su versión «personalizada» -o más beneficiosa para sus intereses- o callarse sin que haya ninguna consecuencia. Se da la circunstancia, además, de que para los islamistas mentir a los «kafires», como se denomina en árabe a los infieles o no creyentes, no tiene ninguna consecuencia a los ojos de Alá [Dios]. No es pecado y está permitido.
Durante esta primera fase testifical, varios de los supuestos terroristas destacaron que el Corán prohíbe el suicidio y condenaron «todo tipo de terrorismo».
Asimismo, denunciaron haber sufrido un trato «discriminatorio» en prisión debido a su relegión.
El supuesto líder, Abdesalam Mohamed de la célula, negó ser un «referente» y haber dado «instrucciones» a familiares y vecinos para inmolarse en la guerra.
«Está prohibido por la religión matarse a uno mismo. Condeno cualquier terrorismo», ha respondido, a preguntas de su abogado defensor, Marcos García Montes.
«Otra vez me acusaron de pertenecer a Al Qaeda, ahora del Estado Islámico, cuando salga otro grupo me acusarán también por ello. La otra vez trajeron testigos protegidos y testimonios falsos», ha proseguido el acusado.
«Marquitos» consideró que «han querido buscar una cabeza de turco» en su persona.
Abdesalam Mohamed admitió, ante los jueces, que sí buscó una agencia de viajes en internet para comprar los billetes con el fin de desplazarse a Turquía. Pero que su objetivo era ponerse en contacto con una mezquita local y visitar un campo de refugiados.No fue allí a «luchar», afirmó, en el tono más convincente que pudo.
Asimismo, admitió que guardaba, en su ordenador, información sobre el conflicto sirio a la que podía acceder cualquier persona a través de Youtube, pero negó que fuera material propagandístico.
En el mismo sentido se expresaron otros supuestos miembros de la célula, radicada en Ceuta y Marruecos y desarticulada en junio de 2013. Abdelkrim Chaib Abdelaziz, que dijo servido dos años en el Ejército español, indicó que guardaba documentación sobre agresiones a «hermanos» sirios únicamente para informarse de su situación mientras que Mohamed Heyouf afirmó que el manual de explosivos localizado en su domicilio podría ser de su hermano «militar» pero no suyo.
«Quiero paz en todo el mundo, no solo en esa zona», prosiguió Mohamed Heyouf, que aseveró que el Corán «no es violento ni induce a la violencia».
Tras él, Tarik Mustafa Hamed aseguró que los 1.700 euros que le fueron incautados no iban a ser destinados para financiar la yihad, sino para pagar las deudas en las que incurrió como padre de cuatro hijos.
«La yihad la estoy haciendo yo en mi casa. No me hace falta viajar hasta Siria para hacer la yihad, la estoy haciendo todos los días en mi casa levantándome a las 7 de la mañana para limpiar servicios de subsaharianos, para fregar o para limpiar los cristales de los cuartales militares», afirmó Tarik Mustafa, de profesión abrillantador, que ha dicho ser «adicto a la droga» como el otro acusado, Karin Abdeselam.
«Soy adicto a la droga, me meto coca, me meto pastillas, me meto porros, marihuana, hachís», concluyó.
Por su parte, Mohamed Heyouf Mohamed, alias Aiuf, negó también las acusaciones del fiscal y comentó que en su religión «está prohibido la guerra y matar a inocentes, mujeres y niños». hermanos, militar.
El juicio seguirá el miércoles, a las 10:00 horas, en la sede de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares (Madrid) con la declaración de los demás acusados.