El exsecretario de Estado de Justicia, Fernando Román, se autodescarta como candidato a la secretaría general del CGPJ
El magistrado de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la AN y exsecretario de Estado de Justicia, Fernando Román, se ha autodescartado como candidato a la secretaría general del Consejo General del Poder Judicial, vacante tras el fallecimiento de su titular -y amigo personal-, José Luis Terrero. «No me interesa, para nada, ser secretario general del CGPJ», ha declarado a Confilegal.
A Fernando Román y al presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, les une una larga amistad personal.
Varias personas que ocupan puestos de importancia en el Consejo fueron, en su día, personas de confianza de Román en el Ministerio de Justicia y en el Tribunal Supremo, donde antes había ocupado el puesto de jefe del Gabinete Técnico del Alto Tribunal.
El «fichaje» de José Luis de Benito, como vicesecretario general del CGPJ, se realizó por consejo suyo.
De Benito es uno de los tres candidatos en liza a ocupar la secretaría general. Las otras dos personas son Esperanza Córdoba Castroviejo, jefa del Servicio de Inspección del órgano de gobierno de los jueces, y Nieves Buisán, inspectora delegada en ese mismo Servicio de Inspección.
«No me interesa, en absoluto», manifestó categórico el exsecretario de Estado y mano derecha de Alberto Ruiz-Gallardón en los tres años -entre 2011 y 2014- que éste ocupo la cartera de Justicia.
«Es un mero rumor. La primera vez que lo escuché fue en la capilla ardiente de José Luis Terrero, un gran amigo mío, y me enfadé muchísimo. Terrero era una gran persona y un gran profesional», añadió. «Lo repito: Ni me interesa ni nadie me ha invitado. Es sólo un rumor sin fundamento».
Tras su salida del Ministerio de Justicia, Román regresó a su destino, en la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional (AN), que tiene su sede en la calle Goya, 13, de la capital de España.
Para muchos, en el CGPJ, la candidatura a la secretaría general de Fernando Román era de una lógica aplastante.
Román conoce muy bien el Consejo, además del Supremo. Entre 1999 y 2004 sirvió en este organismo como letrado de la Comisión de Estudios e Informes. Y entre 2004 y 2011 fue jefe del Gabinete Técnico del Tribunal Supremo.
Es, por lo tanto, un hombre de gestión.
Tanto Lesmes como Román formaron parte de la Comisión Institucional para la elaboración de la propuesta de texto articulado de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) que, desde el Ministerio de Justicia, propició la transformación radical del funcionamiento interno del CGPJ por primera vez desde su nacimiento, en 1980.
Las aportaciones de Román, fruto de su conocimiento de primera mano y de sus reflexiones personales, contribuyeron a modelar el modelo final del CGPJ operativo actualmente.
Además de Lesmes y Román, la Comisión estaba compuesta por el propio Ruiz-Gallardón, el magistrado del Supremo, Luis María Díez-Picazo -que presidía la Comisión- Antonio Dorado, secretario judicial y vocal del CGPJ, Marta Silva de Lapuerta, abogada general del Estado, Juan Damián Moreno, catedrático de Derecho Procesal, Joaquín María Vives, abogado, Antonio Álvarez-Buylla, decano de los procuradores de Madrid, y Luz Ruibal , profesora de Universidad y asesora del Gabinete del Secretario de Estado; Ruibal ejerció como secretaria de la Comisión.
Las declaraciones de Fernando Román cortan de raíz el rumor de su posible candidatura a la secretaría general del CGPJ.
Un nombramiento que, casi con toda seguridad -según fuentes judiciales consultadas-, no sería bien visto desde el Ministerio de Justicia, donde se han eliminado todos los rastros de la época en la que Alberto Ruiz-Gallardón fue titular y en la que el exsecretario de Estado jugó un papel destacado.
Sin embargo, esas mismas fuentes reconocen también que, para Lesmes, la presencia de Román al frente de la secretaría general supondría un fichaje de alto valor estratégico. «Fernando Román es un trabajador infatigable. Es de los que llega el primero y se marcha el último. Vive por y para su trabajo», añadieron las mismas fuentes.