La defensa de la asesina de Isabel Carrasco alega que estaba «enajenada» cuando disparó

La defensa de la asesina de Isabel Carrasco alega que estaba «enajenada» cuando disparó

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16/4/2015 00:00
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Actualizado: 16/4/2015 00:00
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El abogado de Montserrat González, 56 años, asesina confesa de Isabel Carrasco, presidenta de la Diputación de León, ha optado por la defensa «clasica» de argumentar que padecía enajenación mental en el momento que sucedieron los hechos. Por eso, solicita, en su escrito de defensa, una pena de 8,5 años de prisión; 7 años por un delito de asesinato y 1,5 por otro de tenencia ilícita de armas.

José Ramón García García ha optado por echar mano del artículo 21 de Código Penal como única tabla de salvación para su principal cliente, Montserrat González.

El artículo de las atenuantes.

Según el letrado, que reconoce la participación de la madre y de la hija, Triana Martínez, en el crimen de Isabel Carrasco, ambas tenían las facultades perturbadas y no podían apreciar la gravedad de los hechos.

Precisamente, el punto 3 de ese artículo establece como atenuante «La de obrar por causas o estímulos tan poderosos que hayan producido arrebato, obcecación u otro estado pasional de entidad semejante».

En el escrito de calificación presentado ante la magistrada titular del Juzgado de Instrucción número 4 de León, Sonia González, García García reconoce que Montserrat González actuó de esa forma, matando a Isabel Carrasco, por el profundo odio que sentía hacia ella.

Un odio que tenía su origen en el despido de su hija de la Diputación de León, donde ocupaba una plaza de interina como ingeniera de comunicaciones.

El abogado defensor argumenta que esa situación le provocó un trastorno mental transitorio. Por eso, solicita que se tenga en cuenta esto como eximente incompleta para reducir la pena de asesinato de 20 años a 7 años.

En lo que se refiere a Triana Martínez, hija de Montserrat, García García -que es el letrado de las dos- cree que en el momento en que su madre mató a la presidenta de la Diputación de León, ella sufría una depresión y una enajenación, por lo que procede su libre absolución.

La libertad completa.

En el caso de la joven, de 36 años, el abogado se basará en un informe psiquiátrico para demostrar que, desde que fue despedida de la Diputación y a causa de lo ocurrido a continuación, y se vetó su acceso a varios puestos de trabajo supuestamente por influencia de la víctima, Triana cayó en un estado de depresión y de enajenación mental que llevó a la joven a formar parte del plan criminal para acabar con la vida de la presidenta sin ser consciente de su trascendencia.

En todo caso, argumenta la defensa, se le podría imputar un delito de encubrimiento, pero su estado mental la hace inimputable, de ahí que solicite la libre absolución.

Raquel Gago, de 42 años, la tercera acusada, tiene como abogado a Fermín Guerrero, que el miércoles presentó su escrito de defensa en el que solicitaba la libre absolución de la Policía Local.

Guerrero considera que no hay pruebas de su participación en el crimen más allá de su presencia en determinados momentos en circunstancias muy puntuales que no prueban que conociera los planes de las otras dos imputadas.

Gago es la única de las tres mujeres que está en libertad. La recoboró el pasado 29 de enero. Así lo decretó la Audiencia Provincial de León, que le impuso una fianza de 10.000, revocando la decisión de la magistrada instructora que, en tres ocasiones anteriores lo había denegado.

Montserrat González y Triana Martínez continúan encerradas en la prisión de Mansilla de las Mulas.

El Ministerio Fiscal, por su parte, solicita para cada una de ellas una pena de 23 años de prisión. Su informe es contundente, en lo referente a la supuesta implicación de agente: «conocía los propósitos homicidas de las otras dos acusadas y colaboró con ellos».

La presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, perdió la vida tras recibir tres impactos de bala, el 12 de mayo de 2014, cuando atravesaba una pasarela peatonal, en León, y sobre el río Bernesga. Carrasco se dirigía a la sede del PP en el Paseo Salamanca.

Veinte minutos después, la Policía detuvo a María Montserrat González y a su hija como supuestas autoras. El ingreso en prisión de Gago se produjo cuatro días más tarde, después del interrogatorio al que fue sometida por la juez de instrucción.

Inicialmente quedó en libertad.

Ella fue la que entregó, 48 después del crimen, el arma homicida en Comisaría. Entonces expicó que la había encontrado en su coche.

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