Un error obliga a adelantar la salida de prisión del etarra Balerdi

Un error obliga a adelantar la salida de prisión del etarra Balerdi

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19/4/2015 00:00
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Actualizado: 19/4/2015 00:00
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El etarra Juan Carlos Balerdi Iturralde, condenado a más de 350 años de cárcel por ocho asesinatos, saldrá de prisión antes de lo que tenía previsto. Así lo ha acordado la Audiencia Nacional (AN) en un auto que obliga a descontarle una redenciones que no se le habían contabilizado por una serie de sanciones.

Los jueces argumentan que aquellas sanciones no se incluyeron en su expediente dentro del plazo estipulado para poder interrumpir las redenciones.

«Procede por lo tanto reconocer el derecho a redimir del Sr. Balerdi Iturralde en el periodo comprendido entre el 12.8.1989 y el 4.9.1990, al no haber acordado en tiempo y forma la baja por sanciones», sentencia este auto. Fuentes jurídicas han informado de que la Audiencia Nacional ya ha solicitado a Instituciones Penitenciarias un nuevo cálculo de la condena que le queda por cumplir al etarra teniendo en cuenta las redenciones que le corresponden por ese periodo.

Cuando un preso recibe una sanción grave deja de redimir durante el tiempo que cumple esa sanción. Según el auto de la Sección Primera de la Sala de lo Penal, el etarra Balerdi «incurrió en varias sanciones» en el periodo que va entre 1989 y 1990, pero matiza que no constan en su expediente. «Las sanciones debieron ser canceladas (cumplidas) y han prescrito», añade la resolución de la que ha sido ponente el magistrado Javier Martínez Lázaro.

Para interrumpir las redenciones por una sanción la Audiencia Nacional recuerda que es necesario «una propuesta de baja en redención y un auto motivado del juez de vigilancia que la acuerde». Tanto la propuesta como el auto «deben producirse en el plazo de cancelación de las sanciones» ya que, según advierte, «una vez canceladas, el interno se encuentra a estos efectos en una situación igual a aquella en la que se encontraría si no las hubiese cometido».

FIRMÓ CON: «DISPERSIÓN NO»

«Por tanto, si no hubo propuesta en su momento y no hubo resolución judicial no puede salvarse esta omisión meses o años después de la cancelación de las faltas a modo de indirecta y extemporanea sanción», concluye este auto en el que se precisa que no fue «hasta el año 2005 en el que sí aparece entregada al penado una notificación». Por otra parte, el tribunal recoge que a la hora de firmar esa notificación, el terrorista en lugar de poner su nombre escribió «Dispersión no».

«Sin declaración judicial no puede entenderse constituida esa situación excepcional en la aplicación del beneficio penitenciario», reitera la resolución dictada el pasado 9 de abril.

Juan Carlos Balerdi, detenido en abril de 1989, lleva 26 años en prisión y actualmente cumple condena en la cárcel de Huelva junto a otros presos de la banda como el asesino de Miguel Ángel Blanco, Javier García Gaztelu, alias ‘Txapote’. Las cárceles del sur son en las que los sucesivos Ministerios del Interior han agrupado a los presos de ETA más irredentos.

TODOS SUS ATENTADOS

Balerdi fue un activo pistolero de ETA a finales de la década de los ochenta en las filas de ‘comando Eibar’ hasta que fue detenido por agentes de la Guardia Civil en abril de 1989 cuando tenía 27 años de edad. En total suma ocho asesinatos por los que fue condenado a 362 años de prisión.

Sus primeras víctimas mortales datan del año 1987. Fueron los guardias civiles Manuel Ávila y Federico Carro quienes la noche del 9 de septiembre de ese año se acercaron a inspeccionar un coche que los terroristas habían dejado aparcado en Gernika (Vizcaya).

Cuando los agentes se encontraban cerca del vehículo fue el propio Balerdi quien activó la carga explosiva mediante un control remoto. Tenían 21 y 29 años. El etarra fue condenado por estos hechos en 1994 a 62 años de cárcel en la Audiencia Nacional.

14 DISPAROS

Su siguiente víctima fue el sargento de la Guardia Civil, José Luis Gómez Solís, asesinado dos semanas antes de las Navidad de 1987 en Placencia de las Armas (Guipúzcoa). Balerdi y otros dos terroristas esperaron a que Gómez Solís saliese de un bar acompañado de su mujer para asestarle un total de 14 dispararon que acabaron con su vida.

Por este asesinato fue condenado a otros 29 años en 1990.

El 25 de mayo de 1988 participó en el asesinó en Eibar (Guipúzcoa) del hostelero Sebastián Aizpiri, quien recibió dos disparos en la cabeza. La Audiencia Nacional le condenó a 30 años más de cárcel. También en junio de 1988 participó en el asesinato de otro hostelero en Elgoibar (Guipúzcoa) llamado Javier Zabaleta por lo que le impusieron otros 30 años de prisión en 1991.

El 16 de octubre de 1988 Balerdi y sus compañeros colocaron cuatro artefactos explosivos en la vía del tren Madrid Irún, concretamente a la altura de Legazpi (Guipúzcoa) con la intención de asesinar a las fuerzas de seguridad en el momento en el que fuesen a inspeccionar la línea férrea. La explosión de las bombas causó la muerte al agente de la Ertzaintza Juan José Pacheco, de 26 años. Balerdi fue condenado en 1997 a 47 años de cárcel.

EL ESTADIO DEL EIBAR

El 18 de diciembre 1988 Balerdi accionó un coche bomba colocado en los aledaños del estadio del Eibar con el objetivo de alcanzar un convoy de la Policía Nacional. El atentado causó la muerte al policía nacional José Antonio Barrado y otros tres agentes resultaron heridos.

Por estos hechos el etarra fue condenado en 1990 a 134 años de prisión.

Su octava y última víctima mortal reconocida en los tribunales fue el hostelero Engraciano González, asesinado el 22 de diciembre de 1988 en Zarauz (Guipúzcoa). En torno a las 20.00 horas de ese día, el etarra Balerdi entró en el pub de su víctima y pidió una consumición, posteriormente le disparó dos veces en la cabeza. Fue condenado a otros 30 años de prisión. EP. 

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