A Lesmes no le gusta que los jueces escriban columnas de opinión

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11/5/2015 00:00
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Actualizado: 11/5/2015 00:00
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Al presidente no le gusta. No lo encuentra “estético”. Que un magistrado tenga una columna de opinión y que vierta en ella lo que pasa por su cabeza. Para Lesmes, los jueces tienen que hablar a través de sus sentencias. Quieren que sigan su ejemplo. Su perfil «bajo». 

Nos cuentan que ya ha hecho llegar su opinión a alguno de ellos. Le preocupaba, especialmente, “los contratos” que pudieran existir con los periódicos. Porque los contratos obligan,  lo que podría tener algún «viso de incompatibilidad» con su actividad como juez.

La cuestión es que en esto no existen contratos escritos al uso, como presume el presidente. Son acuerdos verbales. Los jueces “escribidores” se comprometen a escribir una columna  sin ninguna condición previa de ningún tipo. Escriben de lo que quieren. Nadie les condiciona sobre lo que tienen que poner. Pueden hacerlo regularmente o no.

Son, por lo tanto, libres.

Se amparan en el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, en el artículo 10 de la Convención Europea de Derechos Humanos, y en el 20 de la Constitución Española –todos dicen lo mismo-, que reconocen y proclaman el derecho a la libertad de expresión de todos los ciudadanos, incluidos los jueces. Que son eso, ciudadanos también.

Son conscientes de que el terreno sobre el que se mueven se asemeja a una fina capa de “hielo quebradizo”. Es el ejercicio libre del «arte de opinar». ¿Y cuáles son los límites? Los asuntos sobre los que tienen que decidir en su actuación jurisdiccional y, muy importante, lo que dicta el sentido común y la sensatez. Ese es terreno prohibido.

Al presidente puede no parecerle bien, pero es lo que hay. Eso piensan.

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