Juan Pablo González, favorito para sustituir a Gómez Bermúdez en el Central 3 de Instrucción de la Audiencia Nacional
Juan Pablo González, de 54 años, hasta hace poco juez de enlace de España en Francia, es el favorito para cubrir, en comisión de servicio, el Juzgado Central 3 de Instrucción de Gómez Bermúdez. Al parecer, el presidente de la Audiencia Nacional, José Ramón Navarro, lo ve con buenos ojos.
Ha sido precisamente Navarro el que ha optado por la vía de convocar una comisión de servicios de seis meses para cubrir, de forma interina, el agujero dejado por Javier Gómez Bermúdez tras su nombramiento como juez de enlace de España en Francia.
Para dar este paso ha contado con el visto bueno del presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes.
La Oficina de Comunicación de la Audiencia Nacional informó el pasado 14 de mayo que Navarro había establecido cinco días de plazo hábiles para que los interesados presenten su candidatura.
La Sala de Gobierno de ese órgano judicial hará una selección de los candidatos que se presenten y elevará su propuesta a la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que es la que, finalmente, decidirá.
González reúne los requisitos necesarios para hacerse con las riendas del Central de Instrucción 5 con garantías de eficacia y de resultados, según ha podido saber Confilegal de fuentes bien informadas.
Desde su anterior puesto, como juez de enlace en París, donde hizo un buen trabajo, ha acumulado una gran experiencia en materias que son naturales de la Audiencia Nacional, como el terrorismo yihadista, el terrorismo etarra o las mafias internacionales.
Actualmente ha vuelto a su destino, como magistrado en la Sección 15 de la Audiencia Provincial de Madrid.
Confilegal ha tratado de ponerse en contacto con González para confirmar esta información a lo largo del sábado, pero los intentos han sido infructuosos.
Su nombramiento –si se produce- no va a ser pacífico. La razón es porque no existe unanimidad en la solución de la comisión de servicio para este puesto en el CGPJ.
Precisamente, el argumento que propició la salida de Pablo Ruz del Juzgado Central de Instrucción 5 fue que no era de recibo que un puesto de tanta responsabilidad como ese estuviera cubierto por un magistrado en comisión de servicio.
La solución que se dio desde el CGPJ entonces, y que algunos de los vocales apoyarían también en esta ocasión, es que el puesto que ahora ha dejado vacante Gómez Bermúdez saliera a concurso de inmediato.
El problema es que si así se hiciera, podría ocurrir lo mismo que con José de la Mata, el magistrado que ha sucedido a Ruz en el Central de Instrucción 5, que fue director general de modernización con el ministro de Justicia socialista, Francisco Caamaño.
Fuera de sintonía, por lo tanto, con los postulados de la mayoría conservadora del CGPJ.
A diferencia del presidente de la AN y de los presidentes de las Salas de lo Penal, de lo Social y de lo Contencioso-Administrativo, que son elegidos por el Pleno del CGPJ, los magistrados de los Juzgados Centrales de Instrucción y de Sala acceden a ese puesto por riguroso orden de antigüedad.
Algunos de los vocales, de ambas «sensibilidades», coinciden en su oposición a la comisión de servicio, como lo prueba el hecho de que en el último Pleno, uno de los vocales de la mayoría conservadora advirtió a todos los presentes de que no se sacara el puesto vacante de Gómez Bermúdez de esa forma.
Esto va a colocar a Lesmes en una posición muy incómoda, sin duda alguna.
Podría llegar a ocurrir, incluso, que el presidente pudiera verse en una situación parecida a la del último Pleno para sacar adelante al sustituto del mediático Gómez Bermúdez: obligado a poner toda la carne en el asador, dejándose, en el proceso, numerosos pelos en la gatera.
Tendría una segunda opción: convocar públicamente la plaza, lo que dejaría a González al pie de los caballos, achicharrado.
González reúne todas las condiciones que se precisan: tiene una experiencia de más de 25 años en la Magistratura. Podría, incluso, convertirse en titular del órgano, llegado el caso, ya que tiene un número bajo en el escalafón judicial -aunque eso no asegura que se presente otro candidato con un número más bajo.
Este segoviano, ha sido juez instructor en varios destinos, decano de los Juzgados de Bilbao y vocal del CGPJ –desde 2001 a 2008; fue el impulsor de la política de cooperación internacional del órgano de gobierno de los jueces y, de forma especial, uno de los grandes promotores de Cumbre Judicial Iberoamericana-.
Pertenece a la Asociación Profesional de la Magistratura, la asociación mayoritaria de jueces; conservadora.
Durante los pasados cuatro años concurrió como candidato a las presidencias de la Sala de lo Penal de la AN (2012), de la Audiencia Nacional (2014) y del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (2014), sin éxito.
Se da la circunstancia de que si se produjera el nombramiento de González, sería la segunda vez que Gómez Bermúdez cambia de destino con su predecesor. En 2012 lo hizo con Grande-Marlaska. Éste abandonó el Juzgado Central de Instrucción 3 y pasó a ocupar la Presidencia de la Sala de lo Penal de la AN y Gómez Bermúdez se convirtió en el nuevo titular de ese Juzgado. Ahora, Gómez Bermúdez se marcha a París, como juez de enlace, donde González ha venido trabajando durante desde abril de 2012, y éste, de materializarse su candidatura, ocuparía el lugar del juez almeriense.
Gómez Bermúdez ha pasado ahora a la situación de «servicios especiales». Seguirá teniendo la propiedad de la plaza de ese Juzgado, a no ser que el CGPJ decida sacarla a concurso para que haya un titular.
En ese caso, Gómez Bermúdez volvería a la Sala de lo Penal, como magistrado.
El segundo candidato que había venido sonando con gran fuerza, antes de la aparición de González, es Juan Antonio Toro Peña, de 59 años, titular del Juzgado de Instrucción número 36 de Madrid.
Por otra parte, el nombre de María del Coro Monreal Huerta, de 52 años, magistrada-juez del Juzgado de Instrucción 34 de Madrid, también ha emergido como una posible candidata.
Para que se produzca el nombramiento, es requisito ineludible que el aspirante presente su candidatura formal.
