«El Código Penal no contiene medios para atajar la gran corrupción», según la juez Victoria Rosell
Carlos Enrique Bayo, Victoria Rosell, Salvador Garrido Soler y Mayte Quílez. FIBGAR.

«El Código Penal no contiene medios para atajar la gran corrupción», según la juez Victoria Rosell

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21/7/2016 07:53
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Actualizado: 21/7/2016 01:05
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«Nos dieron un Código Penal que es tan elocuente lo que contiene como lo que no contiene. No contiene penas ni agravaciones para el sector político y financiero, los que han provocado esta crisis. El Código Penal no contiene medios para atajar la gran corrupción», afirmó ayer la juez Victoria Rosell, exdiputada de Podemos, durante su intervención en la mesa redonda «La Libertad de Expresión como fundamento democrático. La perspectiva política», dentro de los cursos de verano de Torres, Jaén.

«El Código Penal no contiene protección para los testigos de corrupción a los que se persigue. Pero la disidencia política y social se criminaliza. Ha desaparecido la agravación por alteración del orden en eventos deportivos y se penaliza el derecho de reunión y manifestación», añadió.

«Hay leyes que están incumpliendo la Constitución», dijo con rotundidad la titular del Juzgado de Instrucción 8 de Las Palmas de Gran Canaria.

Junto a Rosell intervinieron Carlos Enrique Bayo, director de Público, y Maite Quílez, exdirectora de El Jueves, moderados por Salvador Garrido Soler, de Colectivo Gentes.

Bayo destacó que a pesar de que esta debería ser la época dorada de la información, por la inmediatez y la facilidad de publicar que existe. Sin embargo, «no es así, porque gobiernos, autoridades, grupos de presión, instituciones, estamentos religiosos y hasta particulares se han empeñado en agostar esa primavera de la comunicación que internet y las redes sociales han hecho germinar».

«En España también estamos asistiendo a una persecución desenfrenada de los que expresan sus opiniones a través de las redes, en virtud de una Ley Mordaza que castiga hasta a los periodistas que hacen su trabajo para impedir que se divulguen los abusos policiales o de otras autoridades», añadió.

Para concluir que «en definitiva, un panorama desolador que probablemente la mayoría de la población ignore: el ruido mediático es tan intenso que muchos confunden la avalancha de mensajes con libertad de expresión».

Maite Quílez, tras repasar la trayectoria de la revista relató cómo «cuando estábamos convencidos de que se podía hablar de todo, para nuestra sorpresa y la de todo el país  en pleno siglo XXI nos secuestraron una revista con la portada del entonces Príncipe con Leticia. El secuestro fue un error pues consiguió lo contrario a lo pretendido. En la siguiente portada salió como abejita y Leticia como una flor».

Tras esta mesa redonda se celebró el debate cara a cara: «Las formas de la Libertad de Expresión: Los medios antes y después de Internet»moderado por Juan Espejo, director de Diario Jaén y con la intervención de José María Izquierdo, periodista y Sergio Sánchez, responsable de la plataforma «No somos Delito».

José María Izquierdo destacó que “los periodistas tenemos que reconocer que la bajeza moral, el odio, siempre han estado presentes en los medios, igual que los poderes de todo tipo siempre han estado en contra de la libertad de expresión. Estamos, como siempre, en la discusión de donde acaba la indignidad y empieza el delito”.

Para el periodista, “es difícil valorar lo que nos esta pasando. Ahora tenemos más de 3.000 millones de usuarios de redes sociales. Facebook más mil millones, twitter más de 500, Linkedin más de 175 y las chinas, que suman mil millones.  Cifras millonarias de mensajes al día. Cifras escalofriantes: en una noche de año viejo 2012 se intercambiaron 18.000 millones de whatsapp”.

“Hay tal batiburrillo, tal aglomeración, tal bombardeo que somos incapaces de digerir bien entre los millones de mensajes. Me preocupa mucho el lenguaje. Al final el fanatismo que impera en las redes sociales y en los comentarios es un adelgazamiento de la inteligencia. Cada uno lee solo lo que quiere leer y cada vez tiene menos amplitud de miras”, añadió Izquierdo.

Sergio Sánchez, de la plataforma No somos Delito dijo por su parte que “nuestro objetivo es que se derogue la ley mordaza. Probablemente no lo consigamos. Pero nuestra función en esta mesa es hablar de esa ley y especialmente de su incidencia en la libertad de expresión y opinión y del periodismo”.

“Las redes sociales compiten con medios convencionales. Los ciudadanos forman ahora parte del cuarto poder y tienen un poder inmenso, por eso la ciudadanía es peligrosa para el gobierno y hay que amordazarla. Se establecen mecanismo paralelos cuya función es censurar. Se adaptan las leyes para reprimir la libertad de expresión. El objetivo es el mismo defender los sentimientos de una parte de la población que se identifica con la idea del gobierno” dijo también el ponente.

Por la tarde y tras el estudio de casos por parte de los alumnos, tuvo lugar la conferencia de clausura: «Mirando al futuro: Libertad de Expresión y democracia digital«, a cargo de Ignacio González Vega, magistrado y portavoz de Jueces para la Democracia.