Marín Castán, presidente del TS, homenajea a Ramón de Posada Soto, el primer presidente de esta institución
Francisco Marín Castán, presidente del Supremo, desvelando la placa en honor de su predecesor en Onao, Asturias. A la izquierda, Leopoldo Tolivar Alas, presidente de la Real Academia Asturiana de Jurisprudencia. A la derecha, José Manuel González Castro, alcalde de Cangas de Onís, y Ramón Rodríguez Álvarez, director del Real Instituto de Estudios Asturianos.

Marín Castán, presidente del TS, homenajea a Ramón de Posada Soto, el primer presidente de esta institución

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28/4/2024 20:24
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Actualizado: 29/4/2024 10:26
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Francisco Marín Castán, presidente interino del Tribunal Supremo y de su Sala de lo Civil, presidió el histórico homenaje al jurista asturiano, Ramón de Posada Soto y Rivero, primer presidente en la historia de esta institución que vio la luz el 17 de mayo de 1812.

Y lo hizo junto a Leopoldo Tolivar Alas, presidente de la Real Academia Asturiana de Jurisprudencia, Ramón Rodríguez Álvarez, director del Real Instituto de Estudios Asturianos, y el alcalde de Cangas de Onís, Asturias, José Manuel González Castro.

Fue en un solemne acto celebrado el pasado viernes en el salón de plenos del mencionado Ayuntamiento, a cuyo partido judicial pertenece la pequeña aldea de Onao, donde nació Posada Soto y Rivero en 1746. A 4 kilómetros de Cangas.

Marín Castán recordó la gran dimensión histórica de su primer predecesor y también su importante legado.

Posada Soto y Rivero fue nombrado presidente del Tribunal Supremo el 17 de abril de 1812 por la Regencia, a propuesta del Consejo de Estado, reunido a tal fin por decreto de las Cortes Generales, reunidas en Cádiz.

Con los franceses asediando y bombardeando la ciudad.

Posada Soto y Rivero siguió ejerciendo ese cargo hasta el 4 de mayo de 1814. Un total de un año y diez meses. Después vino la oscuridad.

El Rey Fernando VII derogó la Constitución de Cádiz y restauró el absolutismo. Una «noche negra» que duraría seis años. Hasta el 1 de enero de 1820, cuando el general Rafael del Riego, jefe del cuerpo expedicionario que iba a ser enviado a América para sofocar las sublevaciones, se sublevó, restituyendo, como primera medida, la «La Pepa», como se conocía a la Constitución -la primera de nuestra historia-, y con ella el Tribunal Supremo.

El primer presidente del Tribunal Supremo de España eso no lo vio. Posada Soto y Rivero murió en 1815 en Burguillos, provincia de Toledo, desterrado por el Rey. Tenía 69 años.

El primer presidente del Tribunal Supremo, el jurista asturiano Ramón de Posada y Soto, retratado por Francisco de Goya.

El alcalde González Castro, en sus palabras de bienvenida, subrayó que con este homenaje “saldamos una deuda histórica con un asturiano insigne, que dos siglos atrás, con su discurso, inició la actividad de nuestro más alto tribunal, al haber sido su primer presidente”.

Hoy, añadió, “es un día de emoción para Cangas de Onís, para Asturias, España e Hispanoamérica, que se dan la mano en la personalidad egregia de don Ramón de Posada y Soto”.

EMINENTE JURISTA Y POLÍTICO

Acto seguido Rafael Fonseca disertó sobre Posada, deteniéndose en su biografía y obra.

Concluyó señalando que “don Ramón fue un personaje eminente, jurista y político de una talla impresionante, defensor de la justicia y de los valores esenciales de la persona, cuya vida y obra son de tal interés que muchos estudiosos se fijaron en él. Este cangués y asturiano ilustre tuvo una trayectoria vital que es necesario rescatar, que debiera ser de conocimiento para todos los que aún lo desconocen. Un hijo de Cangas de Onís que este concejo tuvo el honor de ofrecer a Asturias, a España y al mundo”.

Después de la sesión académica en la sede municipal, los impulsores del homenaje se desplazaron a Onao, en cuyas antiguas escuelas se descubrió una placa en su memoria por el actual presidente del Tribunal Supremo, acompañado por las autoridades presentes.

Los sonidos de la gaita asturiana pusieron el entrañable colofón musical a la jornada.

Este solemne reconocimiento fue promovido por la Real Academia Asturiana de Jurisprudencia, a la que se sumó el Real Instituto de Estudios Asturianos y el Ayuntamiento de Cangas de Onís.

De izquierda a derecha, Leopoldo Tolivar Alas, presidente de la Real Academia Asturiana de Jurisprudencia, José Manuel González Castro, alcalde de Cantas de Onís, Francisco Marín Castán, presidente interino del Tribunal Supremo, y Ramón Rodríguez Álvarez, director del Real Instituto de Estudios Asturianos.
El salón de plenos del Ayuntamiento de Cangas de Onis presentó un lleno casi completo. Javier Junceda, el promotor de este homenaje, es el tercero por la izquierda en la primera fila.

JAVIER JUNCEDA HA SIDO EL PROMOTOR DE ESTE HISTÓRICO HOMENAJE

La iniciativa había partido del académico y columnista de Confilegal Javier Junceda, que había tenido la feliz idea de unir en ese objetivo a las instituciones organizadoras, a las que pertenece, así como al Ayuntamiento de Cangas de Onís.

Junceda conoció la figura de Posada y Soto con motivo de la redacción de su discurso de ingreso sobre juristas asturianos como miembro de número en el Real Instituto de Estudios Asturianos, organismo en el que preside la Comisión de Derecho, Economía y Ciencias Sociales.

“Estaba buscando setas y me encontré un Rolex”, declaró a Confilegal.

A partir de entonces, y ante el generalizado desconocimiento que detectó de este personaje no solo en su tierra natal, sino en España e Hispanoamérica, propuso recuperar su memoria, que se finalmente se ha materializado con los actos celebrados en Cangas de Onís.

«Posada y Soto desarrolló una intensa labor en la magistratura indiana, que comenzó en Guatemala y siguió en México. Al margen de su tarea judicial, fue un defensor a ultranza del indígena como Protector General de los Indios, así como creador de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de México, de la que fue consiliario y presidente», explica Junceda.

«Regresó a España como fiscal del Consejo de Indias, y posteriormente formaría parte del Tribunal de Vigilancia y Protección hasta retornar de nuevo al Consejo de Indias», añade.

En la nueva planta estrenada en la Constitución de Cádiz, «Posada sería elegido uno de los veinte magistrados elegidos por el Consejo de Estado, siendo nombrado su presidente. Leyó el primer discurso de inauguración de la historia del Tribunal Supremo de España, que tituló ‘De la Justicia y obligaciones de los que la ejercen’. Fue el 20 de julio de 1812. Un discurso que hoy continúa considerándose un documento crucial sobre el moderno derecho judicial español».

Y fue un asturiano.

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