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Opinión | La Justicia y los jueces en Ramón de Posada y Soto, primer presidente de la historia del Tribunal Supremo

Opinión | La Justicia y los jueces en Ramón de Posada y Soto, primer presidente de la historia del Tribunal Supremo
Javier Junceda, jurista, abogado, profesor universitario, recupera la figura del primer presidente del Tribunal Supremo, el asturiano Ramón de Posada y Soto, y su primer discurso, el primero de la historia de esta institución. Fue en 1812. Foto: Confilegal/Museo del Prado.
02/5/2024 06:32
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Actualizado: 02/5/2024 07:19
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El histórico discurso inaugural que Ramón de Posada y Soto pronunció en Cádiz el 20 de junio de 1812, como primer presidente del Tribunal Supremo, merece considerarse el acta de nacimiento del moderno poder judicial en España y en la Hispanidad.

 En él, el egregio jurista asturiano fija los criterios que debe seguir la justicia y quienes han de impartirla. Sus consideraciones permanecen intactas siglos después de ser pronunciadas.

Sostiene Posada que sin la justicia no puede subsistir ninguna sociedad, por pequeña que sea, al reunir en torno a ella las demás virtudes. 

Incluso la prudencia no sería de provecho sin la justicia, añade. 

Estas nociones de don Ramón constituyen la quintaesencia de los Estados de Derecho, así como del delicado juego de pesos y contrapesos en que se fundamentan los sistemas democráticos desde la Constitución gaditana.

La democracia no consiste solo en poder votar en unas elecciones, sino que es mucho más que eso.

Es contar con un auténtico régimen de derechos y libertades, en el que el ejercicio del poder observe los límites establecidos y respete el ordenamiento, así como aquellas otras reglas no escritas que permiten mantener intactas la separación de poderes y el resto de las capacidades de los ciudadanos para desenvolverse en libertad. 

Esos criterios son los que gravitan en las palabras de don Ramón, porque no es posible una nación en la que la justicia no esté al servicio de los principios más elementales en que se asienta su pueblo.

Ni en aquella en la que no exista la independencia judicial, como se ocupó de remarcar el Texto constitucional de 1812 en sus artículos 242, 243 y 252.

LO QUE DECÍA EL PRIMER PRESIDENTE DEL TS SOBRE LOS JUECES

Sobre los jueces, Posada insiste en que no hay mejor trabajo para el ser humano que el de poder administrar justicia. Y subraya además la necesidad de encontrar la verdad que conduzca a la aplicación de la ley o de los principios generales del derecho.

Adelantado a su tiempo, don Ramón invita a los juzgadores a consultar las dudas que suscitan las nuevas normas incomprensibles poniéndolas en contraste con el estudio, la meditación y la valoración de las circunstancias y costumbres de las que se hubieren proveído anteriormente, es decir, haciendo una llamada al derecho anterior al promulgado para resolver la perplejidad que a los operadores jurídicos les provocaban las novedosas disposiciones inconcebibles.

En tanto depositarios de las leyes, con la finalidad de aplicarlas en beneficio de los ciudadanos, Posada y Soto apela a que los jueces impartan justicia con integridad, con imparcialidad, con aspiración de exactitud, sin dejarse llevar por el odio ni las pasiones.

Como se puede advertir, la lealtad a la Justicia, a la verdad, al estudio detenido del derecho, a la honestidad y al servicio a la ciudadanía son los elementos en los que insiste don Ramón de Posada y Soto en su discurso inaugural del Tribunal Supremo.

Unas palabras que siguen constituyendo los cimientos de toda actividad judicial. 

CÓMO TENÍAN QUE SER LOS JUECES

Sobre las condiciones personales de los jueces recalca que han de tener buena fama, carecer de codicia y ser de buena palabra. Y que no olviden las diligencias domésticas más sagradas y huyan de la vanidad y el engreimiento, poniendo por delante la responsabilidad del cargo, el celo, la constancia y el afán diario. 

Recuperar la memoria de Posada es hacerlo, sin duda, con las mejores raíces del quehacer judicial.

De ahí el enorme acierto de la Real Academia Asturiana de Jurisprudencia, el Real Instituto de Estudios Asturianos y el Ayuntamiento de Cangas de Onís al honrar a Posada en su cuna, una emocionante iniciativa a la que se ha sumado el Tribunal Supremo, en la persona de su actual presidente.

Lo que toca ahora es ahondar en su legado, a lo que están convocadas las nuevas generaciones de juristas hispanos, que en la vida y obra de Ramón de Posada y Soto sabrán encontrar infinidad de claves para interpretar el presente y futuro derecho judicial de la hispanidad. 

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