Sospechosa similitud de la Ley de Amnistía con las leyes de desconexión catalanas de 2017

Lo primero que nos llama la atención de la Ley de Amnistía es su larga exposición de motivos, intentando justificar lo democrático y constitucional que es una amnistía, curiosamente lo mismo contenían la exposición de motivos de la Ley del Referéndum y de la Ley de Transitoriedad Jurídica y Fundacional de la República Catalana, aprobadas en los funestos 6 y 7 de septiembre de 2017.

Recordarán ustedes como los artífices de tales chapuzas jurídicas manifestaban que las mentes más eruditas en derecho habían blindado tales leyes para que fueran inatacables ante los recursos que se anunciaban.

Pues bien, como puede apreciarse ya en la exposición de motivos de la flamante Ley de Amnistía existe un parecido más que evidente entre las tres leyes.

Digamos que en todas ellas la exposición de motivos pretende justificar algo que es injustificable, lo que respondería más a aquel aforismo latino de “excusatio non petita, accusatio manifesta” que a una verdadera exposición de motivos, intentando defender lo que hasta hace pocos días no resultaba siquiera planteable.

Pero no se quedan aquí los paralelismos entre ambas construcciones jurídicas.

Recordarán como en los meses anteriores a su aprobación en el Parlamento catalán, las leyes se mantuvieron en el máximo secreto, incluso el contenido de la Ley de Transitoriedad se conoció en el mismo momento de su presentación en el parlamento el día 7 de septiembre.

Ahora la Ley de Amnistía también se ha mantenido en absoluto secreto hasta su presentación en el Congreso de los Diputados.

Quedan en el olvido para el Partido Socialista las exigencias de transparencia del actual ministro señor Iceta, en aquellos aciagos días de 2017, exigiendo conocer el contenido de dichas leyes.

TRANSPARENCIA

Pronto han olvidado las denuncias de que la democracia se fundamenta también en la transparencia, actuando de igual manera con su flamante ley de amnistía.

Y todo ello, para que nadie les pudiera estropear el pacto también negociado en secreto.

¿Dónde ha quedado la voluntad de Sánchez de que los acuerdos entre las formaciones políticas se efectúen con “luz y taquígrafos”?, decía en rueda de prensa previa a sus conversaciones con Iglesias en la investidura fallida de 2016. Incluso hablaban de su retrasmisión por “streaming”.

Y no solo existe un paralelismo entre las exposiciones de motivos y en el ocultismo de sus respectivas elaboraciones, también hay parecido más que evidente en algunos apartados de su contenido.

Sin llegar tan lejos como la Ley del Referéndum, que establecía que las decisiones de la Sindicatura Electoral eran irrecurribles, en la Ley de Amnistía se intenta limitar el efecto suspensivo de los recursos, con el único fin que pueda volver rápidamente quien huyó de manera indigna de la acción de la justicia, y lo haga sin ni siquiera esperar a la resolución de las cuestiones de Constitucionalidad y Prejudicialidad, como debería hacer cualquier español, quizás, en el fondo, es como reconocerle una nacionalidad diferente.

En fin, tal vez un día descubramos que fueron redactadas por la misma persona, o personas.

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