La otra cara de la moneda: cuando el exceso de trabajo en la procura se convierte en un estilo de vida “con mucho gusto”
Manuel Sevilla Flores y Encarna Bermejo Garres, de Sevilla Flores Procuradores conciben el trabajo como un bálsamo.

La otra cara de la moneda: cuando el exceso de trabajo en la procura se convierte en un estilo de vida “con mucho gusto”

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24/6/2024 06:30
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Actualizado: 23/6/2024 19:56
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El exceso de trabajo en la Justicia, en muchas ocasiones, ha traído consigo problemas de salud mental. Sin embargo, esto no siempre es así porque para algunos profesionales el poder dedicarse a lo que más les gusta y vivirlo con tanta pasión les hace sentir bien. Como dice el dicho, “sarna con gusto no pica”.

Este es el caso de Manuel Sevilla Flores y Encarna Bermejo Garres, de Sevilla Flores Procuradores. Ambos llevan trabajando mano a mano dos décadas. Eran alumna y profesor. Para ellos, el trabajo es un salvavidas.

Sevilla Flores lleva la profesión en las venas, es hijo de procurador. Tras estudiar Derecho, hizo un máster en Dirección de Empresas porque su intención no era continuar con el mundo jurídico. De hecho, se fue a un pueblo cerca de Cambridge, Reino Unido, para aprender inglés. 

Pero un problema de salud de su padre en los años 90 le hizo cambiar su futuro. “¿Qué voy a hacer ahora?”, se preguntó. Estuvo un tiempo sin ejercer porque no le gustaba ser procurador pese a que su padre tenía un despacho. 

Quizá porque en su casa siempre había visto una gran cantidad de trabajo los fines de semana y, en ese momento, tenía otras aspiraciones. Pero a día de hoy está convencido de que nada le hubiese dado más éxito que su despacho. 

Finalmente decidió probar y vio que podía ser lo suyo. Tanto que incluso llegó a pertenecer a la Junta de Gobierno del Colegio de Procuradores de Murcia, donde conoció a un sinfín de personas y despachos a los que admiraba. Aprendió mucho de ellos y supo que posicionar la marca era imprescindible.

Manuel Sevilla Flores tiene el despacho desde hace 30 años.

Normalmente suele trabajar una media de 11 horas al día, pero antes “eran muchas más”, y los fines de semana también. No recibe menos de 100 llamadas diarias, algo que reconoce que le agobia un poco porque llevan asuntos de mucha responsabilidad. “Pero hay que saber dominar y gestionar la carga de trabajo”.

Y ya no es sólo trabajar, sino leer información, los cambios de leyes o artículos de opinión para poder estar siempre actualizado. 

Respecto a cómo le afecta el exceso de trabajo a su vida personal, el procurador explica que en nada. No tiene hijos, pero está muy unido a su mujer, de la que habla con gran admiración. Trabajan “como burros” -ella es profesora- y disfrutan en los momentos en los que pueden hacerlo. Sólo está deseando llegar a casa para darle un beso a ella y a su perra.

En su tiempo libre sale a comer con ella, hace deporte todos los días y agenda planes con sus amigos. Para Sevilla Flores, lo importante es que el tiempo sea de calidad. “Disfruto a tope, pero cuando toca trabajar, toca trabajar”.

El trabajo, un bálsamo en los momentos más difícil

Bermejo Garres, que también es socia de Women in a Legal World, no viene de familia que se dedique al sector jurídico. Estudió Derecho por rebote, realmente quería ser periodista, pero esa carrera no estaba por aquel entonces en Murcia y no era posible marcharse a otra ciudad. De modo que se decantó por Derecho.

Encarna Bermejo también es socia de Women in a Legal World.

Y aunque el estudio no ha sido tan divertido como el ejercicio, reconoce, es una enamorada de su trabajo. Le encanta la procura y se siente una afortunada al trabajar en algo que le encanta”. También le ha ayudado a superar situaciones en su vida más complicadas. 

“El trabajo es un bálsamo, alivia mucho dolores del alma”. 

Tiene dos hijos y su jornada laboral la encamina respetando dos cosas fundamentales. La primera, empezar el día con deporte con su entrenador personal, algo que le da la vida, también sale todos los días a caminar a primera hora. Una caminata que comparte con su marido y que es un momento especial porque permite liberar todo el estrés.

Y, en segundo lugar, intenta ir casi todos los días a recoger a sus hijos al colegio, de modo que ese momento lo deja libre de reuniones porque “es sagrado”. Una vez en casa, les deja haciendo los deberes con una persona externa de confianza y por la noche les toma la lección. 

“Tenemos a una persona que nos echa un cable”, y no pasa nada, porque hay que delegar. Y algo que deja claro es que tanto ella como su marido son un equipo con respecto a la crianza de los niños. Y todo esto es lo que le permite poder disfrutar de su profesión pese al exceso de trabajo.

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