Blas Jesús Imbroda, candidato a presidente del CGAE: «La ausencia de la Abogacía en el CGPJ es un desprecio que no debe consentirse»
El decano del Colegio de Abogados de Melilla, Blas Jesús Imbroda, es uno de los tres decanos que aspira a suceder a Victoria Ortega al frente de la Presidencia del Consejo General de la Abogacía Española, que celebrará elecciones mañana viernes. Foto: Confilegal.

Blas Jesús Imbroda, candidato a presidente del CGAE: «La ausencia de la Abogacía en el CGPJ es un desprecio que no debe consentirse»

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27/6/2024 01:45
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Actualizado: 27/6/2024 08:29
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Es decano del Colegio de Abogados de la ciudad autónoma de Melilla desde 2001. Hace 23 años. Blas Jesús Imbroda, ha conseguido que su colegio sea. hoy una de las instituciones más respetadas.

De forma paralela, Imbroda ha sido uno de los grandes trabajadores del Consejo General de la Abogacía Española (CGAE), donde ha contribuido de forma decisiva a la formación y a la innovación tecnológica. Desde 2016 es presidente de la Subcomisión de Extranjería y Protección Internacional del Consejo.

Es el artífice de que, a día de hoy, Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, figure como encausado ante el Tribunal Penal Internacional. También calificó, en marzo de 2022, de crímenes de guerra las víctimas que produjo Rusia en Ucrania un mes después de invadirla.

Blas Jesús Imbroda es uno de los tres decanos que se presenta a las elecciones que tendrán lugar mañana viernes en el CGAE para suceder en la Presidencia a Victoria Ortega, quien ha renunciado a presentarse a la reelección.

Sus principales competidores son el decano de Las Palmas de Gran Canaria, Rafael Massieu, de Málaga, Salvador González, y la exconsejera del CGAE, Carmen Pérez Andújar. Imbroda confía en sus fuerzas, en su trayectoria profesional y en sus ideas para llevarse el gato al agua. No va a ser fácil, lo reconoce, pero no imposible.

Esta entrevista ha tenido lugar pocas horas después de conocerse el acuerdo entre el PSOE y el PP para renovar el Consejo General del Poder Judicial. Entre los seleccionados no hay ningún abogado ejerciente, lo que considera «una falta de respeto y un desprecio que no se puede consentir».

Es rotundo en su opinión. En esta entrevista explica las razones que le han llevado a tomar la decisión de competir por la Presidencia del CGAE. Tiene experiencia, tiene conocimiento de la casa, dice saber lo que debe de hacerse.

Considera que puede ser un buen capitán en esta nueva singladura que el Consejo va a comenzar el próximo 19 de julio, una vez que el elegido por los 83 decanos que conforman el CGAE sustituya a Ortega. Y espera ser él. Lo explica todo en esta entrevista.

¿Cuál es su valoración sobre el acuerdo alcanzado entre el PSOE y el PP para la renovación del CGPJ?

Me parece muy bien que se haya puesto fin a la situación anómala del CGPJ y también me ha parecido muy bien que se haya practicado la cultura del acuerdo, que tan necesaria es en la política española, y muy especialmente en temas de estado, como lo es la Justicia.

Sin embargo, tengo que expresar mi más absoluto rechazo a la falta de respeto que se ha tenido con 154.100 abogados y abogadas que hay en España al no incluirse a la Abogacía en el CGPJ.

No solo se incumple el mandato constitucional del artículo 122.3 de la C.E. que contempla que deba haber abogados, sino que ignoran también que la Abogacía debe ser una voz en el CGPJ pues vive en primera línea y sufre el día a día de los problemas de la Justicia. Nadie es más conocedor de los problemas y necesidades de la Justicia que la Abogacía.

Blas Jesus Imbroda es una de los más reputados abogados penalistas con una larga y probada experiencia ante la Corte Penal Internacional. Foto: BJI.

El hecho de que no haya además de ningún abogado vocal, ni tampoco ningún procurador, ni registrador, ni notario, ¿qué le sugiere? ¿Quizá ninguneo a las profesiones que dan vida a la justicia?

Por lo que respecta a la Abogacía no puedo decir más que es una falta de respeto y un desprecio que no se puede ni se debe consentir. A veces parece que los políticos de un color y de otro están más en sus compromisos personales que en dar respuesta a las necesidades, en este caso de la Justicia.

Si no hubiera sido así habrían contado con la voz de la Abogacía, que es quien protege, defiende y canaliza los derechos de las personas ante los Tribunales, y los primeros que viven cada día y padecen junto a sus clientes los muchos problemas que sufre la Justicia.

«Ignoran que la Abogacía debe ser una voz en el CGPJ pues vive en primera línea y sufre el día a día de los problemas de la Justicia. Nadie es más conocedor de los problemas y necesidades de la Justicia que la Abogacía»

¿Cuáles son las tres principales prioridades en su agenda para el próximo mandato si es elegido presidente del CGAE?

En primer lugar, pediría a todos los decanos y decanas, que tuvieran conciencia de la fortaleza que puede y debe tener el Consejo con todos los Colegios unidos, medianos, pequeños y por supuesto con la fortaleza también de los grandes.

El Consejo debe tener un potencial enorme para ayudar a todos los Colegios, para ser una voz permanente de apoyo a la Abogacía y para que se respete el derecho de defensa, y que este se preste siempre con plenas garantías a los derechos fundamentales.

En segundo lugar, acercaría el Consejo a toda la Abogacía, a todos los Colegios. Es necesario que la Abogacía sienta realmente que el Consejo es una institución a su servicio.

En tercer lugar, lideraría desde el Consejo los movimientos que son consecuencia de los problemas que sufre la Abogacía, como lo es el turno de oficio, un servicio público esencial que es maltratado por las administraciones.

Usted ha sido decano del Colegio de Abogados de Melilla desde 2001. ¿Qué lecciones de su experiencia allí cree que serán más útiles para dirigir el CGAE?

Un principio durante toda mi vida ha sido y es que nunca debemos ser conformistas ni muchos menos autocomplacientes, y en consecuencia siempre debemos intentar crecer y contribuir a hacer crecer el mundo que nos rodea, y en este caso las instituciones que lideramos por la confianza depositada por nuestros compañeros y compañeras.

Y esto lo hice en mi Colegio, y hoy es una de las instituciones más respetadas en mi ciudad, con un edifico nuevo de cinco plantas en el que se prestan servicios a la Abogacía y a los ciudadanos.

Permanentemente quiero afrontar nuevos retos y en este sentido mi Colegio fue el primero en implantar en España el Punto de Información Catastral, fuimos experiencia piloto en la implantación del proyecto SIGA, colaboramos intensamente con la Administración en la creación de las Oficinas de Asilo en la Frontera, entre otros.

Blas Jesús Imbroda imponiendo la medalla de oro del Colegio de Abogados de Melilla al entonces decano del Colegio de Abogados de Málaga, Javier Lara. Fue en 2018. Gran amigo de Lara, voló a Málaga para mostrarle su apoyo en el juicio al que tuvo que enfrentarse por defender al turno de oficio durante la pandemia.

Los abogados de oficio han estado demandando mejoras salariales y condiciones. ¿Cómo piensa abordar estas preocupaciones y qué medidas concretas propone para mejorar su situación

Es muy lamentable el trato que da la Administración a los Abogados del turno de oficio, especialmente en los Colegios del territorio común, es decir, dependientes del Ministerio de Justicia, con unas indemnizaciones exiguas y con actuaciones profesionales que no se compensan.

El turno de oficio es un servicio público esencial en nuestro estado de derecho y tenemos que conseguir que los baremos se dignifiquen y se abonen con puntualidad y regularidad, sin excluir ninguna actuación judicial.

Tampoco los Colegios, que tienen la responsabilidad de gestionar este servicio, son compensados adecuadamente. Debe acabar esta situación y si la Administración es indolente mientras la Abogacía sufre, debemos alzar la voz y demostrar que somos una institución que debe ser respetada.

Con el aumento de la digitalización, ¿qué papel cree que debe jugar el CGAE en la adaptación tecnológica de la abogacía española?

Se debe garantizar el acceso a todos los Colegios, especialmente aquellos que cuentan con menores recursos económicos por sus dimensiones y territorialidad. Y hacerlo en tres áreas fundamentales: Desarrollos y proyectos propios, con especial atención a SIGA y expediente electrónico; la formación en habilidades tecnológicas y la creación de un observatorio que nos facilite el análisis y conocimiento de todos los recursos e iniciativas que surgen en nuestro país o en el entorno y que pueden marcar el futuro en el ejercicio de la profesión; y en la Justicia digital, trabajando en equipo con el Ministerio de Justicia y con las diferentes CCAA con competencias en esta materia.

«El turno de oficio es un servicio público esencial en nuestro estado de derecho y tenemos que conseguir que los baremos se dignifiquen y se abonen con puntualidad y regularidad, sin excluir ninguna actuación judicial»

Ha mencionado la protección del ejercicio del derecho fundamental de defensa como una prioridad. ¿Cómo planea abordar los desafíos actuales que enfrenta el derecho de defensa en España?

De una parte, espero que definitivamente se apruebe la Ley Orgánica del Derecho de Defensa, por la que ha trabajado intensamente el Consejo.

De otra parte, deberíamos articular instrumentos de apoyo y amparo a toda la Abogacía cuando es perturbada en el ejercicio legítimo del derecho de defensa. Y, por último, reclamar y conseguir que la Justicia supere los problemas endémicos que la hacen lenta y en muchos casos ineficaz.

¿Cuáles son sus planes para fortalecer la cooperación internacional del CGAE, especialmente en temas relacionados con los derechos humanos y la protección internacional?

Siempre he dicho que la defensa de los Derechos Humanos, y la defensa y protección de los seres más vulnerables son el alma de la Abogacía. Seguiremos siendo referente para la Corte Penal Internacional en la lucha contra la impunidad ante los crímenes más execrables que afectan a toda la comunidad internacional.

También apoyando a las personas que huyen de los crímenes de lesa humanidad de los genocidios y de los crímenes de guerra y de las más graves violaciones de los derechos humanos. Y exigiré que la asistencia letrada en materia de protección internacional (asilos) sea preceptiva e impartida por los abogados de los turnos de oficio especializados en esta materia.

Por último, me propongo convertir la Abogacía española en un actor relevante en la cooperación internacional española y de la UE.

Ha defendido la gestión del consejo durante la pandemia. ¿Qué estrategias considera que fueron más efectivas y cómo planea aplicar estas lecciones en futuras crisis?

Durante el estado de alarma, no paré de trabajar junto a compañeros y compañeras de la Subcomisión de Extranjería y Protección Internacional y junto a los técnicos del Consejo, en el desarrollo y firma de un Convenio con la Administración para la implantación de la tramitación telemática de los expedientes de extranjería, con el correspondiente desarrollo tecnológico.

Se posibilitó la creación de este instrumento en beneficio del trabajo de la Abogacía en este ámbito, y actualmente es usado por más de 23.000 abogados. La lección que podemos extraer es que el Consejo tiene capacidades suficientes para ser útil en todo momento a la Abogacía.

Mirando hacia el futuro, ¿dónde ve al CGAE en diez años bajo su posible presidencia y qué legado espera dejar?

Me gustaría dejar un Consejo que sea respetado por todas las instituciones, y que todos los Colegios y toda la Abogacía sientan que está su servicio y que es una institución absolutamente útil para hacer mejor la Abogacía en su trabajo diario, hacer mejor el derecho fundamental de defensa y contribuir con todo ello a hacer mejor la sociedad.

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