Turno de oficio: Abogados y procuradores reclaman protección
Los abogados del turno de oficio de Cartagena protestaban por el maltrato que reciben, al no ser pagados en tiempo y forma./Twitter.

Turno de oficio: Abogados y procuradores reclaman protección

Para ALTODO, las agresiones y amenazas deben considerarse delito de atentado
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03/11/2019 02:30
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Actualizado: 03/11/2019 11:34
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Los abogados y procuradores del Turno de Oficio han llegado al límite de la paciencia. Viven agresiones y amenazas de sus clientes con una frecuencia creciente  y se sienten desasistidos por parte de los organismos colegiales y en particular por el Consejo General de la Abogacía Española.

La Asociación de Letrados por un Turno de Oficio Digno (ALTODO) ha emprendido una campaña en defensa de este colectivo a la que se suma el Colegio de Procuradores de Madrid.

Reclaman las mismas prerrogativas jurídicas de protección que tienen en la normativa penal el resto de intervinientes en la Administración de Justicia y que por tanto, estas acciones lesivas se consideren delitos de atentado.

Así lo han explicado diferentes profesionales a Confilegal.

La paliza que recibió el pasado 20 de octubre A.L.G, un abogado del turno de oficio en Palma de Mallorca, por parte de un individuo contra el que ejerció de acusación particular en un caso de robo por violencia, ha sido la gota que ha desbordado el vaso de la paciencia de sus compañeros abogados y también de los procuradores que se encuentran en similar riesgo.

A los miembros de ALTODO les preocupa la escalada de actos atentatorios contra los abogados y en especial los que trabajan en el Turno de Oficio.

Consideran imprescindible una protección integral.

Piden a la Administración las acciones necesarias para equiparar las medidas de protección de la abogacía del Turno de Oficio con el resto de profesionales que prestan servicios públicos y gozan de protocolos de prevención y actuación frente a la violencia en el trabajo.

El problema frente a un cliente agresivo, explican en la Asociación, es que en base al mandato del Turno de Oficio el abogado no puede renunciar bajo ninguna circunstancia y debe continuar con la defensa hasta que termine la instancia.

Y el riesgo se acrecienta, ya que tanto abogados como procuradores están obligados a consignar como públicos los datos de localización de su despacho, un teléfono y un correo electrónico.

Es todavía peor cuando la dirección del despacho coincide con el domicilio particular del profesional.

Juzgados de Plaza de Castilla, en Madrid. Carlos Berbell/Confilegal.

PROFESIONALES AMENAZADOS

“Hay muchos compañeros afectados por amenazas en el Turno de Oficio, muchísimos, y esta situación se ha agravado de unos años para acá”, explicó a Confilegal una abogada que prefiere no identificarse.

“No sé si es a causa de opiniones que se vuelcan en las redes sociales, pero hay personas que piensan que los profesionales del Turno de Oficio no son buenos o que no prestan a su cliente la atención suficiente».

«Sin embargo, la mayoría de abogados privados están en el turno y esto significa que trabajas bien, que estás en contacto con los juzgados, conoces su funcionamiento, a los jueces… es una garantía de que se trata de un buen profesional”.  

¿A qué se deben estos prejuicios?

Esta letrada lleva desde 1996 en el Turno de Oficio y ha sufrido amenazas.

En su opinión, la falta de respeto de determinados clientes tiene que ver también con que “se fían más de lo que les ‘aconsejan’ en el bar que de su propio abogado y tienen en cuenta las opiniones de quien no sabe.  Son prejuicios que hay contra el abogado y en mi opinión afecta por igual a hombres y a mujeres”.

¿Qué se puede hacer? Para la abogada “de momento lo que estamos viendo es que tenemos un problema y buscamos una solución; nos ayudamos unos a otros; hablamos de lo que nos pasa, de modo que si alguien se ve amenazado, avisa por si pasara algo».

«Y es que el problema es saber que no hay ningún protocolo por parte del colegio que ayude en esta situación. Me refiero en este caso del Colegio de Abogados de Madrid. Hoy por hoy el protocolo que nos funciona es la ayuda de la Asociación ALTODO y de los compañeros».

«El Consejo General de la Abogacía…, ¡ojalá se preocupase!”.

Pasillos de los Juzgados de Plaza de Castilla, en Madrid.

QUE ABRA LA PUERTA EL VARÓN MÁS ALTO

Otra de sus compañeras de turno de oficio relata su experiencia: “He tenido amenazas por parte de clientes. Y desde luego, desconozco que haya ningún protocolo. Lo que sé es que he tenido un problema, he acudido al colegio y no me han solucionado nada».

«En el Turno de Oficio es obligatorio asistir a todo tipo de clientes. Y te encuentras con que te amenazan, te  coaccionan y te agreden y no hay ninguna prevención para ese letrado  al que amenazan. Salvo ALTODO, nadie nos está ayudando.

“Por parte de los colegios –explica otra letrada que también prefiere no identificarse- no sólo nos dejan indefensos, sino que a los justiciables les prestan oído y a nosotros, no».

«Los clientes se dan cuentan de que presentan una queja ante el Colegio y se la tramitan; se ven por tanto con una potestad sobre ti que te tiene atrapada”.

Esta profesional que lleva doce años en el turno, relata un caso que tuvo con un cliente agresivo: “Yo me negaba a recibirlo en mi despacho y fui a consultar al Colegio para saber qué podía hacer».

«Me preguntaron si tenía algún compañero (hombre) con la recomendación de que si era así, abriera él la puerta y a poder ser, que fuera el compañero más alto del despacho. Esa solución es la que me dieron”.

¿Qué ha pasado en estos años para alcanzar este deterioro en las relaciones entre abogado y cliente?

“Todo se ha degradado- dice Antonio Abellán, de la vocalía de relaciones con los medios de ALTODO-«.

«Creo que igual que ha pasado en los ámbitos docente y sanitario y pienso que el origen es un problema de degradación de valores en la sociedad. Igual que la autoridad del médico o del docente se ha dejado de respetar, aquí está ocurriendo lo mismo».

«Sufrimos una enfermedad social, una crisis de valores y se debería empezar a actuar en las escuelas para contrarrestarlo”.

A partir de ahí, dice Abellán, “surge la necesidad de que se aplique la protección penal al igual que a médicos y docentes. Porque se está desbordando la situación por este reflejo de falta de valores en la sociedad. Y sin duda, necesitamos protección. Una medida eficaz sería considerarnos, a los miembros del turno de oficio, autoridad a efectos penales”.

Antonio Abellán Albertos es abogado, miembro del turno de oficio y de la Asociación de Letrados por un Turno de Oficio Digno.

EL PROBLEMA VIENE DE ATRÁS

En este sentido ALTODO viene demandando  que se actualice la ley para que en la norma penal los abogados sean considerados autoridad a estos efectos y que se cataloguen tales acciones lesivas como delitos de atentado.

Lo que plantean es similar a lo que ha sido necesario hacer con otras profesiones en los ámbitos sanitario y docente. En la consideración de servicio público de primer orden.

Luis Álvarez, vocal de apoyo de abogados amenazados de ALTODO, piensa que el problema ha existido siempre, pero últimamente se está visualizando. “Antes la gente no se atrevía ni a denunciar”, asegura.

“Hemos empezado a apoyar a todos los compañeros que pasan por este trance».

«Hicimos un comunicado y queremos dar visibilidad para presionar a las instituciones, a fin de que la Administración instaure protocolos de actuación de previsión y defensa en el trabajo;  que se nos reconozca como a los docentes, protocolos de violencia en el trabajo”.

“Desde que hemos montado el chat vamos conociendo muchísimos casos de abogados y ocurre lo mismo con los procuradores. Entiendo que los colegios lo han desconocido o la gente no se atrevía a decir nada. Incluso se han producido casos de abogados asesinados por sus clientes».

«Es preciso que seamos reconocidos como autoridad o que el colegio nos apoye…Hay que buscar soluciones. Mientras, el Consejo General de la Abogacía no dice nada y es algo tema que nos preocupa mucho”.

A nivel colegial considera que “hacen falta protocolos de sustitución y dispensa y por parte del Consejo General de la Abogacía,  que promuevan esa necesaria reforma legal en el Código Penal para que se  nos reconozca como autoridad penal”.

Añade: “No pedimos medallas. El abogado es un profesional humilde que cree en los valores democráticos.  Pero debemos tener protección penal y quien tiene la potestad para conseguirlo es el Consejo General de la Abogacía”.

Luis Álvarez Collado, miembro de la Junta Directiva de Altodo, tomó parte en el XII Congreso Nacional del CGAE. Le acompaña en la foto, el decano del Colegio de Málaga, Francisco Javier Lara, uno de los grandes defensores del Turno de Oficio. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.

CAMBIAR LAS CONCIENCIAS

“La agresión al abogado de Palma de Mallorca se produjo por ejercer el derecho de acusación contra otra persona. Si se cuestiona hasta esto… ¿qué independencia vamos a tener si temes que el de enfrente te va a matar?¿Quién va a querer participar en el turno de oficio?”, se pregunta Álvarez.

Antonio Abellán también considera que los casos se incrementan: “rara es la semana que no llegan uno o dos asuntos; van in crescendo y los compañeros están amedrentados».

«En ocasiones no lo denuncian porque  hay miedo a que se piense  que están  haciendo mal la defensa, o que poco menos que uno es un blando o que no sabe llevar bien a su cliente…Hay que cambiar las conciencias».

«Aquí hay muchos tipos de violencia, la física, la psicológica…La nariz sangrando del letrado de Palma  impresiona mucho, pero el 80 % son intimidaciones, es violencia psicológica. Y en una situación en que se perturba tu estado anímico es imposible poder hace una defensa en condiciones”.

Sobre la actitud de los agresores cuando se actúa, Luis Álvarez comenta que “lo curioso es que cuando sustituyes a un compañero amenazado y ven otra persona llevando su defensa, se calman”.

Añade por su parte Antonio Abellán “eso es porque ven que hay un equipo, que el abogado no está solo, sino que hay compañeros detrás».

«Tuve un caso de una compañera a la que habían amenazado de muerte y la dijeron que la iban a morder –en estos casos el que amenaza tiene SIDA-  Bajé a calabozos, me amenazó,  hablé con él y empezó a llamarme de usted y de Don».

«Yo iba con más compañeros. Pero era una persona muy colérica. A estas cosas nos enfrentamos”.

“¡OJO! YA SABES CÓMO RESUELVO YO ESTAS COSAS…”

Isidro Moreno, vocal de Relaciones con los Medios de Comunicación de ALTODO, vivió en primera persona una situación de este tipo.

“Me tocó defender a una persona que estaba acusada de formar parte de una red mafiosa que se dedicaban a averiguar los alijos de droga que venían de Colombia». 

«Atracaban a las bandas colombianas, averiguaban el almacén donde guardaban el material, se disfrazaban de policías y ponían balizas de seguimiento. Yo defendía a la exmujer del cabecilla».

«En los términos de que ella se veía presionada por él bajo la amenaza de que  si no colaboraba poniendo balizas  e seguimiento y siguiéndolas en el ordenador acabaría enterrada en cal viva junto sus hijos”.

“El día del juicio -continúa- se me plantó delante y me miró a los ojos con una cara terrible.  Yo conocía sus antecedentes por homicidio, que obraban en la causa. Él me espetó: ‘A ver qué vas a decir allí  dentro, ¡Ojo! que ya sabes cómo resuelvo yo estas cosas…’».

«¿Y qué haces? Aguantar el tipo, apartarte… ¡menos mal que llegamos a un acuerdo y se interrumpió el juicio!”. Con mucho sentido del humor en referencia a las desastrosas condiciones económicas de este colectivo, añade el abogado: “Te consuelas pensando que como en el turno de oficio ganas dinero…”.

El abogado Isidro Moreno, portavoz de ALTODO, en una foto tomada durante la ceremonia de los premios de la Asociación de Jóvenes Abogados. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.

PESADILLA PARA LOS PROCURADORES

José Antonio Sánchez Jáuregui es el presidente de la Comisión del Turno de Oficio y Justicia del Colegio de Procuradores y su relato es muy parecido al de sus colegas abogados.

Si bien en este caso el Colegio de Procuradores actúa en apoyo de sus colegiados y en estos términos se relaciona con ALTODO para coordinar una acción más eficaz.

También  desde esta Comisión crearon un chat y las malas experiencias vividas con los justiciables en el transcurso de su trabajo afloraron de inmediato.

“Empezamos a preocuparnos por este asunto a raíz de la denuncia de una compañera que pidió una sustitución debido a que sufría amenazas y acoso. La defendió ALTODO – explica José Antonio Sánchez Jáuregui-«.

«Creemos que hay menos casos entre los procuradores que con abogados y se debe a que con el procurador el justiciable tiene menos contactos. Coinciden en las vistas o, por ejemplo,  cuando tienen que  traer o llevar alguna documentación».

«Pero sí hemos observado que se producen incidencias entre los procuradores y estamos viendo cómo aunar medios para defendernos de esta situación. El problema es que con los justiciables no tenemos consideración de autoridad y se trata de gente conflictiva”.

“Ocurre también, -dice Antonio Sánchez Jáuregui, – que, en nuestro colectivo, tres de cada cuatro procuradores son mujeres y desgraciadamente hay mucho machismo, algo que he percibido más desde que estoy en la junta de Gobierno del Colegio».

«Sin duda esta es una situación que se da en la sociedad y  en este caso con un colectivo más extremo”.

Relata un caso que vivió directamente: “Fue hace tres o cuatro años. Hubo una procuradora a la que amenazaban gravemente pero también el mismo individuo amenazaba a la secretaria judicial. Sustituí yo a la procuradora y a mí no me amenazó”.

Los procuradores consideran necesario hablar con administración y con la asamblea de Madrid para plantear a los grupos parlamentarios regionales que propongan una iniciativa parlamentaria a las Cortes Generales que establezca la consideración de autoridades  para este colectivo del turno de oficio cuando surgen estas amenazas y agresiones.

Antonio Sánchez-Jáuregui (en representación del Consejo General de Procuradores de España) y Antonio Morán Durán (en representación del Consejo General de la Abogacía), recibieron en 2018 el premio Compromiso de Confilegal, en reconocimiento a la labor del Turno de Oficio; el galardón lo entregó la entonces consejera de Justicia de la Comunidad de Madrid, Yolanda Ibarrola. Foto: Amapola.

I CONGRESO NACIONAL

“Las cosas se han ido agravando. Siempre se han producido incidencias y los compañeros amenazados han ido manifestando los problemas que tenían con los justiciables para que les sustituyéramos».

«En la justicia gratuita, para los procuradores la prestación de servicio es obligatoria y una vez que te asignan el caso, es irrenunciable: sólo se puede sustituir a ese procurador o procuradora por una causa justificada”.  

“Viendo la gravedad de la situación está claro que se rompe la relación de confianza entre procurador y justiciable. Dentro de la ley de asistencia gratuita corresponde al colegio de procuradores decidirlo: siempre que sea motivado y razonado podemos prestar la sustitución”.

«¿Qué factores han hecho que aumenten las amenazas?», dice Sánchez Jáuregui que ha influido  la situación económica social y coincide en que en los centros escolares se observa una carencia de educación en valores.

“Esto es un reflejo agravado de lo que hay en la sociedad y más con la gente que tratamos…”.

En cuanto al apoyo institucional, destaca el procurador: “La Administración está muy parada; convendría dar un repaso importante a la  Ley de Asistencia jurídica gratuita, que es de  es 1996, y  contemplar la situación del acoso a los profesionales de justicia gratuita”.

El 21 de noviembre ALTODO celebrará su  I Congreso Nacional – El Congreso de la Abogacía de Oficio- , y en ese foro se presentarán las conclusiones sobre esta dura situación y sobre los riesgos que afrontan sus componentes.

La Asociación se está moviendo y entre sus planes figura hablar con el Colegio de Abogados, con la Consejería de Justicia de la Comunidad de Madrid, con el Ministerio de Justicia, y reunirse con el Colegio de Procuradores para establecer un protocolo de defensa.

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