Pablo Murcia, abogado: “La crisis sanitaria puede afectar a las ofertas profesionales de los despachos”
Pablo Murcia, asociado senior en Clifford Chance y profesor en ISDE.

Pablo Murcia, abogado: “La crisis sanitaria puede afectar a las ofertas profesionales de los despachos”

|
09/4/2020 06:30
|
Actualizado: 09/4/2020 21:35
|

No hay duda de que a estas alturas, a punto de cumplir un mes desde que se declarara en España el estado de alarma, la pandemia de coronavirus ha impactado en la vida de toda la población.

Los primeros en experimentar las medidas para frenar la propagación del virus fueron los estudiantes con la suspensión de clases en todos los niveles educativos.

Ahora, con el estado de alarma todavía en vigor, está en el aire cómo finalizará el curso académico.

Pablo Murcia Rabadán, asociado senior en Clifford Chance y profesor del Máster en Abogacía Internacional que se imparte junto con el Grado en Derecho en ISDE Law & Business School, analiza para Confilegal el impacto que está teniendo esta crisis en los estudiantes, en particular en los de derecho, así como la formación de este alumnado y su incorporación al mundo profesional.

“La más inmediata consecuencia de la crisis sanitaria actual provocada por el coronavirus COVID-19 ha sido la suspensión temporal ‘sine die’ de la prueba de aptitud del máster en derecho”.

El examen de acceso a la abogacía estaba previsto para el pasado 28 de marzo pero la expansión del coronavirus provocó su aplazamiento. Miles de estudiantes se encuentran ahora a la espera de una nueva fecha que se anunciará con tres semanas de antelación.

Cuando se tomó esta decisión faltaban todavía tres días para que se declarara en España el estado de alarma, que hizo llegar a los hogares las medidas más restrictivas.

No obstante, matiza, “la práctica del derecho es muy amplia y no homogénea”, es decir, “los periodos de crisis pueden afectar negativamente a ciertas áreas del derecho pero, también pueden provocar que otras, tales como la laboral o la concursal, repunten e incrementen significativamente su actividad, provocando así un incremento de los puestos ofertados para dichas áreas”.

Esto se verá en los próximos meses, por el momento la mayoría de centros formativos están empleando medios telemáticos para continuar con las clases, el objetivo, señala Murcia, es “ocasionar los menores perjuicios posibles a los alumnos”.

En cuanto a las prácticas profesionales durante el máster de abogacía, obligatorias para los alumnos, Murcia valora positivamente este periodo para la inserción laboral de los futuros abogados.

Profesión exigente

“Estas prácticas le permiten conocer y probar de primera mano cómo es el ejercicio profesional de la abogacía”. Una profesión que “requiere de gran dedicación y obliga a estudiar constantemente para estar al día”, apunta.

Por eso, “solo aquellos estudiantes que tengan una vocación real por la profesión se transformarán con el tiempo y la experiencia en grandes abogados”.

En este sentido, reconoce que a sus alumnos siempre les aconseja que se dediquen a la abogacía “si realmente tienen vocación por la profesión, apartándose, por tanto, de clichés sociales tales como, mi abuelo fue abogado, mi padres también lo son… ya que la abogacía es una profesión exigente”.

De ahí, remarca, la importancia de las prácticas, “para poder comprobar, de primera mano, si efectivamente ese es el rumbo profesional que quieren tomar. Esta decisión, como muchas otras en la vida, solo se toma de manera acertada tras un proceso de ensayo-error”.

Desde la perspectiva de los despachos, destaca que las prácticas “facilitan el proceso de incorporación definitiva del estudiante como abogado”.

Se examina su expediente académico y se les somete a distintas pruebas para comprobar las aptitudes que poseen. No obstante, subraya, “es el proceso de prácticas, el que permite a los despachos completar la evaluación y apostar por ellos”.

En cualquier caso, continúen o no después del periodo de prácticas, subraya, “la labor de formación de estos estudiantes en prácticas debe ser un objetivo prioritario de cualquier despacho desde el primer momento, ellos son el futuro”.

Prácticas, ¿remuneración obligatoria?

Uno de los temas más debatidos sobre las prácticas profesionales de los abogados es la remuneración de su trabajo. Actualmente, no es obligatoria y, esto hace, que en general estas prácticas, que son el paso previo a terminar el máster, se realicen gratis.

Sobre una eventual obligación a los despachos para que se remunere este trabajo, Murcia cree que es un “tema discutible” y “difícilmente generalizable teniendo en cuenta la variedad, tamaños y recursos económicos de los distintos despachos o empresas empleadoras”.

Por eso, subraya, “creo que hay fuertes argumentos a esgrimir tanto a favor como en contra”.

En contra de una remuneración de carácter obligatorio, señala que “las prácticas deben ser percibidas, fundamentalmente, como un último paso o eslabón en la fase formativa del estudiante más que como un trabajo”.

Asimismo, resalta que “se podría argumentar que si las prácticas fueran obligatoriamente retribuidas, los despachos más pequeños y modestos podrían no poder siempre asumir más costes de los que ya tienen, lo que podría implicar que tuvieran que renunciar a aceptar a estudiantes en prácticas, privando de esta manera a muchos estudiantes del acceso necesario a esa última, pero también esencial, etapa de su formación”.

Sin embargo, a favor de la remuneración obligatoria, reconoce que el futuro abogado “realiza un trabajo por cuenta y en beneficio de su empleador y que, por tanto, se puede considerar que dicho trabajo mercería ser retribuido en consecuencia”.

En esta línea, subraya, “los despachos más grandes o con más recursos económicos vienen retribuyendo a sus estudiantes en prácticas en la manera que estiman más adecuada”.

Entretenimiento, deporte y tecnología, sectores en alza

Una vez superados los cuatro años de carrera, el año y medio de máster de abogacía y el examen de acceso, a los futuros abogados tan solo les queda incorporarse a un Colegio de Abogados que les habilite para ejercer la profesión.

Esta doble etapa de formación es muy positiva”, afirma Murcia, porque el máster aporta a los alumnos “una visión más práctica del mundo del derecho”.

La principal ventaja del máster de acceso a la abogacía, remarca, es que “permite a los estudiantes acceder a una educación más a la carta, pudiendo complementar su educación con otros masters en materias específicas, incluso con una formación más internacional, lo que sin duda favorecerá la incorporación y adaptación del alumno al mundo profesional del ejercicio de la abogacía”.

No obstante, reconoce que la implementación del máster de acceso, obligatorio desde 2012, ha supuesto “la reducción de la carga lectiva proporcionada a los alumnos durante la carrera respecto a la que recibían en la antigua licenciatura de derecho”.

Aunque, apunta, «en términos agregados, se ha visto compensada con creces por la mayor formación práctica que reciben los actuales graduados».

Sobre las salidas profesionales, apunta, actualmente hay “sectores en alza, como es el caso del tecnológico, el del entretenimiento, el del deporte e, incluso, el de los e-sports”.

“Abogados con una formación amplia en dichos sectores, pueden tener una gran oportunidad de trabajo en el presente y en el futuro, tanto en España como en el extranjero”.

Asimismo, desde la perspectiva de un despacho grande multidisciplinar como Clifford Chance, “el derecho mercantil, en sus distintas variantes transaccionales tales como Corporate/M&A, mercantil financiero, mercados de capitales, ofrece muchas salidas profesionales”.

Además, “en otros despachos grandes pero de corte nacional, diría que la práctica tributaria también es de las más demandadas. Tanto mercantilistas como fiscalistas son asimismo los perfiles más demandados por las grandes empresas españolas para incorporarlos a sus equipos legales”.

Noticias Relacionadas:
Lo último en Profesionales