Ana Guerrero, Banco Santander: “Cuanto más próximo estás al negocio, como ‘in house’, más empatía tienes con sus necesidades”
Dirige un equipo de 20 personas en la Asesoría Jurídica de Banca Comercial y Privada del Banco Santander España. Ana Guerrero ha vivido el cambio del sentido de los "in house" reactivos a los proactivos. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.

Ana Guerrero, Banco Santander: “Cuanto más próximo estás al negocio, como ‘in house’, más empatía tienes con sus necesidades”

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19/3/2024 12:00
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Actualizado: 19/3/2024 12:10
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Es la directora  de la Asesoría Jurídica de Banca Comercial y Privada del Banco Santander España, entidad para la que Ana Guerrero lleva trabajando desde 2001.

La comunicación con ella fluye con facilidad. Sonríe con sinceridad, que es cuando los labios y los ojos lo hacen al unísono. Una característica que, en muchas ocasiones, no ocurre. Se siente segura sobre el terreno que pisa. Lo conoce bien

Evidentemente, Ana Guerrero ha sido testigo y ha participado en la evolución de la Asesoría Jurídica interna del Santander, los “in house” (en el suajili anglosajón que tanto se estila ahora) a través de los distintos puestos y las con diferentes funciones que ha ejercido a lo largo de todos estos años.

Un periodo que ha cambiado el sector de forma drástica.

Antes de 2001 trabajó unos años en un despacho pequeño, en práctica procesal penal, delitos económicos… Pero cuando surgió la oportunidad de saltar a la asesoría jurídica del Santander no se lo pensó dos veces.

Reconoce que trabajar de “in house” es un reto que afronta junto a su equipo, formado por 20 personas. Disfruta con ello, confiesa. Es la ventaja de tener todo en la cabeza, la inteligencia para procesarlo y la capacidad de decisión. Lo suyo es el “expertise”, que dicen los modernos.

Y subraya que lo que más le reconforta es pasar su tiempo libre junto a su familia… y el yoga, que necesita para desconectar.

Ana Guerrero lleva más de 23 años trabajando en el Banco Santander y ha vivido, en primera persona, todos los cambios que han experimentado las asesorías jurídicas en los últimos años. Foto: Carlos Berbell/ Confilegal.

¿Cuánto tiempo lleva en la Asesoría Jurídica de Santander?

Soy uno de esos casos que han empezado en la asesoría en Santander. Casi toda mi carrera ha transcurrido aquí. Empecé en la asesoría en Santander en el año 2001 y aquí sigo, 23 años después.

En estos años he tenido la suerte de ir rotando y asumiendo distintas funciones y responsabilidades. Siempre he tenido la opción de hacer cosas distintas. Al final, mi carrera está en el Banco.

Prácticamente desde esa época, el principio de los años 2000, es cuando se produce el cambio interno en las empresas. Los “in house” pasan de ser reactivos a proactivos. Un giro de 180. Supongo que viviría en primera persona todo eso, ¿no? 

Yo viví el cambio al revés. Empecé como abogado “in-house”. Poco después, una parte de asesoría muy específica, se externalizó, y nos convertimos en un proveedor del Banco.

En 2008 volví otra vez al banco. Pasamos de una fase de externalización. Lo que se denominaba entonces el “outsourcing”, a nuevamente centralizarlo todo aquí, en el Banco.

Hay que recordar que, entonces, los equipos de asesoría interna del banco eran muy pequeños. Si mal no recuerdo, cuando yo empecé en  la asesoría interna de banca comercial éramos cuatro abogados.

Ahora, en la parte que yo llevo, somos 20. Más el soporte de un equipo de letrados específicos para el asesoramiento a la red. Lo cierto es que en los últimos años la asesoría jurídica interna del banco ha crecido muchísimo. Se nos ha potenciado a los abogados internos. 

«Lo cierto es que en los últimos años la asesoría jurídica interna del banco ha crecido muchísimo. Se nos ha potenciado a los abogados internos». 

Las asesorías jurídicas ahora ya forman parte del negocio de la propia entidad, forman parte del equipo directivo y están en el órgano decisorio. Y eso, evidentemente le da mucho más peso a la asesoría jurídica.

El rol de la asesoría ha ido cambiando. Tenemos un papel difícil. Dentro del sector bancario tenemos que encontrar el equilibrio entre apoyar al negocio, sin perder el rigor jurídico. Somos un sector muy regulado y puedes correr el riesgo de sufrir una sanción relevante.

Ahora el negocio entiende que tenemos que estar ahí. Porque aportamos valor. Cuanto más próximo estás al negocio, más empatía tienes con sus necesidades y con las del cliente final, que es para el que todos trabajamos.

Yo siempre digo es nuestro cliente más inmediato es nuestro cliente interno, que es el propio banco  pero el trabajo de  todos es para el cliente final.

Damos soporte a muchas áreas, y asesoramos en ámbitos muy distintos … Y eso, al final, nos permite aportar valor, sin duda.

Asegura que dentro del sector bancario, los «in house» tienen que encontrar el equilibrio entre apoyar al negocio, sin perder el rigor jurídico. Foto: Carlos Berbell/ Confilegal.

¿Qué valores concretos aportan?

Pues la seguridad jurídica que necesitan, encajado con la vis comercial.

En la banca comercial tenemos que abarcar de todo. Aportamos un conocimiento absolutamente transversal, y la vez con un grado de especialización muy bueno.

Con los años cada vez vas adquiriendo más conocimiento y mayor especialización. Y al estar dentro conoces muy bien todas las dificultades, o lo “puntos de dolor”, un términos que se utiliza mucho ahora.

Creo que el ayudar en todo ese proceso junto con el conocimiento técnico, es donde las asesorías podemos aportar más.

«En este sector existe una sobrerregulación. Cuando parece que ya te has aprendido una normativa y casi hemos terminado de implementarla, nos viene la siguiente».

Las asesorías cada vez están más integradas en el área de negocio, ¿cómo se fomenta más esa parte?

No podemos dejar de ser parte del negocio. Somos uno más dentro de todo el proceso.

Tenemos que seguir evolucionando, seguir formándonos. Es uno de los grandes retos que tenemos en un sector como el bancario, que un sector muy regulado.

En este sector existe una sobrerregulación. Cuando parece que ya te has aprendido una normativa y casi hemos terminado de implementarla, nos viene la siguiente.

Muchas veces los cambios normativos son de mucho calado. Te obliga a revisar muchos procesos y adaptarlos, por ejemplo, a la nueva normativa de accesibilidad.

Es un trabajo ingente, y a veces con plazos de ejecución muy cortos. Nuestro reto es responder a las demandas internas desde el punto de vista del negocio, más todas las que nos vienen dados desde el  punto de vista regulatorio y supervisores.

El año pasado recibieron el premio a la mejor Asesoría “in house” de El Confidencial. Y eso que había grandes competidores… Nadie obtiene un premio tan importante simplemente por ser el Banco Santander.

Entiendo que no. Creo que es el resultado de la asunción de funciones en el crecimiento continuo. Cada día se siguen identificando funciones que requieren de asesoramiento y el estar abierto a  te consulten sobre cuestiones muy diferentes.

La parte que yo coordino es toda la asesoría de banca comercial. Es importante que la gente sepa que tiene una asesoría con la que puede contar para el estudio y la  implementación de un determinado proyecto. Eso hace que te valoren.

En las asesorías jurídicas, como la de Santander, ¿cuáles son los grandes retos actualmente?

Tenemos que seguir pensando en el talento. Debemos ser capaces no solo de retener sino de atraer talento.

Igualmente, a nivel de Asesoría tenemos un reto en los planes de carrera. Quizás los abogados tenemos una cierta tendencia a quedarnos dentro de las asesorías jurídicas.

Nos cuesta pensar que puede haber otras muchas áreas del banco donde aportar y aprender, fuera de esta función estrictamente jurídica.

Desde el punto de vista tecnológico, creo que tenemos que seguir evolucionando con las tecnologías.

Ahora, lo que está en boca de todos, es integrar procesos donde intervenga inteligencia artificial. Conseguir que nos ayude a mitigar la carga de trabajo en tareas rutinarias y repetitivas. Y que nos permitan centrarnos en lo importante.

Reconoce que trabajar de “in house” es un reto que afronta junto a su equipo, formado por 20 personas. Foto: Carlos Berbell/ Confilegal.

¿Tienen ustedes que ver, desde el área de la Asesoría Jurídica en el que se mueve, con el cumplimiento normativo.

No, eso depende del área de Riesgos. Está configurada como una segunda línea de control.

¿Cubren toda la actividad del banco?

Sí, en lo que se refiere a banca comercial. Desde mi equipo sobre todo, damos soporte a servicios centrales. Estamos más metidos en todo lo que son proyectos de transformación digital, de contratación y mejora de todo tipo de canales, web, apps, oficinas…

Todo lo que tiene que ver con cualquiera de los productos o de los segmentos que tenemos dentro de banca comercial y privada, desde el consumidor hasta el segmento de empresas más grande.

El asesoramiento a las oficinas está centralizado en otro equipo de letrados.

«No sé si somos el acelerador pero, desde luego, el freno solo lo ponemos cuando hay que decir a algo que no»

Ustedes son, además, multinacionales. ¿Se coordinan con los “in house” exteriores del banco, en Inglaterra, Francia, México…?

Sí, el banco es muy consciente de ese valor. El aprovechar no solo a nivel de asesoría, sino también de negocio, la presencia en distintos países, porque a nivel de clientes muchas veces se pueden facilitar las interacciones. Por ejemplo, un cliente que quiere venir o quiere empezar a trabajar en una geografía del banco.

A nivel de asesorías hay proyectos conjuntos en esa línea.

Muchos de los abogados de empresa que hemos entrevistado son mujeres. ¿Hay alguna característica especial que explique esta presencia femenina?

En mi equipo somos más mujeres. El Derecho fue una carrera, hace años, netamente femenina, y las que estudiamos entonces estamos trabajando ahora.

No sé si influía que cuando empezabas a trabajar entonces el mundo despacho siempre parecía un poco más duro respecto a la conciliación o a la parte más familiar.

Todo esto ha cambiado mucho. Pero, creo que, tradicionalmente, al abogado de empresa se le ha asociado con un mundo algo más relajado, más de confort.

Hoy en día no creo que exista esa diferencia.

Han cambiado su naturaleza. Han dejado de ser los que ponen en freno para convertirse en los que pisan el acelerador, en determinados momentos.

No sé si somos el acelerador pero, desde luego, el freno solo lo ponemos cuando hay que decir a algo que no.

Existe una sensibilidad del negocio. Es raro que te lleguen planteamientos, que no puedas al menos reconducir.

Yo siempre le digo al equipo que uno de nuestros retos es ser posibilitadores.

El “no” es muy fácil, pero demos el “no” con alternativas. Y ese es nuestro valor.

Cuando una idea inicial de negocio no está del todo encajada, entre todos, conseguimos darle la vuelta  de forma que encaje a todas las áreas que están involucradas.

Y con respecto a la etapa esta en la que fueron un servicio “outsourcing” comparada con la que tienen en estos momentos, de total integración, ¿qué ventajas le encuentran?

Cuando estás integrado te sientes parte de la empresa, la involucración es mucho mayor. Tienes acceso a mucha más información, lo que te permite entender el porqué de las cosas, o por qué una cosa se hace de una forma u otra. El estar en día a día te permite aportar la solución, el valor o la respuesta más adecuada.

Las asesorías realizan mucho trabajo para el banco desde dentro, desde una visión de negocio, pero cómo explican esa labor al cliente al banco. Cómo hacen que sea comprensible para para la web, por ejemplo.

Bueno, yo creo que ese es el reto, hacernos explicar. Siempre nos dicen que los abogados utilizamos un lenguaje complejo.

Nos reprochan, por ejemplo, que los contratos son muy largos. Esa es una dificultad. 

«No se trata de mostrarle al asesorado todo lo que sabes, sino de explicarle las cosas en un lenguaje que entienda».

Tuvimos que acostumbrarnos a un tipo de lenguaje más accesible y a hacer informes más comprensibles. Eso sí que lo hemos conseguido. Hemos adquirido la capacidad de comunicarnos en el mismo lenguaje que el que tenemos enfrente.

En algunos casos, el asesorado ya nos suelta “el latinajo” que nos ha oído  previamente [risas] No se trata de mostrarle al asesorado todo lo que sabes, sino de explicarle las cosas en un lenguaje que entienda.

Explicarle el por qué sí, el por qué no o por qué tu recomendación va en otro sentido. Esa es una dificultad.

La inteligencia artificial bien utilizada, todavía tiene que seguir aprendiendo, puede facilitar un poco las labores, sobre todo las de trámite.

Yo creo que sí, que por ahí tenemos recorrido, aunque estamos un poco pendientes de que se apruebe finalmente la regulación de la Unión Europea.

Se refiere a la Directiva….

Sí, aún es un borrador y, formalmente, no está aprobada.

El otro día el magistrado del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, se planteaba quién debe responder por los fallos de la Inteligencia Artificial, quién es el responsable de sus posibles errores

Nos falta mucho por aprender. Creo que cuando hablamos de IA metemos demasiadas cosas. Tenemos que ser capaces de discriminar, de quitar lo que realmente puede sernos útil.

Nosotros hemos llegado a la conclusión de que la IA es como un becario listo, pero que requiere mucha dedicación y supervisión.

Aquí se está implementando en procesos internos. Pero todavía no hay nada de cara a los clientes.

Ana Guerrero sostiene que, «tradicionalmente, al abogado de empresa se le ha asociado con un mundo algo más relajado, más de confort. Hoy en día no creo que exista esa diferencia».Foto: Carlos Berbell/ Confilegal.

Hacen, incluso, de bomberos….

Sí, lo que haga falta. Cada vez estamos más pillados de tiempo. En la medida en que el área de negocio se siente acompañado te va a llamar. Le damos seguridad y a nosotros nos aporta valor.

Respecto a las asesorías jurídicas sostenibles, ¿cómo lo llevan?

Hace años se propuso el “paperless”, aunque a nivel asesoría a veces sigue costando un poco. Reconozco que hay cosas que, si no las leo en papel  me lo subrayo, y me hago mis notas, parece que no me entero.

Pero nos hemos disciplinado para imprimir mucho menos. Antes, el abogado cuando recibía un email le daba directamente a imprimir. Eso ya no pasa.

Todavía queda por hacer, pero a mí se me antoja difícil. Soy de la vieja escuela. Trabajamos con muchas leyes que usas recurrentemente, artículos, notas…. Hemos cambiado muchísimo. Seguimos teniendo una biblioteca pero la mayor parte de las consultas buscamos la información “on line”.

Las asesorías jurídicas de empresas, pese a su importancia, no son muy conocidas para el público en general, pero están muy de todo lo que puede afectar o no a la empresa en un momento determinado. De alguna forma, son los guardianes del proceso.

Claro, es que al final somos todos la misma empresa, por mucho que esté integrada por áreas distintas.

«En todo caso, entidades como Banco Santander existen muchas líneas de control. Los filtros no solo están centrados en nosotros».

Antes, las asesorías se identificaban más como centro de coste más que de negocio. Realmente en número no aportamos un número directo al negocio, porque a veces nos toca el papel más de guardián. Nos toca decir “esto así no se puede hacer”.

En todo caso, entidades como Banco Santander existen muchas líneas de control. Los filtros no solo están centrados en nosotros.

¿Qué le parece más difícil el trabajo en un despacho o el trabajo en una asesoría jurídica?, entiendo que son retos distintos.

Son retos distintos, pero quizás me parece más difícil el trabajo de abogado de empresa. Abarcamos muchísimos  asuntos. Vemos cosas tan distintas como cualquier incidencia o consulta que te pueda venir a la oficina, como el proyecto que podamos tener ahora más complejos

No solo eres especialista en derecho bancario, eres especialista en otras muchas cosas en las que tienes impacto.

Y eso unido a que es un sector muy regulado, requiere seguir aprendiendo todo lo nuevo que viene, como los temas de sostenibilidad o cualquier requerimiento.

Para mí, es un reto mayor ser abogado “in house”. Al menos en sectores con una dimensión como la que puede tener Santander, en el sector bancario.

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