Los datos personales son «el nuevo oro de los criminales» dedicados al fraude y al blanqueo de dinero
Estos delincuentes aprovechan las brechas de seguridad para hacerse con los datos personales de sus víctimas y venderlos en mercados web clandestinos, según José Manuel Cerdeira, 'head of compliance' en España de American Express.

Los datos personales son «el nuevo oro de los criminales» dedicados al fraude y al blanqueo de dinero

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16/9/2023 06:30
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Actualizado: 16/9/2023 00:32
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El robo y venta de datos personales representan una economía que mueve millones de euros, entremezclándose con el fraude y blanqueo de capitales al que se dedican varias bandas especializadas, como expuso José Manuel Cerdeira, ‘head of compliance’ en España de American Express, en el seminario «Fraude y blanqueo de capitales: la delgada línea que les separa», organizado por el Centro de formación de prevención de blanqueo de capitales y financiación del terrorismo.

Estos delincuentes aprovechan las brechas de seguridad para hacerse con los datos personales de sus víctimas y venderlos en mercados web clandestinos, conocidos también como la ‘dark web’ (red oscura). Según Cerdeira, se han descubierto casos en los que los mismos empleados de compañías que tratan los datos personales de sus clientes, como los bancos, trafican con estos. Por ello, destacó la importancia de revisar continuamente los controles internos y externos de las empresas.

Estas prácticas fraudulentas complementan otros tipos de estafas que van desde las piramidales y las inversiones en criptomonedas hasta el engaño de ciudadanos mayores o vulnerables de otra forma, incluyendo aquellas en las que se busca establecer relaciones románticas. Cerdeira señaló como uno de los ejemplos más relevantes el de los centros de atención telefónica dedicados al fraude.

También se ha observado la automatización de estos ataques, así como contrataciones de trabajadores no especializados, como estudiantes y señoras de limpieza, a quienes se les promete un sueldo a cambio de una especie de teletrabajo por el cual reciben ingresos desproporcionados y, por lo tanto, sospechosos de blanqueo. Se trata de una miríada de prácticas dirigidas a objetivos muy parecidos, por lo que los reguladores «siempre deben tener en cuenta la posibilidad de un fraude» al investigar, según Cerdeira.

Varias de estas instancias criminales tienen alcance internacional y plantillas de centenares de trabajadores, con un caso particularmente extremo descubierto en el 2022 en Camboya, donde grupos organizados llegaban a esclavizarlos y traficarlos, encerrándolos en sus instalaciones, extorsionándolos con deudas imposibles de pagar y agrediéndolos físicamente.

En este sentido, apuntó que «todas las empresas tienen clientes vulnerables», por lo que estas tienen la responsabilidad de velar por sus intereses e informarles sobre los riesgos a los que podrían estar expuestos, ofreciendo asistencia para prevenir la explotación o cuando ya el fraude está consumado, especialmente en los casos en las que los defraudadores se hacen pasar por empleados de estos mismos organismos.

La formación de los empleados y los simulacros, el refuerzo de los sistemas digitales y las pruebas de su seguridad haciendo uso del hackeo ético y el ‘mystery shopper’ (profesionales que analizan las plataformas haciéndose pasar por clientes) para buscar vulnerabilidades son algunas de las recomendaciones de Cerdeira para prevenir el fraude, que «seguirá existiendo». «Cada departamento de una empresa tiene un objetivo, pero deben comunicarse entre ellos para prevenir estos delitos», afirma.

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