El abogado Manuel Ollé presenta su último libro en loor de multitudes: «La jurisdicción universal es el camino»
Plano general del salón de actos del CGAE. De izquierda a derecha, Manuel Ollé, Carlos Berbell, Enrique Gimbernat y Alicia Gil Gil. Foto: ElCierreDigital.

El abogado Manuel Ollé presenta su último libro en loor de multitudes: «La jurisdicción universal es el camino»

|
21/5/2019 01:15
|
Actualizado: 07/10/2020 09:25
|

No cabía un alfiler en el salón de actos del Consejo General de la Abogacía Española (CGAE), en Madrid. Lleno hasta la bandera, hubiera dicho un comentarista deportivo si aquello hubiera sido el Santiago Bernabéu o el Wanda Metropolitano.

Manuel Ollé, uno de los grandes especialistas en derecho penal internacional, arropado por el catedrático emérito Enrique Gimbernat –sin duda un Papiniano o Gayo de nuestro tiempo– y su colega Alicia Gil Gil, catedrática de Derecho Penal por la UNED, obraron el milagro con el gancho de la presentación de su último libro «Crimen Internacional y Jurisdicción Penal Internacional«.

Entre el público amigos, como José Antonio Martín Pallín, Santiago Pedraz, Baltasar Garzón, Carlos Castresana, José Javier Polo, Marcos García Montes, Felicísimo Valbuena, Juan Luis Galiacho, y tantos otros.

Y en la conducción del acto Francisco Segovia, coordinador de proyectos de la  Fundación Abogacía, y Carlos Berbell, director de Confilegal.

«Domina bien la teoría y la práctica porque la teoría sin la práctica y la práctica sin la teoría, tampoco», afirmó el profesor Gimbernat, abriendo fuego con su intervención.

Gimbernat es, para Ollé, su mentor, y el autor del prólogo de este libro.

Cada palabra del catedrático tiene el peso del oro intelectual en la mente de Ollé, profesor universitario y socio director del bufete que lleva su nombre, Ollé Sesé Abogados.

El catedrático elogió la tesis construida por Ollé en torno a los crímenes de primer grado –genocidio, crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y crímenes de agresión–, porque atacan a los derechos humanos, y los crímenes de segundo grado –tráfico de drogas, grandes delitos económicos, escocidos, tráfico de blancas y falsificación de moneda–.

«Es una división justificada», afirmó.

Y criticó la actual regulación de la jurisdicción universal impuesta tras las reformas a la Ley Orgánica del Poder Judicial, primero, por PSOE, en 2009, y luego por el PP, en 2014, por evidentes intereses económicos. 

«No, no creo que el Gobierno vaya a dar marcha atrás en un futuro cercano. Ni siquiera para volver a la reforma de 2009. No lo veo factible», sentenció Gimbernat al ser preguntado.

No hay esperanzas.

Sin embargo, a la hora de valorar si la asignatura pendiente del derecho penal internacional era la responsabilidad penal de la persona jurídica, Gimbernat se mostró en total desacuerdo con Ollé. «En mi opinión no tiene ninguna base. No estoy de acuerdo», dijo sonriente.

Alicia Gil Gil también elogió la clasificación de crímenes de primer y segundo grado establecida por el profesor Ollé en su libro.

«Comparto sus críticas a la actual regulación de la jurisdicción universal», dijo Gil Gil. «Pero no estoy de acuerdo con la existencia de obligación de perseguir territorialmente esos delitos. Manuel se coloca, en este sentido, en una posición de acusación particular».

Fueron desacuerdos desde el cariño y el respeto.

UNA EXPOSICIÓN APASIONADA

La intervención de Manuel Ollé fue muy apasionada. No defraudó. Profesor en la Universidad Complutense y abogado en ejercicio desde 1988, como especialista en derecho penal, derecho penal internacional y derechos humanos, ha estado en prácticamente todos los casos seguidos ante al Audiencia Nacional. Desde el caso Pinochet, pasando por el de Argentina, Guatemala, Sahara Occidental, Tíbet, El Salvador, Guantánamo y Vuelos de la CIA. 

Además, ha actuado ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, la Corte Penal Internacional, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Comisión Africana de Derechos Humanos y Comités de Derechos Humanos; entre 2004 y 2010 fue el presidente de la Asociación Pro Derechos Humanos de España.

«En el libro trato de combinar los conocimientos que he adquirido en las bibliotecas con la experiencia. Después de Nuremberg no había nada sobre el derecho penal internacional», señaló.

«Mi propuesta, lo que planteo en el libro, es retomar las raíces del principio de jurisdicción universal», añadió. «Y analizar los nuevos crímenes que deberían ser considerados crímenes internacionales, como el ecocidio, y los crímenes económicos».

Ollé se refirió a su propuesta de «jurisdicción universal cooperativa», por la que varios estados cooperen judicialmente en la investigación de los crímenes de primer grado y que luego sean enjuiciados por el estado que se encuentre mejor posicionado. 

También esbozó una segunda propuesta, la del «principio de jurisdicción penal interestatal», por el que se juzgarían los crímenes internacionales de segundo grado.

A su término, en la que declaró que «la jurisdicción universal es el camino» y que «los estados son soberanos pero el ejercicio de la soberanía conlleva, les guste o les disguste, el cumplimento del derecho internacional», su exposición recibió un sonoro y continuado aplauso.

El doctor Ollé se sintió, en su humildad, abrumado por el cariño y la admiración de sus iguales. Una tarde que, sin duda, recordará.

Noticias Relacionadas:
Lo último en Profesionales