Rodrigo Lanza: ‘Actué porque se me atacó’
El acusado, durante el juicio, celebrado en la Audiencia Provincial de Zaragoza. Foto: EP

Rodrigo Lanza: ‘Actué porque se me atacó’

La fiscal señala que la víctima "no llevaba ningún arma", que "el ataque fue a traición, de forma repentina y por detrás" y que los forenses estiman que Lanza utilizó un objeto contundente, por la intensidad del traumatismo, pero que el objeto no fue encontrado
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04/11/2019 17:06
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Actualizado: 26/11/2019 10:58
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Rodrigo Lanza ha declarado hoy en el juicio por el asesinato de Víctor Laínez, que se celebra contra él en la Audiencia Provincial de Zaragoza, que le golpeó «de frente» y que la víctima le salió «con un cuchillo».

«Actué por que se me atacó, solo actué defendiéndome«, ha dicho Lanza, que ha respondido únicamente a las preguntas de su abogado, Endika Zulueta.

También ha asegurado que «en ningún momento» vio los tirantes con la bandera de España que llevaba la víctima.

Rodrigo Lanza ha comparecido sin rastas, con el pelo corto y con la raya a un lado, vistiendo una camisa azul de manga larga y americana. En su declaración ha lamentado la muerte de Laínez y el dolor de la familia.

«En ningún momento pensé que podía haber tenido lesiones graves», ha afirmado.

La Fiscalía pide 25 años de prisión para él por un presunto delito de asesinato con las agravantes de alevosía y motivación ideológica. Además, solicita una indemnización de 150.000 euros para la familia de víctima.

Esta petición de pena coincide con las realizadas por la acusación particular, que ejercen los familiares de la víctima, representados por el letrado zaragozano Juan Carlos Macarrón; y la acusación popular, que ejerce VOX, representada por el diputado autonómico y letrado de la formación David Arranz.

EL RELATO DE HECHOS DEL ACUSADO

Lanza ha relatado ante el tribunal que el 8 de diciembre de 2017, tras salir de trabajar, bebió con varios amigos y se unió a un conocido, que iba acompañado de dos mujeres, y entraron los cuatro en el bar ‘El tocadiscos’, de Zaragoza.

Ha dicho que había «poca gente», que vio al camarero «hablando con un señor al fondo, mirando hacia la puerta», y que él y sus tres acompañantes se situaron en el fondo del local y continuaron bebiendo.

Según Lanza, su conocido le comentó que «el hombre de la barra es un conocido fascista del barrio» y que él se quedó «extrañado e incómodo», pero que no le dio «gran importancia», hasta que en un momento dado «el hombre se gira, nos miramos, me hace como un gesto y yo voy a hablar con él».

«Me dice ‘tú qué’ y yo le digo ‘tú qué andas», en una breve conversación que fue «tensa, incómoda», si bien «no hubo amenazas, ni levantamos la voz» ni hicieron «ningún gesto», en total «seis frases de ida y seis de vuelta».

Según Lanza, Víctor Laínez le preguntó de dónde era y al responderle que de Chile éste le dijo «no deberías estar aquí».

El acusado ha añadido que una de las chicas le comentó que Laínez había enviado varios mensajes por el teléfono móvil; momento en el que él dijo «vámonos», terminaron sus bebidas y se fueron hacia la puerta.

También ha asegurado que cuando estaba saliendo, su conocido le gritó: «Cuidado, lleva una navaja».

Rodrigo Lanza ha dicho que vio a Laínez «lanzándose» hacia él, y que él respondió con «una patada, con instinto», tras lo que hubo un «forcejeo» en el que él intentó apartar a Laínez «a patadas», dándole una «fuerte».

«En ese momento no recuerdo muy bien nada», ha añadido.

El acusado ha admitido que le pegó un golpe en la cara «y cayó al suelo», tras lo que «se vuelve a levantar con el cuchillo, vuelvo y le doy».

Ha dicho que el cuchillo fue a parar a la banqueta, y que recogió la mochila y la chaqueta y salió a la calle pensando que Laínez se iba a levantar y a ir a por él.

Ha contado que desató la bicicleta y se fue, que después paró en un portal y se puso a llorar; acto seguido fue al bar de una amiga a pedirle dinero, donde estuvo cinco minutos y posteriormente se marchó a su casa.

Lanza ha indicado que «dos o tres días» después, se encontraba con su entonces pareja cerca de la Ciudad Universitaria y le llamó la Policía Nacional por teléfono, urgiéndole a que se presentara en Comisaría, y que se comprometió a ir en 45 minutos.

Poco después le detuvieron, inicialmente por lesiones.

A preguntas de su abogado, ha dicho que siguió viviendo en el mismo domicilio y trabajando en el mismo sitio.

También ha expuesto que ha estado en régimen de aislamiento, en la prisión de Zuera, hasta hace 15 días.

Su letrado ha indicado que «no tendría que haber sucedido lo que pasó» y que «hay una persona que ha perdido la vida y a otra quieren quitarle la libertad».

Ha apelado a la presunción de inocencia y ha opinado que la versión de las acusaciones «chirría».

También ha dicho que «aquí no hay razones políticas, esto no es el ‘procès’, no es un juicio político».

LOS HECHOS, SEGÚN LA FISCAL

La fiscal ha indicado que durante la madrugada del 8 de diciembre, Lanza entró en el establecimiento acompañado de tres personas y que, en un momento dado, el acompañante masculino «reconoce a Víctor Laínez como persona conocida de ideología de ultraderecha«, lo que «tensa, pone nervioso y molesta» a Lanza, de ideología «completamente contraria».

Ha señalado que Lanza decidió aproximarse y reprochó su ideología a Laínez, llamándole «facha, fascista», y afirmando que «no quieren gente de esas características en esa zona», tras lo que «parece que Laínez le contesta que es sudaca y que se vuelva a su país».

Ha dicho que cuando Lanza y sus tres acompañantes salen «vuelve a haber un cruce de palabras» en las puertas del bar, Laínez «vuelve a entrar y se dirige a su banqueta y Lanza sale a la calle pero en un momento determinado entra y le ataca: le golpeó por detrás de la oreja derecha».

Ha destacado que los forenses estiman que Lanza utilizó un objeto contundente, por la intensidad del traumatismo, pero que el objeto no fue encontrado.

La fiscal ha dejado claro que «Laínez no tiene capacidad de defensa alguna», de ahí que lo considere un ataque con alevosía.

Según ha expuesto, después de este golpe, Laínez estaba «inconsciente e inmóvil» en el suelo, «pero Lanza no cesa, le propina patadas, se agacha y le da puñetazos en el rostro, y es tal la agresión que le dicen que pare», momento en el cual se levanta, se va «y desaparece del lugar».

Víctor Laínez falleció cuatro días después de sufrir la agresión y Lanza fue detenido el día 11 por las gestiones policiales.

La fiscal ha hecho hincapié en que Laínez «no llevaba ningún arma» y «Lanza no actuó así para defenderse de ningún ataque, no sufrió una agresión», por lo que «no se trata de una pelea frente a frente», sino que «el ataque fue a traición, de forma repentina y por detrás».

También ha apuntado que «Lanza no actuó así porque estuviera preso del pánico o hubiera ingerido alcohol y eso le anulase su capacidad de entender lo que estaba llevando a cabo».

«Lanza atacó y dio muerte a Laínez porque hay personas que necesitan muy poco para llevar a cabo determinados actos», ha dicho la fiscal, añadiendo que «despreciaba la forma de pensar e, incluso, la estética de este señor».

Lanza ya fue condenado por dejar tetrapléjico a un agente de la Guardia Urbana en Barcelona. 

En este caso le defendió Gonzalo Boye, el abogado del expresidente catalán Carles Puigdemont.

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