Firmas
Lo que no cuenta el alcalde de Baños, Jaén, sobre la ELA de El Centenillo
Antonio Las Heras, alcalde de Baños de la Encina, Jaén, en 2013, subido en un banco, junto al Ayuntamiento, explicando que una nueva ley le podía dejar sin trabajo si se obligaba a la fusión de su localidad con Bailén o con La Carolina.
08/8/2020 06:50
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Actualizado: 08/8/2020 08:44
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Antonio Las Heras vive de la política desde hace 9 años. Y muy bien. Actualmente gana 35.000 euros brutos al año (2.500 euros brutos mensuales por 14 pagas) como alcalde de Baños de La Encina, un pueblo de Jaén de 2.582 habitantes.
Una ocupación muy bien pagada, hay que decirlo. Es como dirigir una comunidad de propietarios grande, que las hay, en otras partes de España.
Además de Las Heras, en Baños de la Encina, también cobra la primer teniente de alcalde y concejal de Festejos y Servicios Municipales, Ana María Fernández Martín, quien, con una dedicación parcial del 50 por ciento (18.30 horas semanales), percibe 14.000 euros brutos anuales (1.000 euros por 14 pagas).
Y la tercera teniente de alcalde y concejal delegada de Servicios Sociales, Igualdad y Juventud, María Dolores Díaz Romero, que percibe 8.120 euros brutos anuales (12 pagas de 580 euros brutos mensuales) por un 29 por ciento de dedicación.
Todo eso suma un total de 57.120 euros anuales que salen de las arcas municipales. A eso hay que añadir los impuestos, correspondientes a las cargas sociales, que suman –por los tres– en torno a 18.000 euros.
Total: A los 2.582 contribuyentes de esa localidad sus tres «liberados» les cuestan 75.120 euros anuales.
Las Heras gana prácticamente lo mismo que su compañera de partido, Yolanda Reche (34.450 euros brutos anuales), alcaldesa socialista de La Carolina, Jaén, población que tiene seis veces más habitantes, 15.261 personas, o que el alcalde popular de Bailén, Luis Mariano Camacho Núñez (Chiqui), (33.999,98 euros brutos anuales), con un total de 17.667 habitantes censados.
Ambas localidades son fronterizas con Baños de La Encina, un pueblo que, a finales de 2013, como consecuencia de la crisis generada en 2008 y de la aprobación de la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local (LRSAL), tenía todas las papeletas para ser fusionado con cualquiera de las dos.
LO MÁS IMPORTANTE, SU FUTURO
A principios de noviembre de 2013 Las Heras convocó al pueblo para contarles personalmente, subido desde uno de los bancos que esta pegado en la fachada del Ayuntamiento, que estaba preocupado por un futuro personal de alguien muy cercano a él: el suyo.
No lo dijo así, pero la estructura de su discurso no deja ninguna duda.
Comenzó hablando de la ley de reforma local, como llamó a la LRSAL.
«Es la ley de la reforma local. A grandes rasgos, ¿qué conlleva? Uno, son los mismos políticos. Se le va a poner coto a la gente que esté en la Administración. Se le va a decir cuántos políticos puede haber liberados en cada Ayuntamiento y cuánto puede cobrar cada político», explicó.
«Aparte, van a quitar concejales. Aquí en Baños vamos a perder tres. Ahora mismo estamos once, pasaríamos a tener ocho», añadió.
«Dicen que así se ahorra. Nosotros consideramos que así no se ahorra. Así se puede ahorrar en Madrid y Barcelona. En los pueblos donde los concejales no cobran un duro, poco podemos ahorrar», subrayó.
Para afirmar a continuación: «Según los habitantes que tengan cada pueblo tiene unas consecuencias. Los menores de 5.000 habitantes desaparecen como entidad local».
«Eso quiere decir que Baños, que tiene 2.700 personas censadas ahora mismo, deja de ser un municipio como tal. Pasaríamos a pertenecer a otro pueblo. Que tiene que ser lindante con nosotros. Linares, no. Nosotros pasaríamos a pertenecer a Bailén o a La Carolina. Conclusión, pasaríamos a ser un barrio de Bailén o un barrio de La Carolina. Aquí no habría alcalde ni habría concejales ni habría nadie«.
Fueron sus palabras, literales. ¿Un lapsus mental?
Luego advirtió que algunos trabajadores del Ayuntamiento perderían su empleo.
LA «GUINDA DEL PASTEL»: FLORENTINO PÉREZ CONTROLARÍA TODO
Aquel discurso lo culminó con lo que él llamó «la guinda del pastel»: Todo iba a ser privatizado y, como consecuencia, se subirían los impuestos. La vida sería más dura para todos.
Porque no habría políticos que impidieran la subida de impuestos.
«¿A quién se lo dan? A las grandes empresas, que ya lo están preparando. Para que lo entendáis, Florentino Pérez ya está preparando una gran empresa que se va a dedicar a gestionar el agua, la basura y todo eso en los municipios», afirmó con rotundidad Las Heras.
No dijo la verdad a sus conciudadanos. No lo hizo.
Florentino Pérez era, entonces, presidente de la constructora ACS, propietaria de Urbaser, empresa líder en el sector de la recogida de basuras.
Pero no estaba preparando nada de nada.
De hecho, hacía 17 años que el servicio del agua venía dándolo la Sociedad Mixta del Agua de Jaén, S.A., una empresa mixta de ámbito provincial formada por la Diputación Provincial de Jaén y la multinacional española Acciona Agua, presente en 65 países.
Lo mismo ocurría con la recogida de basuras. Urbaser, la empresa de Florentino Pérez, ya hacía ese servicio desde hacía 17 años, como parte de Resurja (Residuos Urbanos de Jaén S.A.), otra empresa mixta formada con la Diputación Provincial de Jaén.
Así se lo recordó su antecesor, el exalcalde Miguel Ángel Conejero Ortiz, miembro del Partido Andalucista, en el Pleno del Ayuntamiento del 28 de noviembre de 2013, en una intervención muy dura y en la que le rebatió punto por punto la intervención del banco. Pinchando en este enlace se puede acceder a ella.
Las Heras en el Pleno de noviembre de 2013 en el que su antecesor, Miguel Ángel Conejero Ortiz, miembro del Partido Andalucista –escribiendo– le rebatió todo lo que había explicado a los ciudadanos en la calle sobre la fusión del pueblo con Bailén o La Carolina.
REFERENCIA A EL CENTENILLO
En el discurso que Las Heras se marcó ese día hizo una breve referencia a El Centenillo, pedanía de Baños de la Encina, que es en lo que se quedaría –poco menos– si su pueblo se veía forzado a fusionarse con La Carolina o con Bailén.
La verdad es que a Las Heras El Centenillo le ha importado siempre bastante poco.
La pedanía de El Centenillo se encuentra en el corazón de Sierra Morena. Es el último pueblo de Andalucía que linda con la frontera con Castilla-La Mancha. Tiene una población fija de 106 habitantes, que se convierte en más de 2.000 en verano, Semana Santa y demás fiestas importantes.
El Centenillo, primeramente bautizado como Cielo Abierto, nació en 1865 con la llegada de la “Centenillo Silver Lead Mines Company Limited” (Companía Limitada de Minas de Plomo y Plata Centenillo) una empresa minera inglesa que llegó a explotar 41 minas de plata y de plomo a lo largo de 1871 hectácreas durante casi cien años. Hasta principios de los años 60 del siglo XX, cuando terminaron cerrándose.
Su población, entonces, llegó a más que doblar la que tiene ahora Baños de la Encina.
BAÑOS NO SE FUSIONÓ CON NADIE
Al final los temores de Las Heras no se materializaron. No hubo fusiones de pueblos de ningún tipo.
Pero paradojas del destino, nueve años después –hoy–, Las Heras se encuentra en el otro lado de la mesa, en el que estuvo el Gobierno con aquel plan que, de haber tenido éxito, le hubiera barrido del mapa como alcalde.
Y con poder para hacer con El Centenillo lo que él temía que el Gobierno popular de Mariano Rajoy habría hecho con él.
El «otro yo» de Las Heras de hoy en día es una mujer: La alcaldesa de El Centenillo, Ana Ventura, del Partido Popular, quien está luchando denodadamente, con el apoyo de sus vecinos, por impedir la desaparición de la ELA utilizando argumentos que bien podría haberlos articulado el alcalde de Baños nueve años antes.
UNA ELA QUE TENÍA QUE HABER EXISTIDO HACE 9 AÑOS
Antonio Las Heras asumió la Presidencia del Ayuntamiento de su pueblo el 11 de junio de 2011.
Un poco más de cinco meses después, el 18 de noviembre, tuvo sobre su mesa una resolución firmada por Antonio Ramírez Ortega, director general de la Administración Local de la Consejería de Gobernación y Justicia de la Junta de Andalucía.
En la misma le informó que ese día se había inscrito a El Centenillo como Entidad Local Autónoma en el Registro Andaluz de Entidades Locales.
A Las Heras le correspondía, desde ese momento cumplir con la Ley 5/2010, de 11 de junio, de Autonomía Local de Andalucía dotando a El Centenillo de un convenio en el que se detallara las atribuciones, derechos y obligaciones que le correspondían y un presupuesto propio.
Nunca lo hizo.
Con la connivencia –hay que decirlo y subrayarlo– del concejal del Partido Popular, Antonio Tortosa, quien solía contar que había sido guardaespaldas de Manuel Fraga Iribarne, fundador de Alianza Popular –hoy Partido Popular–, exministro del Interior, padre de la Constitución española y presidente de la Xunta de Galicia con su partido. Casi nadie.
Tortosa se convirtió, de facto, en “un satélite” del alcalde socialista de Baños de la Encina y siempre hizo lo que éste le dijo.
Su «mano derecha».
Ahora, precisamente, cuando Tortosa, por cuestiones de edad, ya no es concejal ni alcalde de El Centenillo, Las Heras ha iniciado un expediente para la disolución de la ELA.
¿QUÉ PRETENDE Y QUE OCULTA LAS HERAS CON ESA DECISIÓN?
Desde mi punto de vista, lo que evidencia la decisión de Las Heras es un intento de ocultamiento de su mala gestión y su fracaso personal, como político, en lo que a la gestión de El Centenillo se refiere.
¿Qué ha hecho realmente por este pueblo? Su legado, después de 9 años en la alcaldía, está en números rojos.
Las Heras nunca quiso ni deseó que este pueblo tuviera una ELA. Jamás hizo nada. Ni por ponerla en marcha. Ni por desarrollarla. A los hechos me remito.
En Andalucía hay 35 ELA, 9 en Jaén. Todas funcionan, todas tienen sus convenios, sus presupuestos y su autonomía.
Menos la de El Centenillo, que existe solo sobre el papel.
Y hubiera seguido «existiendo» de esa forma si la sucesora de Tortosa, la concejal popular Ana Ventura, no le hubiera reclamado que cumpliera con la ley.
Lo más doloroso para el ego de Las Heras –que lo tiene y muy acusado, como se puede apreciar en sus intervenciones de los Plenos de su pueblo y su tono condescendiente y, a veces, hasta perdonavidas–, debió ser la dura derrota que sufrió en El Centenillo, donde cosechó solo 11 votos frente a los 73 que sacó Ana Ventura, en un colegio electoral de 104 votantes.
Fue en las elecciones municipales del 26 de mayo de 2019. Pero había que ser un iluso para pensar que podía ganar contra una hija del pueblo.
Las Heras, que no es tonto, trató, en un principio, hacer de Ventura su «nuevo Tortosa». Además, era una mujer.
Y lo intentó.
“El Centenillo funcionará en razón a cómo nos llevemos tú y yo”, le dijo a la concejal, en un tono condescendiente y «sobrao» en las conversaciones que mantuvo con él. Un mensaje diáfano: «Haz lo que yo diga, ‘nena'» (el nena el mío).
Como no lo hizo, como Ventura movilizó a su gente de El Centenillo para exigir que la ELA exista, pues Las Heras ha decidido “democráticamente” suprimirla.
Para ello aprobó el primer paso para su disolución, en el último Pleno del Ayuntamiento, donde cuenta con mayoría socialista sobrada.
UNA DISOLUCIÓN DE ALGO QUE NO EXISTE PORQUE ÉL NO QUISO QUE EXISTIERA
¿La disolución de algo que, “de facto”, no existe? ¿De una entelequia?
Se suele decir que lo evidente es lo que nadie ve hasta que alguien lo explica con claridad.
Me ha tocado a mí.
Para que nos aclaremos todos: Las Heras jamás puso en marcha la ELA de El Centenillo. Jamás la dotó de medios para que fuera viable.
Y ahora la quiere suprimir porque no tiene medios y no es viable.
«La causa de la causa es la causa del mal causado», solía decir San Ignacio de Loyola .
¿Quién tiene la culpa? Es evidente.
Esto, en Ciencia Política, solo tiene un nombre: se llama demagogia.
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