Inmaculada de la Haza (Coapi): «El reto es posicionarnos tanto en las empresas como en el colectivo jurídico como profesionales de referencia»
Uno de sus objetivos, sino el principal, es dar valor a nuestra profesión, afirma Inmaculada de la Haza, presidenta del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Industrial (COAPI).

Inmaculada de la Haza (Coapi): «El reto es posicionarnos tanto en las empresas como en el colectivo jurídico como profesionales de referencia»

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21/7/2021 06:47
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Actualizado: 21/7/2021 06:47
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Inmaculada de la Haza preside el Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Industrial (COAPI) desde el 17 de marzo. Ese día se convirtió en la primera mujer al frente de la organización en sus casi 100 años de historia.

Asume esta responsabilidad con el empeño de dar una mayor visibilidad a un colectivo integrado por 300 profesionales en España y que tiene la tecnología completamente integrada en su actividad diaria.

¿Cuáles son las líneas de trabajo que espera desarrollar durante su mandato?

Lo más importante para mí, tal y como concibo esta etapa al frente del COAPI, es dar visibilidad a nuestra profesión. La profesión de agente de la propiedad industrial es poco conocida y todavía no hay una cultura generalizada sobre la necesidad de proteger los activos de propiedad industrial.

La actividad en sí no está totalmente extendida ni generalizada, y los profesionales que nos dedicamos a ello tampoco somos conocidos. De hecho, no se recurre a nosotros de manera espontánea o inmediata.

Uno de mis objetivos, sino el principal, es dar valor a nuestra profesión. Somos un colectivo muy pequeño. Formamos parte del Colegio de Agentes de la Propiedad Industrial cerca de 300 profesionales.

Tenemos una profesión cualificada, porque somos abogados con un titulado superior a los que se nos exige aprobar un examen que no da derecho a una plaza pública, pero sí es una titulación oficial. Ese examen está dirigido por un tribunal de calificación formado por profesionales de la Oficina de Patentes y Marcas y siempre ha sido un sistema que ha provocado que sea muy selectivo.

La convocatoria es cada año y el número de candidatos es de alrededor de 200, de los que aprueban 20.

Esto quiere decir que el número de aprobados es muy reducido, los exámenes son muy exigentes, el colectivo es pequeño y la profesión es poco conocida. Quiero dar a la profesión toda la divulgación y toda la visibilidad posible.

¿Con qué recursos cuenta para impulsar ese posicionamiento?

Tenemos una junta directiva en la que estamos representados los principales despachos, no necesariamente los más grandes, y profesionales con una amplia experiencia. Es mi recurso más importante.

Me apoyo en ellos para ser estar presentes y aprovechar las oportunidades que tenemos de visibilizarnos y tener un posicionamiento activo.

Lo principal es tener una imagen de cara a la profesión y a la sociedad, porque hay abogados que no son agentes y también prestan este servicio.

Tenemos que posicionarnos tanto en las empresas como en el colectivo jurídico como profesionales de referencia.

Por ello, todos los miembros de la junta nos coordinamos para multiplicar nuestra presencia y participar en aquellos foros de interés para nuestra profesión.

Otro recurso es la información y el contenido que damos en nuestra página web y acciones de difusión, actos de divulgación,… cualquier actividad en la que podamos fomentar la importancia de la propiedad industrial.

¿Qué representa para usted ser la primera mujer al frente del COAPI?

Siempre digo que no le doy importancia al hecho de ser una mujer, sino a lo que para mí representa estar al frente del COAPI. Mi objetivo es estar a la altura de quienes me han precedido y del reto que tengo por delante.

Ser la primera mujer es para mí circunstancial y no creo que por ser mujer tenga ningún condición ni mejor ni peor.

Indudablemente me alegro de lo que representa, porque pone de manifiesto que hay muchas mujeres en la profesión jurídica que están actuando en sectores especializados, como la propiedad industrial, que aprueban el examen de agente y, paulatinamente, van llegando a niveles más altos en posiciones de liderazgo y de jerarquía.

No obstante, siempre tengo el mismo discurso: ha habido muchos hombres que me han ayudado a llegar aquí y me siento muy agradecida del apoyo profesional que he tenido.

También es verdad que vivimos en una especie de oasis en la profesión jurídica. Hay mucha presencia femenina y no he vivido esa desigualdad palmaria que se produce en otros ámbitos. Eso no quiere decir que no sea consciente de que la desigualdad existe.

«Ser la primera mujer es para mí circunstancial y no creo que por ser mujer tenga ningún condición ni mejor ni peor»

Han aprobado recientemente el nuevo estatuto de la profesión. ¿Qué novedades contiene el texto?

No hemos ofrecido novedades que cambien drásticamente el panorama o el funcionamiento interno del agente.

Las novedades más relevantes han sido consecuencia de adaptarnos a las pautas que la comisión de la competencia nos imponía en línea con la libre competencia y que es también una cuestión generalizada respecto a otros colegios profesionales.

Son cuestiones muy de matiz que no suponen grandes cambios. Nuestra razón de ser y nuestra génesis siguen siendo la misma: la defensa de la profesión, la formación de los colegiados y la visibilidad.

Eso no va a cambiar.

Una de las novedades es la puesta en marcha de una ventanilla única para digitalizar los trámites y servicios. ¿El colegio aspira a colocarse en la vanguardia de la digitalización?

En el colegio hemos llevado a cabo una profunda reforma para alcanzar la máxima digitalización, de facilitación de acceso tecnológico y de agilización de todos los trámites.

¿Cómo se concilia el equilibrio entre los intereses de los creadores y el sector público?

No veo especial conflicto. La historia de los bienes intangibles es muy antigua y lo que se está es, según la modalidad, favoreciendo distintas cosas.

En el caso de las patentes, básicamente, se trata de llegar a un acuerdo con el inventor y, como recompensa a esa labor de innovación e investigación, hacer que su creación pase a formar parte del acervo común a cambio de que el Estado conceda al creador una exclusiva para la producción de un determinado producto durante un número de años.

En el caso de las marcas se concede una exclusiva para utilizar un determinado nombre y logotipo, y esa exclusividad puede perpetuarse sine díe, es decir, puede ser prorrogable de por vida.

En el caso de los derechos de autor la realidad es que se protegen por el hecho de la creación, por lo que no es necesario que sean amparados por una figura jurídica. La marca es constitutiva, no nace hasta que no se registra.

Creo que es un reconocimiento y compensar a quien tiene una manifestación artística digna de ser reconocida, o una creación tecnológica digna de ser amparada por un tiempo con un derecho de exclusividad.

A lo largo de la historia, si no fuera por las patentes, no estaríamos en el estadio tecnológico que nos encontramos.

«En el colegio hemos llevado a cabo una profunda reforma para alcanzar la máxima digitalización»

¿Qué reto identifica como el más urgente?

Hablaría de lo que se conoce con el término del Legaltech, la aplicación de toda tecnología al ámbito del derecho, tanto en Inteligencia Artificial como en los procesos de automatización o sistemas predictivos. Creo que es un auténtico reto, porque va a cambiar radicalmente la forma en la que trabajamos.

Sin embargo, una máquina no puede trabajar como una persona, por lo que todo lo referido a procesos creativos e innovadores van a tener futuro muy halagüeño.

Al mismo tiempo, también supone un reto enorme tener la flexibilidad y rapidez para adaptarnos a todos los cambios tecnológicos que se están produciendo, cada vez más rápidos.

Todas las empresas, sean del ámbito que sean, se tienen que plantear qué tecnología hay ya en el mercado que pueda sustituir, mejorar u optimizar los procesos que lleva a cabo.

¿Cuál es el grado de implementación tecnológica en la Propiedad Industrial?

Muy alto, porque para nosotros las bases de datos son unas herramientas imprescindibles desde hace años. La automatización de procesos está muy implementada.

Creo que tanto en mi empresa, Balder, como en lo que puedo percibir como presidenta del colegio es que en el ámbito de otros despachos que se dedican a Propiedad Intelectual el grado de LegalTech es muy alto y estamos a la vanguardia por un motivo muy claro: somos profesionales que estamos en contacto directo con las invenciones y tenemos una mayor sensibilidad al dedicarnos a la protección de la innovación.

¿En qué momento se encuentra Balder?

Es un despacho muy joven. Empezamos en el año 2012 con 14 personas y actualmente somos en torno a las 100. Ha sido una evolución exponencial tremenda, y he tenido la enorme suerte de poder vivirla desde el primer día.

Es una experiencia preciosa, porque es ver crecer algo y el impacto que tiene en la organización cada uno de los miembros que forman parte de la empresa.

En muy poco espacio de tiempo nos hemos posicionado como una firma de referencia en Propiedad Industrial, no solamente en España, sino también en Europa y en todo el mundo. Estamos presentes en los principales rankings de la profesión.

Todavía tenemos muchos retos por delante, aunque una cosa que hemos conseguido es un equilibrio razonable y óptimo entre la calidad que ofrecemos en el ámbito de marcas y en el de patentes.

Lo normal es que un despacho despunte en un área o en otra, pero nosotros tenemos un grupo de profesionales de patentes destacadísimo, con representación de las principales áreas de la ciencia.

De hecho, no hemos ido incorporando profesionales de otras firmas, sino que se han formado aquí.

¿Un entorno como el actual favorece la creación de marcas y patentes?

Sí. Solemos decir que somos unos privilegiados por la razón de que trabajamos y desarrollamos nuestro trabajo en un ámbito territorial muy amplio.

Esto te permite extender tu actividad, que no está solamente centrada en España, al resto del mundo porque la normativa está muy armonizada. Hay matices, pero lo que son los ejes vertebrales son comunes.

Y esta internacionalización, en un momento como el actual, permite minimizar el impacto de una potencial crisis.

En situaciones como la actual surgen nuevos negocios, con una nueva imagen y marca, y empresarios y empresas que se reinventan, lo que lleva aparejado, en muchas ocasiones, una protección en Propiedad Industrial.

Trabajamos en un ámbito del Derecho en el que las crisis nos afectan de una forma relativa, ya que no disminuye especialmente el flujo de negocio.

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