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El agua no puede ser una mercancía sujeta a las leyes del mercado

El agua no puede ser una mercancía sujeta a las leyes del mercado
La columnista, Pilar Esquinas, abogada, denuncia el lucrativo negocio que unos pocos tienen con el agua y reivindica el derecho a su acceso.
12/8/2021 06:46
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Actualizado: 12/8/2021 06:46
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¿Sabías que a los 5 días sin beber agua… mueres? ¿Qué estarías dispuesto a hacer o a pagar para que tus seres queridos, tus animales, tus campos o tu propio cuerpo no muriesen de sed?

Muchas veces no somos conscientes del mundo en el que vivimos cuando ponemos en manos de un precio, este derecho y esta necesidad tan vital: acceder al agua libremente.

Seguro que en los últimos años te has dado cuenta de que grandes campañas publicitarias en torno al ahorro del recurso, la eficiencia en el consumo, la solidaridad en su distribución, la huella hídrica te han hecho sentir que estás influyendo negativamente en tu necesidad por vivir en la gestión de este escaso recurso como usuario y consumidor, teniendo que dejar en manos de empresas gestoras su uso.

Pero con estas letras, lo que pretendo apelar es a tu conciencia como jurista, letrado, juez.

¿Qué derecho moral tenemos nosotros para impedir que un ser vivo pueda hacer uso del agua e incluso morir, al impedir su acceso si no paga un precio o no se está sujeto a una cuota de asignación?

Los profesionales que nos dedicamos al Derecho del Agua estamos teniendo que enfrentarnos cada día con esto en nuestros expedientes que invaden nuestras mesas y estanterías.

Caso Doñana, caso Mar Menor, caso Tablas de Daimiel, caso Flix…, son casos donde los medios de comunicación y los implicados han puesto el foco en la defensa del entorno y la ecología.

Pero, ¿y si te dijera, que al levantar el velo, te encuentras con un lucrativo negocio donde unos pocos tienen el control del contador y del grifo?

Donde unos pocos se están quedando con el poder de decidir si tus campos, tu casa, tus animales, tus municipios tienen derecho a acceder al agua y sobre todo: a decidir el precio de nuestras vidas.

El Derecho del Agua es una materia muy compleja ya que en sus expedientes se maneja en tiempo real el derecho penal, civil, mercantil, contencioso-administrativo y competencia.

EL PRIMER PLEITO DE NUESTRO DERECHO FUE POR EL AGUA

¿Pero sabías que la primera sentencia de la que se tiene constancia en nuestro Derecho fue por un tema de agua?

La Tabula Contribiensis, o Bronces de Botorrita, se descubrieron entre 1979-1992 y están fechados el 15 de mayo del 87 a.C.

En ellos se recoge el pleito entre las ciudades de Salduie y Alaun por la construcción de una canalización para las aguas. Los habitantes del Salduie querían extraer agua del río Jalón, algo a lo que se negaban los alavonenses ya que era de donde se abastecían ellos, así que decidieron acudir a un juez neutral para dirimir el asunto.

Todo este proceso se realiza con el conocimiento y aprobación del procónsul Cayo Valerio Flacco.

En el pleito estuvieron presentes un tribunal de magistrados de Contrebia Belaisca y representantes de las ciudades implicadas, Salduie y Alaun, sin que aparezca nadie relacionado con la ciudad de los sosinestanos, quienes vendieron los terrenos a Salduie.

Finalmente se falló a favor de Salduie.

En el Segundo bronce, aparece un listado de 245 personas con permiso para sacar agua de las reservas hídricas del interior de la ciudad, basándose en la aparición de algunos términos relacionados con este asunto como risantioka –regadío, lestera– estanque artificial, tar aquai –río o auzanto– él/ella saca agua.

Se trata del primer litigio registrado en la Península Ibérica relacionado con la planificación de regadíos. Pero nunca en la historia se ha encontrado o dado la posibilidad de prohibir e impedir que se tenga acceso como estamos viviéndolo hoy en día.

Incluso reyes o dictadores basaron sus políticas en mejorar y generar un acceso público y universal del agua para todos.

Por lo que el oro azul y las guerras por controlarlo en 2021 necesitan más del mundo del derecho, que de la política.

Somos la pieza clave en este gran negocio, y hasta los políticos dependen de nuestro trabajo tanto para justificar su mercadeo, como la noble necesidad de poder dar armas para que la sociedad pueda recobrar el derecho a su acceso en libertad.

Con estas letras sólo pretendo llamar tu atención y que descubramos juntos que el agua no puede ser una mercancía sujeta a las leyes del mercado, porque nuestra vida y la de los que más amamos van a estar ligadas a lo que nosotros hagamos en este momento, al defender y desarrollar estos expedientes.

La creación del Banco del Agua es una realidad y a la vez una amenaza, pero creo que esto será materia de otro episodio.

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