Firmas
Caso Rubiales: No guardó las formas y abochornó a todos los españoles
El magistrado Manuel Jaén opina, en su columna, que las formas del presidente de la RFEF, Luis Rubiales, suspendido por la FIFA durante 90 días, en la entrega de galardones de la final de la Copa del Mundo de fútbol femenino. fueron inaceptables. En la foto Rubiales con la jugadora Jennifer Hermoso, a la que besó en los labios sin consentimiento.
28/8/2023 06:32
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Actualizado: 29/8/2023 01:39
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Es noticia en estos días la inaceptable actuación del presidente de la RFEF en la final del Mundial femenino de fútbol celebrado el pasado domingo día 20 en Australia, hasta tal punto que prácticamente ha eclipsado el merecido triunfo del equipo español.
Dos son los sucesos acontecidos y, a mi juicio, altamente reprobables: uno, el sorpresivo beso en la boca propinado a la jugadora Jennifer Hermoso; y dos, el soez y obsceno gesto de llevarse las manos a sus genitales, además de realizar repetidas veces aspavientos con los brazos, en actitud de macarrismo, todo ello encontrándose en un palco presidencial, junto con la Reina, doña Letizia, la infanta Sofía, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, y otras autoridades, algo realmente incomprensible, que merece el más firme rechazo.
En cuanto a esto último, es de todo punto de vista inadmisible que quien en ese momento ostentaba la representación institucional del fútbol español, encontrándose en un palco junto con tan altas personalidades, incurriera en semejante comportamiento, debiendo haber asumido una actitud si no neutral, sí al menos discreta, no más allá de los pertinentes aplausos, por más que el triunfo obtenido fuera un momento idóneo para provocar la máxima alegría.
Pero las formas hay que respetarlas, en especial cuando se debe asumir una actitud ejemplar por el cargo asumido y en un lugar tan significativo como un palco y, es más, tal actitud debería guardarse en otros órdenes de la vida social.
Las normas de la cortesía, protocolo, trato social, el respeto de la dignidad de las personas, exigen un comportamiento bien diferente al protagonizado por el presidente de la RFEF, señor Rubiales, que ha abochornado a todos los españoles.
LOS EFECTOS DE LA LEY DEL SOLO SÍ ES SÍ
Y en cuanto al sorpresivo beso bucal dado por el presidente de la RFEF a la jugadora, que en modo alguno se puede justificar ni siquiera aun en la hipótesis de un posible consentimiento por parte de esta, pues aquel, como tal, ha de guardar las formas en todo momento, por mucha euforia que pueda tener por el triunfo obtenido, es una acción que, con el código penal en la mano, en especial a partir de la reforma operada por la Ley Orgánica 10/2022 (la ley del «sí es sí»), constituye un flagrante delito de agresión sexual
El artículo 178 de dicho código castiga con pena de prisión al que “realice cualquier acto que atente contra la libertad sexual de otra persona sin su consentimiento”, debiéndose entender que hay consentimiento “cuando se haya manifestado libremente mediante actos que, en atención a las circunstancias del caso, expresen de manera clara la voluntad de la persona”, algo que, evidentemente, en el caso de una actuación sorpresiva como la presente, no se puede dar y, por si quedara alguna duda, la propia afectada tiene afirmado, al menos según viene expresado en la prensa, que en ningún momento consintió que el Sr. Rubiales le diera un beso.
A mayor abundancia, el mencionado precepto añade que se consideran en todo caso agresión sexual los actos de contenido sexual que se realicen abusando de una situación de superioridad o de vulnerabilidad de la víctima.
Aspecto este último a tomar en consideración, dada la especial vulnerabilidad en la que se encontraba la jugadora respecto de quien ostentaba el más alto cargo del fútbol español, derivada tanto de la evidente relación de superioridad del señor Rubiales por la autoridad ejercida, como del hecho mismo de la euforia del momento por el triunfo obtenido.
ACONTECIMIENTOS PRECIPITADOS GRACIAS A LA FIFA
No es de extrañar, incluso de agradecer, que el Gobierno, a través del Consejo Superior de Deportes, haya anunciado un procedimiento ante el Tribunal Administrativo de Deportes, para suspender al presidente federativo por falta grave o muy grave, ello con independencia de la posible responsabilidad penal en la que este hubiera podido incurrir.
Los acontecimientos, además, se han precipitado, afortunadamente, ante la decisión adoptada el sábado día 26 por la FIFA de «suspensión provisional» del presidente de la RFEF de toda actividad relacionada con el fútbol, en tanto se tramita el procedimiento disciplinario abierto por la Comisión disciplinaria de dicha institución internacional, actuando así con más celeridad que las propias instancias nacionales, probablemente a raíz del rechazo de dimisión por aquel y las poco consistentes explicaciones dadas por el mismo como justificación de sus acciones.
Visto lo sucedido el pasado domingo día 20 hay que preguntarse qué es lo que pasa en el fútbol español para que sucedan este tipo de cosas, que no es sino un episodio más en todo un cúmulo de sombras y nebulosas al frente de tan importante organismo como es la RFEF, cuyo predecesor, Ángel María Villar, ya dejó bien alto el listón de las polémicas y escándalos por posibles desvíos de dinero, y que también le costó la suspensión de su cargo, estando aún abierta la vía penal.
Fútbol español, futbolistas y aficionados en general, que no merecen semejante trayectoria ni el espectáculo ofrecido por quien debería guardar las formas y dar una imagen ejemplar, modélica y responsable, de este alto organismo rector del fútbol en España, que debería superar cuanto antes la crisis en la que está inmerso desde hace años, con un buen presidente que por fin esté a la altura de la responsabilidad de tan importante cargo.
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