Padres divorciados, y desajustes emocionales: las claves en la credibilidad de los menores en casos de abuso sexual
Los padres y padrastros de los menores suelen ser los principales señalados por el abuso sexual, independientemente de su credibilidad. Foto: Confilegal

Padres divorciados, y desajustes emocionales: las claves en la credibilidad de los menores en casos de abuso sexual

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26/6/2024 06:31
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Actualizado: 26/6/2024 11:18
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Si bien los casos de abuso sexual son, en muchas ocasiones, difíciles de demostrar ante los tribunales, más complicado aún resulta valorar estos casos cuando la víctima es un menor. Una situación en la que, a pesar de que en gran parte de los casos se trata de situaciones reales, no siempre las palabras del menor son completamente fieles a la realidad. 

Algo que ahora ha sido analizado por un estudio realizado por la Universidad de Murcia. Análisis, realizado a través de 99 casos de menores, en el que se valoran los “factores psicosociales asociados a la credibilidad” de este testimonio.

Un testimonio que, desde el primer momento, no cuenta con apenas apoyos demostrables. 

“En la mayoría de los casos, no suele haber testigos oculares, el culpable no confiesa ni aparecen evidencias médicas o físicas que permitan objetivar estos delitos, lo que deja el relato del menor como única prueba del abuso”, explica el documento. 

Testimonio del menor en el que es común “evaluar la presencia de sintomatología psicológica como indicador de un abuso sexual”. Algo que, sin embargo, el estudio asegura que no siempre puede resultar una práctica fiable. Y es que esta sintomatología “no es cualitativamente diferente a la que presentaría un niño en otras situaciones, como el divorcio de sus padres”.

“Se hace patente la necesidad de incluir en las valoraciones de credibilidad de testimonio múltiples enfoques y aspectos”, aseguran en el estudio publicado, y dado a conocer por el especialista en contraperitajes y docente del Master de Psicología Forense de la UNIR, Miguel Pérez Urzay.

Una evaluación del abuso sexual infantil desde las víctimas 

El objetivo “es explorar la existencia de ciertos factores psicosociales (psicológicos, sociofamiliares y relacionados con el abuso) que puedan discriminar entre casos creíbles y no creíbles”, explican desde el estudio de la Universidad de Murcia.

Aspectos en los que, en primer lugar, se posiciona la situación familiar del menor. Un elemento que, según el estudio, puede ser clave para conocer si este testimonio es creíble.

Así pues, los testimonios creíbles se han asociado con una situación en la que los padres convivan y denuncien el abuso sexual al menor de forma conjunta. Por otro lado, los testimonios registrados como “no creíbles” están más presentes en menores con padres divorciados.

“Los menores pueden ser utilizados por uno de los progenitores para conseguir la custodia o para vengarse del otro progenitor” valoran en el documento. Situación en la que, en la mayoría de los casos, es la madre la que ostenta la custodia en exclusiva.

Por otro lado, el estudio realizado muestra que las alteraciones sufridas por los menores también difieren entre los casos “creíbles”, y los “no creíbles”.

Así pues, “lo más común en niños abusados es que aparezca sintomatología social, educativa y emocional, pero no tanto sexual”. Por su parte, en el caso de los testimonios “no creíbles”, es más común encontrar “sintomatología sexual, olvidando los desajustes sociales”.

Del mismo modo, se muestra cierta tendencia de los niños no abusados “ a denunciar abusos con penetración, mientras que en el caso de los creíbles, es más habitual que sólo se denuncie contacto físico”.

El padrastro, la figura más señalada 

Abuso sexual infantil en el que la figura masculina predomina como autor de este abuso sobre los menores. Eso sí, cambiando nuevamente entre los dos perfiles desarrollados por el estudio.

De cara a los testimonios creíbles, es el padrastro el que, en un 22% de los casos, realiza este abuso sobre el menor. Por su parte, en los testimonios calificados como no creíbles, es el padre el más señalado, en un 64%, seguido del padrastro, en un 16%.

En cuanto a la eclosión de la situación, “encontramos que en la mayoría de los casos de ambos grupos ésta se produce de manera espontánea”. Eso sí, en el caso de los testimonios creíbles, predomina la denuncia conjunta de ambos progenitores. Algo extremadamente singular en el caso de los no creíbles, en los que esta denuncia conjunta apenas alcanza el 3,2%. 

“Es bastante significativo que casi el 40% del grupo no creíble tenía denuncias anteriores por abuso sexual infantil”, señala, igualmente, el documento.

“Aunque la mayoría de las denuncias son ciertas, no podemos negar la existencia de denuncias falsas, ya sean intencionadas o no”, afirma el estudio. Una realidad que, sin embargo, sigue mostrando una lacra de gran peso social.

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