La sentencia de este tribunal federal de EE.UU. condena a Google por abuso de monopolio en publicidad digital, abriendo la puerta a una posible reestructuración. Foto: EP.
Google, condenada en EE.UU. por abuso de monopolio en el mercado de la publicidad digital
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18/4/2025 00:45
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Actualizado: 17/4/2025 23:57
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Google fue ayer condenada por un tribunal federal en Estados Unidos por mantener un monopolio ilegal en el sector de la publicidad digital. La sentencia, dictada por la juez federal Leonie M. Brinkema, concluye que la compañía tecnológica abusó de su posición dominante durante más de una década para controlar de forma indebida dos mercados clave: el de los servidores de anuncios para editores y el de las plataformas de intercambio de publicidad gráfica en la web abierta.
El fallo afirma que Google empleó una serie de mecanismos contractuales y tecnológicos que le permitieron consolidar su poder de mercado y excluir a sus competidores, dificultando así una competencia libre y efectiva.
Según la resolución, estas prácticas no fueron fruto del éxito empresarial legítimo, sino de una estrategia deliberada para eliminar rivales, limitar la innovación y perjudicar a sus propios clientes —entre ellos, medios de comunicación, anunciantes y plataformas independientes—.
La juez Brinkema subraya que Google “no solo aprovechó su posición dominante, sino que diseñó activamente un ecosistema cerrado y dependiente, basado en herramientas interconectadas que dejaban pocas opciones reales fuera de su red publicitaria”.
“Durante más de una década, Google ha vinculado su servidor publicitario para editores y su plataforma de intercambio de anuncios mediante políticas contractuales y la integración tecnológica, lo que le ha permitido establecer y proteger su poder monopolístico en estos dos mercados. Google consolidó aún más su poder monopolístico imponiendo políticas anticompetitivas a sus clientes y eliminando características deseables de sus productos. Además de privar a sus rivales de la capacidad de competir, esta conducta excluyente perjudicó sustancialmente a los editores clientes de Google, al proceso competitivo y, en última instancia, a los consumidores de información en la web abierta”, concluyó.
Esta conducta, añade, tuvo “un impacto sustancial en la competencia y en el acceso a servicios publicitarios justos y transparentes”.
SIETE DÍAS PARA PRESENTAR UN PLAN DE MEDIDAS CORRECTORAS
Como medida inmediata, Google dispone de un plazo de siete días para presentar ante el tribunal un plan de medidas correctoras. Aunque por el momento no se han impuesto sanciones económicas adicionales, el pronunciamiento judicial deja la puerta abierta a acciones estructurales más severas, si las medidas propuestas por la compañía no resultan satisfactorias.
En paralelo, el Departamento de Justicia de EE.UU. y un consorcio de fiscales generales de varios estados están solicitando una reestructuración profunda del negocio publicitario de Google.
Entre las propuestas sobre la mesa figura la posible escisión de activos estratégicos que refuerzan su posición dominante, como el navegador Chrome o su servidor publicitario DoubleClick. Esta última plataforma, adquirida por Google en 2007, ha sido una de las herramientas fundamentales para consolidar su control sobre el ecosistema publicitario digital.
Google, por su parte, ha anunciado que recurrirá la sentencia. En un comunicado, la compañía asegura que ha “ganado la mitad del caso” y que apelará la otra mitad, sin entrar en más detalles sobre qué partes concretas del fallo considera favorables.
Esta resolución representa uno de los reveses legales más importantes para el gigante tecnológico en Estados Unidos y podría marcar un antes y un después en la forma en que se regulan los mercados digitales.
El caso forma parte de un esfuerzo más amplio por parte de las autoridades estadounidenses para someter a mayor control a las grandes plataformas tecnológicas, bajo el argumento de que su poder desmedido está perjudicando tanto a la economía como al interés general.
La sentencia abre así un nuevo frente en la batalla por limitar el poder de los gigantes digitales y garantizar una competencia real en el entorno online.
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