¿Qué utilizan los jueces españoles, la campanilla o el mazo?
A la izquierda la campanilla, sobre una toga de magistrado; a la derecha, el mazo anglosajón.

¿Qué utilizan los jueces españoles, la campanilla o el mazo?

La confusión es generalizada en parte por culpa de las películas estadounidenses, donde aparecen los jueces golpeando con un mazo para establecer el orden en la Sala. En España la tradición ancestral es otra.

¿Qué tienen en común el sonido de la campanilla y el del mazo?

La respuesta es bien sencilla. Los dos son los instrumentos de los que se sirven los jueces para abrir o cerrar los juicios. O para mantener el orden en la sala.

El mazo, también llamado mallete, se utiliza en los países anglosajones, como Reino Unido, Irlanda o Estados Unidos.

Su origen, según los entendidos, es netamente masón y, aunque no hay constancia de cuándo, ni dónde y cómo fue adoptado por esos sistemas de justicia, tanto en los tribunales anglosajones como en el mundo de las logias masónicas tiene un mismo sentido: representa el poder y la autoridad.

El mazo o mallete se ha convertido hoy, junto con la balanza y la espada, en el símbolo más identificativo de la Justicia en todo el mundo.

Este simbolismo jurídico-legal está también muy presente en la Iglesia Católica.

Cuando muere un Papa el camarlengo, el hombre que administra los bienes de la Iglesia entre un Papa y otro, golpea tres veces con un pequeño mazo o martillo de plata y mango de marfil la frente del pontífice difunto y concluye diciendo “Papa mortuus est”.

En verdad, el Papa está muerto.

La campanilla, por otra parte, es el instrumento del que se han venido sirviendo los jueces españoles a lo largo de los siglos para realizar esas mismas funciones que los anglosajones con el mazo.

La campanilla es un instrumento que se utiliza durante la misa y que suele tañir el acólito en el momento de la elevación.

Durante cientos de años los lugares en los que se celebraban los juicios en España fueron las puertas de las Iglesias y las catedrales.

Era lógico, por lo tanto, que, a la hora de optar por un instrumento que se escuchara bien, se eligiera la campanilla por proximidad, familiaridad y eficacia; el sonido de la campanilla es más agudo y claro que el del mazo.

El uso de la campanilla en la Iglesia es una derivación, en menor escala, de la utilización de las campanas.

En la época paleocristiana, las campanas se empleaban en las catacumbas para convocar a los fieles a misa.

Desde el siglo VI de nuestra era se convirtió en algo usual en monasterios y conventos.

De esa forma fue adoptado como el método más eficaz de llamar a los cristianos, identificando su sonido con la presencia de Cristo y su protección bienhechora.

En la tradición occidental, fueron los egipcios -¿cómo podía ser de otra forma?- los que comenzaron a emplearlas en las fiestas consagradas a Osiris, después la adoptaron los griegos en sus fiestas dionisiacas y los romanos en sus procesiones.

En todos los casos confiriéndole un sentido positivo, considerando que su sonido atraía las buenas influencias y alejaba las perniciosas.

Las nuevas generaciones de jueces españoles hacen hoy un menor uso de la campanilla que la que hacían sus mayores.

Algunos, incluso han adoptado el uso «alienígena» del mazo -no hay ninguna norma que lo prohíba-. Seguramente lo han podido ver a través de la televisión.

Sin embargo, buena parte de ellos coincide en que la herramienta más poderosa para imponer la autoridad no es ni la campanilla ni el mazo.

¿Cuál, entonces?

El silencio.

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