Navarro Valls honra al “maestro” González Perez, en la apertura del curso de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación
En la mesa : Encarnación Roca , magistrada del TC, el catedratico de derecho penal Rodriguez Mourullo, Jose Antonio Escudero, presidente de esta Real Academia, Juan A Sagardoy, Catedrático Derecho del trabajo y Morales Moreno, Catedrático de Derecho Civil en la UAM.

Navarro Valls honra al “maestro” González Perez, en la apertura del curso de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación

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30/10/2016 06:58
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Actualizado: 30/10/2016 01:22
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En Apertura del Curso Académico en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, tras las palabras de bienvenida del presidente de la entidad, José Antonio Escudero y del vicesecretario general, Antonio Pau, estaba previsto que interviniese el académico de número y catedrático de Derecho Administrativo, Jesús González Pérez. Sin embargo, una inoportuna fractura cadera hizo que no pudiera asistir y que su discurso lo leyera Rafael Navarro Valls, catedrático emérito de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid y vicepresidente de esta Real Academia.

No obstante la conferencia que estaba preparada siguió su trámite y fue Navarro Valls quien honró la figura del maestro González Pérez relatando su ponencia que bajo el título “Setenta Años de Abogacía”, abordó los cambios que se han producido en esta profesión en estas últimas décadas.

En este acto acudieron José Manuel Romay Becaría, presidente del Consejo de Estado, Consuelo Madrigal, fiscal general del Estado, Juan José González Rivas, magistrado del Tribunal Constitucional, Gerardo Martínez Tristán, vocal del Consejo General del Poder Judicial, los presidentes de las Reales Academias de Jurisprudencia y Legislación de Aragón, Extremadura, Murcia y de Valladolid, así como Decanos de Colegios profesionales y de facultades de Derecho de distintas universidades españolas.

Sobre el ponente, ausente forzoso en este evento, algunos datos biográficos y profesionales que señalar Salmantino de nacimiento de 1924 tomo posesión de su puesto de Académico de Número el el 5-V-1986. A lo largo de prolífica trayectoria profesional logró el doctorado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

Según los estudiosos, Gómez Pérez junto a Eduardo García de Enterría, pertenece a lo que se conoce como la década prodigiosa del Derecho Administrativo, una generación irrepetible de juristas, líderes indiscutibles del proceso de renovación del Derecho Público español que contribuyó de modo silencioso, pero decisivo al éxito de la Transición.

Toda su obra la construyó al margen del poder, y siempre miró hacia América Latina. Como un homenaje en vida, reconocimiento a esta labor y considerado una de las primeras figuras del procesal español e hispanoamericano se constituyó hace ya una década la Asociación e Instituto Jesús González Pérez, que tiene su sede en Costa Rica y del cual formo parte de su junta directiva.

 SETENTA AÑOS AL SERVICIO DE LA ABOGACÍA

Navarro Valls, en lugar del lesionado González Pérez comenzó el discurso de aquel disculpándose por no haber elegido para este acto de apertura de un nuevo curso académico, uno de los grandes temas que nos ofrece hoy el mundo del derecho y haber optado por recordar alguno de los momentos de su vida profesional.

“Pero al darme cuenta de que en este curso se cumplían los 70 años de su incorporación al Colegio de Abogados de Madrid, los años vividos en el ejercicio de una profesión tan querida vencieron a cualquier otra consideración a la hora de elegir el tema”, comentaba

De hecho en su intervención se apoyó en esos recuerdos que ayudaron al menos el poder contemplar las transformaciones experimentadas en este mundo nuestro, análogas a las experimentadas en todos los demás al llegar el nuevo siglo.

Para el ponente, el uso de la toga y el ambiente en que se actuaba constituían dos muestras de estas transformaciones. En los años en que empezó era inconcebible un abogado sin toga ni actuaciones compareciera ante un Tribunal de Justicia.

“Hoy, sin embargo, hay abogados –y muy buenos abogados– que morirán sin haberse puesto una toga en su vida ni haber actuado jamás en un Tribunal de cualquier orden jurisdiccional. Y, ¡cómo se usan las togas! Mientras estuvo vigente la vieja Ley Orgánica del Poder Judicial –dijo– todos –o casi todos– íbamos impecables. Bajo la toga, traje negro, camisa blanca y corbata negra”.

Cuando dejó de tener vigencia empezó una corriente, que se permitió calificar de chabacanería, y, “bajo la toga, aparecen todos los colores del arco iris; las corbatas y camisas pugnan por aparecer con los colores más llamativos y, a veces, asoman bajo el negro de la toga unos pantalones casi blancos más propios para pasear en la playa que para actuar en un Tribunal de Justicia”, señalaba el conferenciante.

También recordaba con nostalgia como en aquella primera época los que se dedicaban a estos oficios se movían en el llamado Palacio de Justicia, en el que tenían su sede las Salas del Tribunal Supremo, las de las Audiencias territorial y provincial de Madrid y el entonces Tribunal provincial de lo contencioso-administrativo, y a muy pocos metros, en un edificio próximo los Juzgados de Primera Instancia e Instrucción.

“Hoy, los edificios en que se imparte justicia están dispersos por todo Madrid. Aquel Palacio ha quedado limitado a ser la sede del Tribunal Supremo, en el que apenas hay vida, “subraya en su intervención.

De hecho recordaba también que “entonces se podía entrar al Palacio de Justicia por todas las puertas. No había distinciones ni controles. Se llegaba libremente a la Sala, secretaría, despacho o dependencia a que uno acudía».

Para luego proseguir comentando que “hoy, los abogados, procuradores y su personal no pueden entrar en el Tribunal Supremo por cualquiera de las puertas. Solo por una, la que está destinada al público en la planta más baja del edificio en la calle del Marqués de la Ensenada”.

En otro momento de su exposición, después de resumir lo que supuso en la justicia administrativa la Ley de 1956, expuso algunas experiencias –destacando algunas anécdotas– tanto en el orden jurisdiccional contencioso-administrativo como en los otros órdenes jurisdiccionales, así como ante el Tribunal Constitucional y, en un recurso ante el Tribunal de Orden Público.

La ponencia de Gonzalez Perez leída por Navarro Vals terminaba con estas palabras: «espero que a través de los ejemplos que acabo de recordar hayan podido contemplar las transformaciones que se han producido en el mundo jurídico en estos años que nos ha tocado vivir”.

El ponente recordó que “llegando al nuevo siglo en el que nuestra Administración de Justicia ocupa uno de los lugares más bajos de la escala de confianza popular”.

Sobre el nuevo curso académico indicó que “al empezar el curso académico creo poder prometerles que, en ejercicio de las funciones que nos encomiendan nuestros estatutos, dedicaremos todo nuestro esfuerzo para que la reforma de la Justicia que figura en todos los programas de los partidos políticos se realice en el mejor sentido y nos devuelva la confianza perdida».

GONZÁLEZ PÉREZ, UNO DE LOS GRANDES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO ESPAÑOL 

Catedrático de Derecho Administrativo es miembro de Número del Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal y Registrador de la Propiedad. En los últimos años ha sido Vocal Permanente de la Comisión General de Codificación.

Ha sido Profesor Honorario de las Universidades de Santo Tomás de Aquino de Tucumán, Nuestra Sra. del Rosario de Bogotá (Colombia), Paraná y Católica de Salta y Académico Correspondiente de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires.

Gonzalez Pérez es Miembro de Número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas y tiene entre otros galardones los premios   “Una vida dedicada al Derecho” (2005) y el Premio Internacional de Investigación Jurídica Héctor Fix-Zamudio (2008).

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