El 10% de los despachos de abogados emplea Big Data para el análisis jurídico, según Lefebvre

El 10% de los despachos de abogados emplea Big Data para el análisis jurídico, según Lefebvre

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18/11/2016 05:58
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Actualizado: 11/10/2018 17:15
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El 10 por ciento de despachos ya emplea inteligencia artificial y el Big Data para el análisis jurídico, según un estudio de Lefebvre El Derecho. Dicho estudio pone de relieve que las nuevas tecnologías han transformado el sector jurídico empresarial configurando un nuevo modelo caracterizado por el desarrollo de nuevos sistemas y APPS que facilitan el trabajo.

El estudio, elaborado por el grupo editorial Lefebvre El Derecho, concluye que se ha producido una «significativa» transformación en despachos y asesorías que comienzan a apostar por la innovación para ser más competitivos y no quedarse atrás en la nueva era digital, informan en una nota.

Según el grupo editorial, el sector apuesta por un mayor uso de herramientas de marketing y control de gestión, la incorporación de nuevas estructuras de negocio alternativo y por comenzar a disminuir la facturación por horas ya que en la actualidad el 70 por ciento de los despachos opta por establecer un precio cerrado en función del proyecto.

Además se ha producido una «significativa transformación» del modelo tradicional de abogado conocido por el ‘boca a boca’ a otro más colaborativo y multidisciplinar debido a que la complejidad de los procesos cada vez es mayor, según expone el informe que lleva por título ‘Innovación y tendencias del sector jurídico empresarial 2016-2017’.

De él se desprende que el 44% de los despachos tiene interés en colaborar con otros en proyectos multidisciplinares y al respecto aclara que la colaboración entre despachos será fundamental para mejorar la posición de los más pequeños. El desarrollo de sistemas inteligentes para la gestión y producción de documentos va a permitir liberar tiempo a los despachos para concentrarse en labores de mayor valor añadido para el cliente.

Gracias a la tecnología, las empresas paralegales y de servicios legales alternativos pueden convertirse en proveedoras directas de asesoramiento legal y suponer una amenaza para los despachos tradicionales.

Destaca la especialización y se imponen con fuerza las llamadas “boutiques”, despachos pequeños o medianos que concentran el saber experto en áreas ahora muy demandadas por los clientes (propiedad intelectual e industrial, derecho tecnológico, biotecnología, robótica, etc).

Las empresas prefieren un abogado preventivo, con nuevas habilidades para realizar su trabajo como puedan ser las derivadas de la tecnología.

BUEN USO DE LAS REDES SOCIALES

Casi todos los entrevistados coinciden en que un buen manejo de redes sociales es fundamental para mejorar la imagen del bufete, captar nuevos clientes y mantener la fidelidad con los actuales, y ello conlleva además el desarrollo de nuevos sistemas que permitan a los usuarios tener acceso directo a sus expedientes.

El propósito de esta nueva iniciativa impulsada por Lefebvre es, como afirma el director general de la compañía, José Ángel Sandín, «que se les reconozca como el socio estratégico que aporta conocimiento, información y recursos útiles e innovadores para el profesional».

EL CLIENTE MANDA

Quiebra el modelo clásico de facturación. Aparece el “más por menos”. El 54% de los despachos y el 71% de las asesorías utiliza la facturación por precio cerrado/cuota fija.

También surgen modelos alternativos para captar clientes. Por ejemplo, mediante el empleo de la “paquetización” de los productos como si fueran servicios, ofreciendo un bono de consultas o un servicio de Derecho colaborativo.

El cliente cambia el modelo de facturación. La facturación por horas da paso a la de precio cerrado y cuota fija.

EL ABOGADO DEL FUTURO: PROACTIVO, CONSULTOR Y MULTIDISCIPLINAR

“Más negociación y menos litigio”. La tendencia de las empresas a la transparencia impulsará cada vez más la función preventiva del abogado. El abogado se hace más proactivo: el 70% ve el compliance como una nueva área de interés, y el 89% piensa que el abogado ejercerá cada vez más una labor preventiva.

A medio plazo, los abogados van a necesitar nuevas habilidades, como por ejemplo, entender los fundamentos básicos de los lenguajes de programación informática. Como apunta Pablo García Mexía, abogado y consultor digital y cofundador de Syntagma: “en el año 2020, no habrá ni un solo delito que no tenga un componente electrónico”.

Así, para promover la flexibilidad y la horizontalidad y adaptarse al cambio, se hacen necesarios los llamados milennials. Como dice Alejandro Touriño, socio director de Écija: El sistema de mentoring ya no es sólo de los más senior hacia abajo. Un junior también puede ser mentor de un senior para asuntos que él conoce mejor relacionados con los nuevos entornos en los que él es nativo”.

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