Sonia Zunzunegui, de Squire Patton Boggs: “Ser socio no es tan fácil como hace años”
Sonia Zunzunegui, directora gerente de Squire Pattons Boggs.

Sonia Zunzunegui, de Squire Patton Boggs: “Ser socio no es tan fácil como hace años”

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03/4/2017 11:23
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Actualizado: 03/4/2017 11:23
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Tres fusiones  en catorce años ha vivido Sonia Zunzunegui, directora gerente de Squire Pattons Boggs, despacho internacional ubicado en la madrileña Plaza Marqués de Salamanca. Nadie mejor que ella para conversar sobre los cambios que ha habido en estos años en la abogacía de los negocios.

Para esta experta en comunicación reconvertida en la gestión de los despachos “el escenario ha cambiado mucho al ser global. Los despachos exigen mucho a sus socios y las propias operaciones se cierran de forma más rápida que antes”.

En primera persona

“De comunicadora a llevar la gestión de un despacho de abogados.  Tras trabajar siete años en una empresa familiar di el salto a una multinacional como Grey, en la parte de comunicación corporativa. Montamos la oficina en Madrid y estuve tres años trabajando. Curiosamente uno de los clientes era Nauta Dutilh que se fusionó con Hammonds en el 2003

En este momento tuve la oportunidad de cambiar de actividad profesional. Reconozco que no me costó cambiar mucho e ir al lado del cliente. Era cambiar todo y un trabajo distinto. Después de catorce años no me he movido de aquí. Estoy muy involucrada en el proyecto del despacho. No me parece que sea complicado trabajar con abogados. Reconozco que me apasiona la venta en el sector legal.

La figura en el despacho de directora gerente, en términos anglosajones CCOO, es clave ahora en muchas organizaciones. Es un puntal clave en la firma siempre pendiente de los socios. Como aficionada al fútbol y al Real Madrid, mi papel en la firma es del mediocentro de cualquier equipo. Es la pieza clave por la que pasan la mayor parte de los asuntos de la firma”.

¿Cómo percibe desde su posición de directora gerente de la firma los cambios que se han ido generando en la misma?

Llevo catorce años y en este periodo de tiempo hubo tres fusiones y varios cambios de nombre en el despacho que le han hecho evolucionar mucho.

Desde el principio fuimos una firma internacional con Nauta Dutilh, su fusión con Hammonds nos dio más proyección a nivel europeo y asiático y en el 2011 con otra fusión con Squire Sanders & Dempsey corroboró la citada proyección internacional.  Al final la firma se fusiona en el 2014 con Patton Boggs convirtiéndose en Squire Patton Boggs.

¿Cómo se le cuenta a los abogados de una firma que está inmerso en este tipo de procesos de fusión para que no tenga temor por perder su trabajo?

En estas fusiones o alianzas el profesional que estaba con nosotros no se ha visto afectado. Madrid ha sido una oficina clave en el desarrollo de Hammonds como de Squire. En las dos últimas fusiones no existía otra oficina de la otra parte con lo cual la integración del equipo ha sido muy fácil. Hemos procurado realizar estas integraciones de forma suave y nuestros abogados han seguido trabajando en lo mismo.

Acabamos de ver otra integración menos suave como la de Olleros Abogados en Andersen Tax & Legal…

Ya vimos en años anteriores operaciones similares a nivel internacional. Creo que no será la última operación que veamos de este tipo en el mercado nacional. La concentración en el sector de la abogacía es lógica y a una firma como Olleros de gran crecimiento le faltaba esa proyección internacional que ahora tiene. Eso hará de esa marca más competitiva.

¿Cómo le afecta a un abogado trabajar en un despacho internacional en su día a día?

Creo que han sabido adaptarse sin demasiados problemas al nuevo escenario global. El abogado joven está muy internacionalizado en su vida diaria y por formación que ha recibido, mucha de ella a nivel global. Les gusta este entorno multicultural donde saben que es fundamental manejar el idioma ingles en este contexto.

Respecto a los más seniors hay algunos que son admirables por su capacidad de aprendizaje y de volver hacerse a este entorno global y a las nuevas tecnologías.  En esta oficina tenemos poco abogados seniors, la media de edad ronda los 35 años, pero los que trabajan con nosotros han hecho un esfuerzo importante por estar a la altura de los demás.

Sonia Zunzunegui, experta en gestión de despachos.

 

¿Ha llegado el momento que los despachos jubilen a sus socios a una edad determinada?

Este es un tema muy personal en cada firma. El Global Board de cada uno de ellos es el que decide sobre la permanencia de los socios en cada despacho. Creo más en una estructura flexible en la que sea el socio de la firma quien indique hasta que edad está dispuesto a trabajar. El modelo americano es así y no hay edad de jubilación.

Frente a esta forma de ver la abogacía, hay otros despachos que han jubilado a sus letrados a una edad temprana y se han arrepentido. Pierdes un talento importante. Creo que debe ser algo personal a nivel de decisión. Hay socios de despachos que son un valor añadido aunque tengan setenta años, tanto en generar negocio como en transmisión de conocimiento a las otras generaciones.  Se debe decidir en los Comités de Socios esa evaluación.

Hay socios de despachos que son un valor añadido aunque tengan setenta años y debes mantener

Ser socio ahora no es tan fácil como antes…

El cambio que se ha producido es parecido al mundo de la publicidad y comunicación. Hablamos de empresas de servicios que se han ido adaptando  a los nuevos tiempos y al final la tarta da para lo que da. El despacho busca el beneficio y tiene que invertir mucho en tecnología y todo eso hace que sea más exigente ser socio.

Todas las firmas están abiertas a tener más socios, siempre que éstos sean capaces de desarrollar una práctica, donde pueda impulsar una cartera de clientes propia que pueda ser visible tanto en su trabajo como en relación con otras áreas del despacho.  Frente a ello hay gente joven que ya no ve la sociatura como el fin suyo profesional. Eso hace que el despacho de cabida a todo tipo de perfiles, no solo al que quiera ser socio.

Da la sensación que los despachos son más exigentes que nunca con estos socios de los que estamos hablando…

Creo que sí. Pero creo que es una tendencia que vemos en todos los sectores de la actividad económica. No creo que sea exclusivo de la abogacía. El mundo va más rápido que antes y eso hace que ya los abogados muy jóvenes vengan muy preparados a trabajar en cualquier firma legal.

Al mismo tiempo las operaciones se hacen en plazos muy cortos, hay que cerrarlas mientras que hace unos años era algo diferente y se hacían con más calma. La exigencia es mayor ahora en cualquier parte del despacho.

¿Por qué se va un socio de una firma legal, entonces?

Por muchas razones. Al final puede ser que quiere ir a otro tipo de despacho que le convenza más y se busque un bufete más internacional.  Hay otros que no están de acuerdo con la cultura corporativa de la firma y quieren un cambio. El cambio de un bufete a otro supone un proceso de maduración en el propio socio.  No es fácil encontrar una causa general a ese cambio de un despacho a otro.

¿Cuántas ofertas ha rechazado usted en estos catorce años en la misma firma?

(Sonríe ante esta pregunta inesperada). No me gusta escucharlas estoy muy a gusto donde estoy. Estoy muy identificada con el proyecto y lo siento como mío.

Si repasamos los cambios que llegan al sector legal, uno de ellos es más evidente. El despacho ya no está únicamente formado por abogados. La estructura para legal de la firma está muy involucrada ahora…

La estructura paralegal, profesionales que no son abogados y que sirven de apoyo al despacho, son clave sin lugar a duda. En muchas organizaciones la integración es mayor y eso repercute en la eficiencia de la firma. Otra cosa será verlos a medio plazo convertirlos en socio. No será fácil su integración desde esa perspectiva.

En nuestro despacho, junto con los abogados ya conviven desde hace tiempo economistas, ingenieros que trabajan para clientes de ese sector, expertos tecnológicos. Esta es una práctica mundial ya extendida en las grandes firmas.  El cliente lo ve además como un valor añadido diferenciable de otros despachos que pueden no tenerlo aún.

La irrupción de las tecnologías en los despachos es irremediable. ¿Va a ayudar a una mejor comunicación con los clientes?

Estoy convencida de ello. Se trata que seamos más accesibles a ellos. El cliente quiere que se le escuche siempre que lo necesite. Eso pasa en cualquier sector de la actividad económica. Estar disponible es fundamental y responder cuando el cliente tenga una urgencia.

Nosotros cambiamos la tecnología cada cuatro años para que nuestros abogados sean cada vez más eficientes. Con esta apuesta queremos ayudarle a que trabaje donde sea y ayudarle a su conciliación de la vida personal con la profesional. En España será el cambio el próximo mes de junio y cada profesional decide que aparato necesita.

La tecnología va ayudar a trabajar de otra forma. Se acabó estar pegado al puesto de trabajo todo el día…

Son los nuevos tiempos que han llegado. Las políticas de agile working necesitan de un seguimiento y monitorización para que esa política cuaje. Este tipo de iniciativas van a liderar un cambio cultural en la propia abogacía, ya presentes en los países anglosajones. Para poner en marcha estas políticas necesitas contar con tecnología puntera que te ayude a ponerlas en marcha.

Para poner en marcha cualquier política de conciliación es necesario contar con tecnología puntera que te ayude a ponerlas en marcha

Sonia Zunzunegui, en un evento de ESADE sobre gestión del tiempo y rentabilidad.

Las empresas tecnológicas, startups, ya no son una moda, y son una tendencia en el entorno empresarial. Además un nicho de mercado para los despachos…

Eso es cierto y cualquier firma legal tiene ahí otro tipo de trabajo legal que hasta hace poco no se contemplaba.  Hemos ayudado a startups españolas a desembarcar en el mercado americano pero no es una de nuestras grandes áreas por el momento.

En nuestro caso estamos centrados en la abogacía de los negocios tradicional, operaciones, derecho mercantil, fiscal y laboral. Les decimos a los inversores extranjeros que España es un país interesante para invertir pese a su dispersión normativa.

¿Puede ser Madrid alternativa a Londres en la cuestión del Brexit, ahora ya en marcha?

Habrá que ver realmente que sucede tras las negociaciones que ahora empiezan. A priori, una ciudad como Frankfurt, sede del Banco Central Europeo , está mejor posicionada que ninguna en esa sucesión a Londres.  Queda un año por delante para saber cómo va a ser la situación final. Londres es centro financiero europeo y habrá que ver como resiste este nuevo escenario. En el caso de Madrid todavía queda por ver cuál puede ser su lugar.

Su despacho tiene ya un Plan Brexit definido…

Tenemos un Brexit Group que está muy activo donde está valorando los escenarios posibles que puedan suceder en los próximos meses. En principio, da la sensación que cualquier situación de crisis podría dar trabajo a la abogacía como ha sido así en otras ocasiones, pero está todo por ver realmente.

Sobre Donald Trump y su política de “America first”, ¿qué es lo que más le sorprende?

Bueno no me sorprende nada. Creo que es fiel a lo que dijo en su campaña a la presidencia de los EEUU. Todo lo que leemos que hace no me extraña que lo haga.  En sectores como infraestructuras pese al anuncio que ha hecho de proteger las empresas de EEUU, nadie duda que las firmas españolas y francesas de construcción son punteras y seguirán teniendo trabajo allí. Habrá también que esperar cuál es la evolución de su gestión, aún lleva poco tiempo.

Por cierto, ¿Habrá una cuarta fusión en el futuro del despacho?

No sabría decirle. Por el tamaño del despacho tendría que ser la propia firma quien liderase ese proceso de integración. Las tres que he vivido fueron bien y han sido para mejor, el despacho ha seguido creciendo y ha redundado en beneficio de todos.

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