Adolfo Prego, exmagistrado del TS y abogado: “Las macrocausas se han convertido en un cáncer del proceso penal”
Adolfo Prego fue magistrado de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo hasta 2011, momento en el cual solicitó una excedencia y decidió defender a la ciudadanía como abogado. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.

Adolfo Prego, exmagistrado del TS y abogado: “Las macrocausas se han convertido en un cáncer del proceso penal”

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26/4/2024 00:45
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Actualizado: 26/4/2024 09:46
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“La jurisdicción penal está en declive, las garantías están desapareciendo”. Así comenzó ayer el exmagistrado de la Sala de lo Penal Tribunal Supremo, Adolfo Prego, socio fundador de la firma Adolfo Prego Abogados, su intervención en un desayuno informativo organizado en la sede de su despacho.

Y es que, hay que recordar, que Prego, que también fue vocal del Consejo General del Poder Judicial, dejó el Alto Tribunal en 2011 para cambiar de terreno y ejercer defendiendo los derechos de los ciudadanos desde el otro lado, la abogacía. 

Un desayuno en el que aprovechó para opinar que, actualmente, dentro del proceso penal se están introduciendo una serie de enfermedades «muy graves» que están trayendo como consecuencia el deterioro de «todas las garantías hasta extremos preocupantes».

Para él, el principal problema son las macrocausas, las cuales calificó de «cáncer» al ser incompatibles con la jurisdicción penal.

«Las macrocausas se han convertido en un cáncer del proceso penal. Se meten a presión 60 imputados con 28 delitos que se dice que son conexos porque pertenecen a la misma época, pero jurídicamente no lo son». 

De modo que lanzó una pregunta al aire: ¿imaginan macrooperaciones de corazón, a que no verían a médicos operar a la vez por los pasillos? «La Justicia es delicada como un aparato de relojería», afirmó.

Los sumarios que duran tantos años juzgan al acusado antes del juicio

El exmagistrado y reputado jurista explicó que las macrocausas traen como resultado sumarios eternos. Tanto que incluso en su carrera profesional ha vivido cómo han durado 17 años. «Eso es una salvajada, un fracaso».

No obstante, recordó que la función del sumario es construir racionalmente la posibilidad de formular, o no, una acusación. Pero, al tener relevancia pública y durar tantos años, mucha gente juzga antes de que se inicie el juicio. 

Por lo que, en su opinión, deberían durar seis meses para que el proceso no se convierta «en lento y plomizo» y evitar así que cuando el acusado entre en el juicio oral, no «esté prácticamente condenado».

Además, recordó que al haber tantos acusados, hay muchos abogados. Y si se declara secreto para ellos, cuando se levante, se encontrarán con miles de folios sobre la mesa que no pueden leer.

«Estos procesos no son compatibles ni con la precisión ni con las garantías de presencia de letrados. Se investiga a espaldas de la defensa y provoca pactos ilegales e inmorales».

Adolfo Prego
Adolfo Prego explicó que las macrocausas traen como resultado sumarios eternos. Foto: Blanca Valdés/Confilegal

Prego: «no se toleraba que durasen más de seis meses»

Comentó que cuando era juez de instrucción en Trujillo (Cáceres) no se toleraba que durasen más de seis meses. «Se tenía la idea de que la instrucción era el aperitivo, y no el juicio». Reconoció que él no leía los sumarios para no crear prejuicios.

Contó, a modo de anécdota, que cuando estaba en la Audiencia Provincial de Segovia junto con Cándido Conde-Pumpido, actual presidente del Tribunal Constitucional, sólo leían aquellas diligencias que, practicadas en sumario, no eran reproducidas en juicio oral. Ello podía ser un levantamiento del cadáver o un reconocimiento judicial.

Pero nada más. No leían ni una declaración ni un peritaje.

«Nos sentábamos allí en un estado mental de virginidad total porque hay presunción de inocencia. Debería estar prohibido que el tribunal juzgador leyera el sumario porque si no, se juzga sin independencia».

Para Prego, lo ideal es leerse el escrito de acusación, el escrito de defensa, ver la contradicción y sentarse a esperar que se practiquen las pruebas.

Preguntado por cómo desmontarían las macrocausas, Prego acudió a la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que dice que cada hecho es un sumario. «Ahora el pulpo empieza a soltar tentáculos y cada uno es una pieza separada».

Asimismo, Prego criticó el gran número de ordenes de escuchas telefónicas que hay. Algo que él, en toda su vida, tan sólo ha ordenado dos veces, ambas en Tenerife. Una por unos dólares falsos y otra por el asesinato de un niño de 14 años en La Laguna. «Para saber si una persona ha sustraído o estafado, hay papeles, documentos y colaboradores de la policía».

Adolfo Prego Abogados
Adolfo Prego Puig de la Bellacasa, socio director de Adolfo Prego Abogados, Adolfo Prego de Oliver y Toliván, socio fundador, y Javier Prego de Oliver, abogado de la firma. Todos ellos participaron en el desayuno informativo. Foto. Confilegal.

Prisión provisional

Otro de los temas que trató, junto con su hijo Adolfo Prego de Oliver Puig de la Bellacasa, socio director de la firma, y Javier Prego de Oliver López-Cortijo, abogado del despacho fue la prisión provisional.

Comentaron que en España se abusaba de ella. Como ejemplo, pusieron a Dani Alves, el exjugador del Barcelona condenado a cuatro años y seis meses de prisión por agresión sexual a una joven en una discoteca.

Explicaron que su perfil no es el típico de una persona con riesgo de fuga por dos motivos: porque no tenía antecedentes penales y porque le reconocerían en cualquier parte del mundo.

De modo que consideran que la prisión provisional sólo debería acordarse para delitos muy graves o para personas que denotan un riesgo social al ser un peligro, no para, por ejemplo, la corrupción.

Explicaron que hay otro tipo de medidas como la pulsera telemática, la retirada de pasaporte o ir a firmar al juzgado. «Se ha asumido que es una pena anticipada justificada a ojos de la opinión pública. Al igual que tampoco tiene sentido que se solicite la prisión provisional de Iñaki Urdangarin, cuyo riesgo de figa es absolutamente inconcebible», comentó Prego hijo.

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