Las declaraciones de Rajoy ante el tribunal de la Gürtel no aportaron nada nuevo, salvo espectáculo mediático
Rajoy durante su declaración ante el tribunal.

Las declaraciones de Rajoy ante el tribunal de la Gürtel no aportaron nada nuevo, salvo espectáculo mediático

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26/7/2017 17:10
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Actualizado: 26/7/2017 17:12
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Mucho ruido y pocas nueces. Así se podría resumir la comparecencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ante el tribunal de la Audiencia Nacional que está juzgando la primera etapa del caso Gürtel, que va desde 1999 a 2005. O también podría definirse como el parto de los montes.

Porque eso, en resumen, es lo que fue.

También fue la constatación de otra cosa: los interrogatorios de las películas de juicios son infinitamente mejores que la realidad.

Y este fue un claro ejemplo.

Rajoy fue convocado como testigo, a petición de la Asociación de Abogados Demócratas por Europa (ADADE), que ejerce la acusación popular, para que contestara sobre si había cobrado los sobresueldos que venían anotados en los llamados «papeles de Bárcenas», la supuesta contabilidad en B del PP, si tenía conocimiento de la existencia de una caja de esas características, si estaba al tanto de las campañas electorales del partido y si sabía algo de las cuentas que el extesorero Luis Bárcenas tenía en Suiza.

Respondiendo al letrado de ADADE, Mariano Benítez de Lugo, negó todo.

«Todo lo que se refiere a mí era absolutamente falso. La inmensa mayoría de personas que figuran en esos papeles también dicen que es falso. En otros casos podría ser cierto», respondió Rajoy, sobre los papeles de Bárcenas, conocidos en 2013, en los que aparecen apuntes con su nombre, una fecha y unas cantidades, referidos a supuestos sobresueldos en B.

El presidente del Gobierno dijo con toda claridad que era «absolutamente falso» que se cobraran dichos sobresueldos en B; sería algo «ilegal», afirmó.

El interrogatorio fue, por momentos, muy tenso debido a las constantes interrupciones a los abogados del presidente del tribunal -hasta 14 se pudieron contar-, Ángel Hurtado, que vetó múltiples cuestiones relacionadas con los ‘papeles de Bárcenas’, los cuales se investigan en una pieza separada.

Sobre las cuentas que tiene en Suiza el extesorero Bárcenas, donde, al parecer, llegó a tener 50 millones de euros, Rajoy afirmó que se entero de ello por los medios de comunicación.

Donde estuvo Rajoy entre 1999 y 2005

Entre 1999 y 2005 ocupó las siguientes responsabilidades en el Gobierno y en el PP: Del 19 de enero de 1999 al 27 de abril de 2000 fue ministro de Educación y Cultura. En enero de ese año fue nombrado, en el XIII Congreso Nacional del PP, vicesecretario general. En el año 2000 dirigió la campaña electoral de su partido, que le dio la mayoría absoluta y que le aupó a él al Ministerio de la Presidencia (27 de abril de 2000 a 27 de febrero de 2001) y le convirtió en vicepresidente primero del Gobierno.

Entre el 27 de febrero de 2001 al 10 de julio de 2002 asumió la responsabilidad de ser ministro del Interior.

En enero de 2002 fue reelegido vicesecretario general del partido en el XIV Congreso y en julio, cesó como ministro de Interior para asumir la portavocía del Gobierno y, de nuevo, el Ministerio de la Presidencia.

El 31 de agosto fue propuesto por José María Aznar como sucesor suyo en la Presidencia del PP. El 3 de septiembre fue elegido por la Junta Directiva Nacional de su partido nuevo secretario de la formación y candidato a la Presidencia del Gobierno.

El 2 de octubre de 2004, en el XV Congreso de su partido, fue elegido presidente de la formación.

Lo que las acusaciones buscaban era su responsabilidad en la trama de corrupción que se montó por algunos miembros del PP y personas relacionadas con el PP:

Obligación de decir verdad

Rajoy, como testigo, tenía obligación de decir la verdad.

Lo juró, cuando le preguntó el presidente del tribunal, Hurtado, pero no reveló nada nuevo que pudiera dar un vuelco al proceso judicial que enjuicia actualmente a 37 personas, entre ellas, Francisco Correa, Pablo Crespo, Álvaro Pérez, José Luis Izquierdo, Isabel Jordán, Luis Bárcenas, Ángel Sanchís, Alberto López Viejo y Jesús Sepúlveda, por formar parte de una trama de corrupción directamente vinculada al PP.

«Mis responsabilidades eran políticas y no de contabilidad», repitió más de una vez Rajoy.

En relación al cabecilla de la trama, Correa, dijo no conocerlo, conocer por encima a Crespo, que fue secretario de organización del PP en Galicia. Lo mismo con Álvaro Pérez, «el bigotes», con el que dijo que era posible haber coincidido.

De Jesús Sepúlveda, quien fuera alcalde de Pozuelo, dijo haber tenido «la sensación» de que en las campañas de 1994 y 1995 se ocupaba en el PP de «temas de vallas y banderolas». Y añadió que cuando regresó al PP en 2003 como secretario general -tras ser designado sucesor de Aznar- no tuvo «prácticamente ninguna relación».

Con Ana Mato, su exesposa sí. La hizo minsitra de Sanidad. «La relación fue fundamentalmente profesional y política pero era una persona con la que tenía más relación que con otros. Yo tenía relaciones con personas del ámbito político, no económico ni jurídico», afirmó.

Campañas electorales de Pozuelo y Majadahonda

Las campañas electorales municipales de Pozuelo y Majadahonda de 2003, que son objeto del presente juicio, también afloraron. Y nuevamente Rajoy negó conocer cómo se financiaron, porque él no se ocupaba «de los asuntos económicos».

«Sería algo disparatado que yo estuviera ocupándome de los asuntos de los 8.000 ayuntamientos de España. Sería lisa y llanamente imposible», aseguró.

En cuanto a si se pagó con dinero B la reforma de la sede nacional del PP en la calle Génova que se realizó entre 2005 y 2010, se limitó a decir que sabía que se estaban haciendo obras porque en esa época «iba todos los días» (era líder de la oposición y no se trasladaría a Moncloa hasta finales de 2011) y veía a los operarios haciendo obras».

«Desconozco absolutamente cómo se pagaron las obras porque yo no llevaba ningún asunto económico», repitió una vez más.

Lo dicho, un parto de los montes que no aportó nada al juicio.

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