El absentismo laboral en España tuvo un coste de más de 76.000 millones de euros en 2017
Absentismo laboral.

El absentismo laboral en España tuvo un coste de más de 76.000 millones de euros en 2017

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21/6/2018 06:15
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Actualizado: 21/6/2018 08:31
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El absentismo, entendido como la práctica habitual de no acudir al lugar de trabajo, repunta en España al 5%, lo que supone un crecimiento del 21% desde el 2014.

Esta práctica ha supuesto durante el último año un coste total que asciende a 76.449,53 millones de euros, lo que supone un incremento del 10,58% interanual, según datos del VII Informe sobre Absentismo publicado por Grupo Adecco en colaboración con otras instituciones.

Según la OCDE, España y Suiza lideran las mayores tasas de absentismo laboral en estos momentos en Europa.

Este informe, realizado en colaboración con la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT), FREMAP, la Universidad Carlos III de Madrid, la UNED y Sánchez de León Abogados, tiene la vocación de analizar periódicamente, no solo las cifras de este fenómeno en nuestro país y su entorno comparable, sino también abordar de manera sucesiva el estudio de todas aquellas manifestaciones que nos ayuden en la prevención, gestión y, en su caso, adecuado control del absentismo.

Javier Blasco, director jurídico de Adecco, explicó las novedades más significativas de este informe donde queda reflejado que la tasa de absentismo por Incapacidad Temporal (IT) creció un 4%, hasta el 3,58%, y la de absentismo por otras causas ha crecido cada año hasta estabilizarse ahora en el 1,42%.

Por sectores de actividad, la tasa de absentismo es del 5,1% en el sector servicios igualando la cota máxima alcanzada en 2007; del 5,1% en la industria; y del 3,4% en la construcción.

Blasco estuvo acompañado de Vanesa Rodríguez, asesora jurídica de AMAT, patronal de mutuas de trabajo, José Luis Checa, subdirector general de Gestión de FREMAP y de Eva Blázquez , profesora Titular del Derecho del Trabajo y Seguridad Social de la Universidad Carlos III de Madrid, quienes también comentaron otros aspectos de este detallado informe

También destaco que, de todos los procesos de baja por Incapacidad Temporal (IT) registrados durante el año pasado, el 86,36% se han derivado de lo que se conoce como contingencia común (accidente no laboral o enfermedad común). Y el 13,64%, de las de origen profesional (accidentes de trabajo o enfermedades profesionales).

Respecto a las bajas por IT indicó que se concentra en cuatro grupos de diagnóstico: infecciosas (8,76 bajas por cada 100 trabajadores y una duración media de 8,33 días), trastornos musculoesqueléticos (8,48 procesos y 54,69 días), traumáticos (3,26 procesos y 48,80 días) y psiquiatría (1,68 procesos y 95,65 días). A lo largo del pasado año se generaron 4.625.484 procesos de IT por contingencias comunes, un 8,30% más que en 2016, cuando la población media protegida ha crecido solo un 3,69%.

En este informe también se destaca las bajas por IT no justificadas. A este respecto se citan como elementos claves los problemas o dificultades en el ámbito del trabajador, cuestiones como la conciliación de la vida laboral y personal e incluso problemas leves de salud que no justifican una baja médica.

De izda a derecha Vanesa Rodríguez, asesora jurídica de AMAT, patronal de mutuas de trabajo, José Luis Checa, Subdirector General de Gestión de FREMAP, Javier Blasco, director jurídico de Adecco y de Eva Blázquez , Profesora Titular del Derecho del Trabajo y Seguridad Social de la Universidad Carlos III de Madrid, quienes también comentaron otros aspectos de este detallado informe.

Absentismo y política de igualdad

Fue Eva Blázquez, como experta en derecho del trabajo y una de las colaboradores de este informe quien en su exposición abordó el tema de la relación entre el absentismo y las políticas de igualdad. Destacó que como ya se puso en evidencia en años anteriores, la tasa de absentismo se elevó a medida que se incrementaba la presencia de la mujer en el mercado laboral, en cierto modo, incluso con independencia de los efectos de la economía, lo cual nos puede llevar a creer que la evolución de dicha tasa se puede deber, en parte, a este hecho.

Algunos datos que comentó señalaron que de los procesos causados por riesgos comunes, 464.552 los cursan trabajadoras frente a 379.369 trabajadores.

Es decir, un 55% de las bajas frente a un 45% y la tendencia analizada en toda la serie es la misma.

Por otro lado, además, en 2017 la incidencia en el grupo de mujeres fue de 37,04 procesos por cada 100 trabajadoras, de los que el 91,28% son por riesgo común, mientras que en los hombres la incidencia fue de 29,53 por cada 100, en la que el 81% se corresponde a dichos riesgos.

La conclusión contraria se extrae del examen de las bajas por riesgos profesionales (88.934 trabajadores frente a 44.382 trabajadoras en 2017). La razón de esta cifra seguramente tiene su base en la mayor incidencia de los accidentes de trabajo en los sectores con mayor presencia de hombres, como la construcción, el transporte o la agricultura, entre otros.

Para esta experta hay que mencionar las bajas por maternidad, por riesgo durante el embarazo y durante la lactancia. La variable “embarazo” se incluye en el cómputo del absentismo femenino, tanto en su vertiente previa (IT y riesgo durante el embarazo) como posterior (maternidad y riesgo durante la lactancia).

A su juicio, dos son las medidas deseables para evitar este efecto: “En primer lugar, la creación de una situación de baja especial provocada por las molestias del embarazo en la línea de la baja por riesgo durante el embarazo con el fin de eliminar su cómputo como parte de la IT.

La segunda medida es la creación de permisos de parentalidad, donde se igualen los permisos para progenitores a 10 semanas de acuerdo con las propuestas europeas con el fin de garantizar el cuidado del menor y otras 6 solo para la madre en caso de parto a los efectos de proteger su salud”.

Tasa de absentismo femenino crece

Para esta experta la conciliación de la vida familiar y laboral y la doble consecuencia de la doble jornada es otra causa que influye en el incremento de la tasa de absentismo femenino. Pocos son los medios que pone a su alcance la legislación para que concilien los trabajadores. Hasta ahora tanto esta como la negociación colectiva no ha servido para avanzar en los conceptos de igualdad y no discriminación por razón de género en el mercado laboral.

En muchas ocasiones, las acciones en el ámbito de la colaboración con las responsabilidades familiares terminan tornándose en una especie de discriminación indirecta para las trabajadoras.

Para Blázquez, si una de las diferencias fundamentales entre trabajadoras y trabajadores en la asunción de las cargas familiares, el reparto equitativo de ellas llevará, sin duda, a la igualdad en la actividad laboral y, por ende, a la reducción de parte de la tasa femenina de absentismo que ahora provoca las ausencias por estas cuestiones y la asunción de una doble jornada.

El reparto equitativo de las cargas familiares, en la familia, es un elemento que puede reducir la elevada tasa de absentismo femenino que ahora existe

Otras medidas para lograr reducir las desigualdades entre hombres y mujeres pasarían a juicio de esta experta en derecho laboral a impulsar medidas como: el reconocimiento de un verdadero derecho al ejercicio de la corresponsabilidad, que se desarrollase vía negociación colectiva según las particularidades de cada sector.

Junto a ello el desarrollo de instrumentos de corresponsabilidad tales como permisos por asuntos propios o las bolsas de horas, instrumentos muy adecuados, también la acumulación del permiso de lactancia; las campañas de sensibilización en materia de reparto de tareas entre hombres y mujeres; y la información sobre sus derechos a los trabajadores con el fin de animarles a utilizarlos.

También debería contemplarse la flexibilidad laboral en tiempo y lugar (flexibilidad de entrada y salida para la conciliación de la vida familiar y personal, análisis sobre los efectos perniciosos o no de la desconexión digital, teletrabajo total o parcial, y trabajo por objetivos, no sometido a horarios). Y que se avanzara en las medidas públicas en materia de servicios de cuidados dirigidos tanto a los menores como a los mayores con el objeto de evitar su asunción por los trabajadores.

Desde esta perspectiva se lograría, cree Blázquez,  la profesionalización de los cuidados. Desde un doble punto de vista: desde la propia necesidad de que no se siga viendo la carga de las responsabilidades familiares como un elemento que recae sobre las mujeres y la perjudica en su inserción/promoción en el mercado laboral; pero, también desde el punto de vista de que son las mujeres las que profesionalmente se dedican a estas actividades, no siempre bien remuneradas, ni en las que se aplican las medidas adecuadas de prevención adaptadas a su realidad.

 

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