Los actuarios, una profesión con pleno empleo, que ponen sus datos al servicio de la tecnología
Imagen de una jornada organizada por el Máster en Ciencias Actuariales y Financieras de la Universidad Carlos III de Madrid, a través de la Asociación Actuarios Alumni (UC3M) sobre el alcance de la innovación tecnológica en el nuevo modelo de actividad de estos profesionales.

Los actuarios, una profesión con pleno empleo, que ponen sus datos al servicio de la tecnología

En lo que antes tardaban dos días, ahora, gracias a la tecnología llegan a la conclusión esperada en dos horas

Cada año se licencian entre 100 y 150 actuarios en las universidades españolas. Es una de las profesiones con pleno empleo, que como ocurre en otros sectores, actualmente se está viendo transformada por la tecnología y la innovación.

En una charla con Javier Olaechea, director general del Instituto de Actuarios Españoles, y con Víctor M. Cóbreces, actuario, responsable del departamento de riesgos de la Mutualidad de la Abogacía y presidente honorífico de la Asociación Alumni  del Máster en Ciencias Actuariales y Financieras de la Universidad Carlos III de Madrid, los conceptos sobre cuál es su perfil y a qué se dedican se clarifican y aterrizan.

Los actuarios son expertos en gestión de riesgos, muy vinculados a compañías de seguros y a mutualidades de previsión, y también a la banca. Es decir, son los «hacedores» del alma de las pólizas o de los productos financieros, tomando en cuenta desde una visión holística los factores de riesgo que intervienen. 

En su relación con los abogados, son también los responsables del cálculo del baremo de tráfico.

Además se ocupan del riesgo normativo en departamentos de compliance.

Y cada vez más entidades se están concienciando de que es muy necesario desarrollar la profesión de actuarios que, en el mundo insurtech y fintech, se enfrenta a muchos retos.

«De hecho hacen falta más actuarios para ayudar a que productos y mercado sean más comprensibles en un mundo que es complejo y que, a veces, no se entiende por parte de la población», señala Cóbreces.

Por ejemplo, en el caso de la Mutualidad de la Abogacía, el papel de los actuarios se centraría en «contribuir a que haya una garantía de las aportaciones que hacen los mutualistas de estas entidades a su jubilación, con seguridad, certeza y solvencia», explica Olaechea.

Y para ello se sirven de cálculos estadísticos, con lo que no es extraño que la innovación y las nuevas tecnologías estén provocando un cambio de paradigma entre estos profesionales colegiados.

Cambio de paradigma

Los actuarios están trabajando en este momento en términos de machine learning o aprendizaje automático para, por ejemplo, predecir el fraude, para la tarificación en seguros o para el marketing. También trabajan en inteligencia artificial.

«La tecnología es una obligación en estos momentos que va a sumar», señala el director general del Instituto de Actuarios Españoles. «Te hace ser más eficiente y tienes una capacidad mejor para tratar los datos, algo que en el sector del seguro, concretamente, era muy costoso, arduo y difícil», subraya Javier Olaechea.

Esto es comprensible si tenemos en cuenta que las entidades tienen datos del asegurado que van desde su edad, su siniestralidad, enfermedades, incapacidades, cómo conducen un vehículo… «Ahora, con tan solo un teléfono móvil, la capacidad de acceso a la información es amplísima, siempre que el cliente lo permita, claro está», precisa.

«Toda esta información ayuda a las compañías a poder gestionar de tal forma que se pueda llegar a diferenciar, por ejemplo, qué percepción de las entidades aseguradoras van a tener los usuarios en función de sus hábitos».

Por tanto, la tecnología «es una necesidad, genera más eficiencia y eso redunda en el propio asegurado puesto que habrá menor coste de estructura. Crea nuevos campos de actuación profesional y va a transformar los puestos de trabajo, no a destruir empleo».

Y explica que hace unos 5 años, la gestión de un volumen de muchos millones de registros y los sistemas de computación que había, podía llevar un par de días. «Ahora, en cuestión de dos horas puedes llegar a la conclusión que tu querías. La precisión es la misma pero la tecnología sí facilita el análisis de los datos, lo que hace que la toma de decisiones sea más eficaz».

Esto permite «ser más flexible en el servicio que prestas dentro de la entidad aseguradora, adaptar tu política de tarificación de manera mucho más rápida y desarrollar aplicaciones para el marketing que son capaces de predecir cuándo se va a ir un cliente, por ejemplo, en función de los comentarios que hacen de la entidad en redes sociales», cuenta el director general del Instituto de Actuarios..

Otras apps que se están utilizando entre los actuarios se centran en cruzar datos sobre población asegurada. Es decir, «sobre un mapa ves dónde tienes tus clientes y puedes así paquetizar ofertas, entre otras opciones». Estos desarrollos tecnológicos «generan mucha más competencia entre las entidades y mucha más información, lo que va a redundar en beneficio de los asegurados».

Binomio rentabilidad-innovación

Víctor M Cóbreces recalca que «nuestro papel como actuarios dentro de las entidades es tanto técnico como de negocio porque tenemos una visión global, teniendo en cuenta nuestros estudios polivalentes. Aportamos en diferentes áreas: desde marketing hasta prestaciones, producción…».

Con la tecnología, «nuestra profesión se transforma porque la computación se ha vuelto muy rápida. También se hacen más eficientes todos los procesos como la suscripción y el pago de prestaciones, entre otros, con lo que podemos dar una experiencia más satisfactoria al mutualista.

Como responsable de riesgos de la entidad, Cóbreces afirma que la Mutualidad de la Abogacía tiene un punto de vista más de observador, es decir, de cómo se va desarrollando el mercado y las nuevas tecnologías. «Nos aproximamos al ecosistema insurtech a través de grupos de innovación que observan qué se está haciendo porque, desde luego, lo peor, es no hacer nada».

Teniendo en cuenta que esta mutualidad trabaja con productos sencillos y muy centrados en el ahorro para la jubilación, la innovación vendrá también de la parte de las fintech.

«Tenemos que ir dando pasos para adaptarnos y, en este momento, estamos en una innovación más evolutiva que disruptiva para mejorar nuestros servicios y dar una experiencia satisfactoria al mutualista. El objetivo último es garantizar la solvencia de la compañía», matiza Cóbreces.

En ese binomio de rentabilidad-innovación, este actuario tiene muy claro que hay que barajar también el riesgo normativo como el contenido del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). «Es necesario que el mutualista cuando contrata un producto preste consentimiento expreso para el tratamiento de sus datos».

La pensión esperada

Gracias a los modelos de computación, a la tecnología que se está desarrollando, un caso concreto de uso en la Mutualidad de la Abogacía ha sido el simulador ‘Calcula tu jubilación’. Permite trasladar a los 196.000 mutualistas la pensión esperada en el momento de su jubilación. «El famoso sobre naranja que todavía no ha enviado la Seguridad Social», recuerda Víctor Cóbreces.

«Con las herramientas nuevas que hemos adquirido, tratamos los datos de manera más ágil y rápida. Podemos procesar mucha más información y, por tanto, ofrecer servicio».

En su opinión, «la tecnología resuelve problemas de servicio y deficiencias en ciertos procesos o en la cadena de valor. No creo que haya una tecnología que resuelva todo sino una evolución de tu negocio hacia una garantía y una calidad diferente a la que tenías».

No obstante en el sector del ahorro, es fundamental la confianza en el asesor. Por eso, Cóbreces si bien cree que el chatbot (un programa que simula tener una conversación con una persona) puede resolver ciertos problemas del día a día, «a la hora de la verdad, es necesario tener una persona que recomiende al mutualista qué producto o qué tipo de renta en la jubilación es mejor para su caso».

En este sentido considera que las insurtech van a resolver la cadena de valor en determinados tramos. Por eso en la Mutualidad «estamos intentando detectar los procesos que las insurtech están mejorando. Pero hay que tener muy claro dónde queremos llegar porque la relación en las mutualidades de previsión se basa en la confianza, las garantías de la entidad y unos buenos modelos actuariales detrás» concluye.

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