Javier Pérez (NACE): ‘Combatir el acoso escolar es una asignatura pendiente en España’
Javier Pérez, presidente de esta asociación que está presentando a los distintos partidos sus iniciativas contra esta lacra, entre las que se encuentran prevenir, formar a los profesores y que se implemente un protocolo de acosos externo, para que el colegio no tenga que ser juez y parte en los sucesos.

Javier Pérez (NACE): ‘Combatir el acoso escolar es una asignatura pendiente en España’

La Asociación No al Acoso Escolar lanza un decálogo de medidas contra este problema que, según Unicef, sufren al menos dos estudiantes en cada clase
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27/5/2019 06:15
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Actualizado: 16/1/2024 18:10
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Unicef ha advertido de que en España al menos dos menores de cada clase sufren acoso escolar o violencia. Un problema que registró 954 denuncias por hechos graves en 2018, según los datos del Ministerio del Interior.

En total, en los últimos siete años -entre 2012 y 2019- se han presentado 6.454 denuncias por esta causa, siendo el pico más alto el de el año pasado, cuando por primera vez se superó la barrera de las 1.000 (1.054).

Los datos de Interior también señalan que entre las tipologías penales que más se desarrollan se encuentran las lesiones, que suponen algo más de la mitad de todos los hechos (55,3%), seguidas a cierta distancia por las amenazas (18,7%) y el trato degradante (6,2%).

Respecto a los sexos, existe un equilibrio entre ambos, ya que las climatizaciones de sexo femenino figuran con el 49,1% de los casos, y los menores de sexo masculino, que presentan el 50,9%.

Cabe destacar que también el 94% de las víctimas presenta algún problema psicológico debido al acoso, especialmente depresión y ansiedad; y que el número de autolesiones en este colectivo alcanza el 2,4%, las ideas suicidas el 4,6% y los intentos de suicidio el 1,2 %.

Además, quienes sufren acoso escolar seguirán estando en riesgo social y de salud mental 40 años después de haberlo padecido, según ha asegurado el director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, Celso Arango, durante el XVIII Seminario Lundbeck ‘Bullying y Mobbing. La huella del acoso en la salud mental’, celebrado recientemente en Ibiza.

Frente a esta lacra, la Asociación No al Acoso Escolar (NACE) reclama fomentar en los colegios estrategias de prevención.

“Combatir el acoso escolar es una asignatura pendiente en España”, señala a Confilegal su presidente, Javier Pérez Aznar (Barcelona, 1958).

Destaca que los casos de acoso escolar se pueden reducir entrenando a los profesores en estrategias para detectarlos y afrontarlos, formando a los padres, y fomentando el aprendizaje cooperativo.

Esta asociación ha elaborado un decálogo de medidas contra este problema, que ya está presentando a los grupos políticos, que son “los que tienen la capacidad y el deber de cambiar las cosas”.

¿Qué medidas son necesarias para luchar contra este problema?

Lo primero que pedimos es que se llame por su nombre a este problema que, en ocasiones, se enmascara como “cosas de niños” o como “problemas de convivencia”, y también solicitamos que haya presunción de veracidad inmediata ante una persona que denuncia acoso escolar.

Reclamamos la implantación en los colegios de forma obligatoria de un Plan de Prevención del Acoso, así como incorporar en los currículos la educación emocional desde infantil.

También debe concienciarse a los progenitores sobre acoso escolar, porque cuando se quiere actuar y se habla con ellos, la mayoría lo primero que dicen es que su hijo no ha sido.

Y pedimos que se implemente un protocolo de acosos externo, para que el colegio no tenga que ser juez y parte en los sucesos.

Protocolos en los que podamos intervenir las asociaciones o las entidades externas, porque si yo tengo un caso de acoso y reclamo al colegio, es ese mismo centro el que investiga, el que determina y el que decide.

Si yo estoy quejándome del colegio, ¿cuántas probabilidades tengo de que se me atienda? Ninguna. Pedimos poder intervenir en los protocolos para que sea transparente y para poder proteger a la víctima.

El centro muchas veces se ve con las manos atadas porque el maltrato se produce en la clandestinidad y es difícil de demostrar o a veces no ataja el problema.

Ponga un ejemplo de un centro que no haya actuado, ustedes hayan llevado el caso ante los tribunales y haya logrado Justicia…

Uno de los últimos más representativos es una sanción que se ha impuesto a un colegio de la Generalitat, el Colegio La Caixa de Barcelona, por no prestar atención a un niño acosado desde los tres años hasta los seis.

En estas edades la gente piensa que no existe acoso y sí que existe. El centro ha sido multado con 3.000 euros.

¿Qué llamamiento hace a los políticos?

Que se pongan de acuerdo y tomen medidas efectivas contra el bullying. No nos vale con que digan que ya han puesto medidas, como el teléfono contra el acoso, que es una herramienta que funciona cuando el daño ya está hecho. Nosotros pedimos prevención.

 

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¿Cuáles son los colectivos más susceptibles de acoso?

Cualquier colectivo que tenga una diferencia. El acoso se ceba con las personas que tengan una diferencia.Por ejemplo, personas con síndrome de Asperger, Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), altas capacidades intelectuales, tartamudez…

Al acoso nosotros le llamamos la tiranía de los mediocres. Si eres más listo, más guapo, más lo que sea, te envidian y te atacan, y si eres menos listo, menos guapo, te desprecian.

Entre el desprecio y la envidia está donde se mueve todo. En el fondo, el acosador necesita subir su autoestima y lo hace machacando a las personas.

¿Trabajan con estos colectivos?

Tenemos convenios con colectivos vulnerables. Por ejemplo, con altas capacidades. Uno de cada dos niños superdotados sufre acoso.

También tenemos convenios con implantados cocleares, con autolesionados, con autismo… Trabajamos básicamente con los colectivos vulnerables.

¿Cómo lucha su asociación contra el acoso escolar?

Asesoramos psicológica y jurídicamente a las víctimas de acoso; y desarrollamos proyectos formativos adaptados a docentes, familias, niños y jóvenes.

Ya llevamos casi 10 años luchando contra esta lacra.

¿Cuándo se gestó la asociación?

Nació en un pueblo de Barcelona (Viladecans) en 2010. La puso en marcha la madre de una chica que sufrió acoso.

En la actualidad somos una entidad de ámbito nacional. Estamos en Barcelona, Madrid, Galicia, Andalucía, Extremadura, Bilbao, Valencia, Mallorca…

¿Quiénes la integran?

La componemos psicólogos, profesores, abogados y especialistas en las diferentes áreas que tienen que ver con el acoso escolar y la atención a las personas que se ven involucradas en una situación de bullying.

Somos unos 100 voluntarios de diferentes provincias. Yo soy psicólogo, y la secretaria general, Carmen Cabestany, es profesora de Secundaria.

Los integrantes de NACE estamos seriamente comprometidos con las víctimas de acoso escolar y sus familias.

¿Qué iniciativas están llevando a cabo?

Nuestros pilares de actuación básicamente son tres.

El acoso tiene solución: ayudamos a los chicos y a sus familias; el acoso se puede evitar: trabajamos con el programa de tutorías entre iguales; y el acoso es cosa de todos: intentamos implicar a toda la sociedad.

Nos centramos en la prevención del acoso escolar en cualquiera de las formas en que se manifiesta.

Para ello, incidimos en todos los factores que intervienen en una situación de acoso escolar, damos apoyo a las víctimas de acoso y sus familias, de forma gratuita y desinteresada, y luchamos por dar visibilidad al problema del acoso en las aulas, que está cubierto por lo que parece ser un pacto de silencio que lo agrava.

Llevamos a cabo actividades y programas de distinta índole.

¿En qué consiste la tutoría entre iguales?

En la iniciativa Tutoría entre Iguales (TEI) se estimula a los alumnos más mayores, de tercero de ESO, a tomar la responsabilidad de ser tutores de un alumno recién llegado al instituto, de primero de ESO.

Si un alumno sufre acoso, se lo comunica a su tutor, que es un chaval de dos cursos más, y éste interviene, así como el tutor del agresor. Así neutralizamos las intervenciones violentas.

Además, esta iniciativa tiene muchas consecuencias positivas en el desarrollo de la capacidad de convivencia y la maduración de las personalidades juveniles.

250.000 alumnos se han iniciado en este curso en Tutoría entre Iguales. Ya está implantada en 1.200 centros de infantil, primaria y secundaria, y 40.000 profesores y 1.300.000 alumnos han sido formados en esta metodología.

Hay ciudades TEI en las que los colegios, los pediatras, los policías tutores y los monitores de comedor están formados en Tutoría entre Iguales, donde todo el municipio está centrado en la protección de los niños.

Por ejemplo, Gijón es una ciudad TEI, Ibi (Alicante), Avilés (Asturias), Tarragona, Calviá (Mallorca), Santander, La Rioja, y próximamente también Cádiz.

¿Qué otras iniciativas tienen en marcha?

El proyecto Apoyo Mutuo y Organización en Red (AMOR), que es un lugar de encuentro en la red entre personas que han sufrido acoso y quieren ayudar, y quienes lo están sufriendo y necesitan alguien que les escuche y les apoye.

Las personas que han vivido situaciones de maltrato y abuso saben mejor que nadie qué se siente, qué se piensa, cuáles son los intentos que se hacen para solucionarlo y qué se puede llegar a hacer en estas situaciones. Saben que están sometidas a una baja autoestima y muchas veces con sentimientos de culpabilidad.

Por eso, ellas son las más capaces de brindar un apoyo emocional excepcional a quienes lo están sufriendo.

Es una ayuda mutua…

Exacto. Quienes vivieron el acoso en su propia piel tienen la oportunidad de liberarse de esa pesada carga ayudando a quienes están en tal situación de maltrato.

Ésta propuesta está pensada y enfocada para contribuir a que la experiencia de la superación de una situación de maltrato sea más llevadera para todos los implicados.

Los grupos están bajo la tutela de un coordinador especializado de la asociación para conseguir que se dé la máxima eficacia y apoyo.

A los participantes-ayudantes de los grupos se les forma para intervenir adecuadamente.

En los grupos de ayuda mutua aceptamos la participación de jóvenes, niños y familias que lo hayan sufrido y quieran ayudar; quienes que lo estén viviendo y necesiten acompañamiento; asociaciones, fundaciones o personas de colectivos susceptibles de acoso; o personas y familias que, aún no estando en ninguna de las circunstancias anteriores, quieran participar en este proceso de ayuda.

En nuestra web también pueden encontrar vídeos de personas que han sufrido acoso escolar y dan su testimonio.

¿Alguna otra iniciativa?

También hemospuesto visibilizado el acoso acoso escolar a través del programa ‘La voz del silencio’, en Radio Sapiens.

Y vamos a los centros a contar historias de superación.

¿Por ejemplo?

La del exjugador de baloncesto Iñaki Zubizarreta, de la localidad vizcaína de Getxo,  que es coordinador de la asociación en el País Vasco.

Zubizarreta, de 2,07 de altura, sufrió acoso escolar en su infancia.

Con 12 años medía más de 1,80, y su estatura le llevó a sufrir insultos, vejaciones y hasta palizas en su colegio. Le partieron la cabeza a patadas y estuvo dos días en la UCI.

En su centro le hicieron pruebas en las que, según el director del colegio, se determinó que su capacidad intelectual no concordaba con su estatura y que, por tanto, el niño sufría una discapacidad intelectual. Eso provocó aún más problemas para Zubizarreta.

El maltrato continuo que sufrió en el Instituto le llevó a intentar suicidarse en un acantilado.

Él dice que los niños de ahora tienen «muchos derechos y pocas obligaciones» y se benefician de ello, lo que se une, en su opinión, a una ausencia de «la cultura del esfuerzo».

Sergio Medialdea, el ‘primo de Zumosol’, también colabora con nosotros y visita centros educativos para compartir su testimonio.

Se convirtió en uno de los rostros más conocido de los noventa gracias a los anuncios de televisión en los que daba la cara por los niños que padecían acoso escolar. En los anuncios hacía de protector de los chicos, pero en su vida real fue un niño tremendamente acosado.

Sufrió bullying hasta los 17 años. Fue objeto de insultos, de mofas, burlas y agresiones. Por todo ello, pensó en quitarse la vida. Pero, afortunadamente, con el tiempo superó este bache. El acoso tiene solución.

Además, en Córdoba hemos desarrollado un proyecto denominado ‘Córdoba Suma’ con el que estamos formando a todas las asociaciones de colectivos vulnerables, y esos chicos pasan a de ser víctimas a héroes, se protegen y protegen a los demás.

¿Cuánto tiempo lleva presidiendo NACE?

Ocho años.

¿Y qué le movió a dar este paso?

Yo soy psicólogo, llevaba una asociación de innovación educativa, veía consultas por las redes sobre acoso y empecé a responder demandas.

Empecé asesorando a NACE, y aquí estoy.

¿Cuál es el caso más sangrante que ha conocido?

El de un chico de Andalucía que presionado por el bullying se intentó suicidar, tomó muchísimas pastillas, le salvaron la vida, pero le dieron infartos cerebrales y está postrado en la cama para el resto de su vida.

Ahora tiene 17 años, y le pasó con 15.

Su madre nos envió una carta contándonos que su hijo perdió la voz, la vista, la movilidad y su juventud tras este intento de suicidio.

Según nos ha trasladado, el acoso comenzó en el Instituto, donde era insultado y vejado continuamente, lo que originó que no quisiera asistir a clase, mientras que los padres recibían continuas llamadas del centro advirtiéndoles de que el estudiante se metía en continuas peleas.

El acoso se prolongó desde los 12 a los 15 años del joven – período en el que siguió tratamiento psiquiátrico- y pasó del centro escolar a la puerta del domicilio familiar, lo que obligó a la familia en 2017 a mudarse de pueblo, donde encontraron un nuevo instituto para el menor, al que tampoco quería ir por miedo a que le pasara lo mismo.

Un día antes de empezar el nuevo curso, en el nuevo instituto, se intentó suicidar y pasó 18 días en estado crítico en la UCI y 4 meses hospitalizado. A este joven se le robó su juventud y se le dejó sin futuro.

¿Qué tipos de acoso existen?

Físico: empujones, patadas, golpes, agresiones con objetos, agresiones a las pertenencias…; verbal, que es la forma de acoso más habitual, a través de insultos y motes, menosprecios públicos, despreciar diferencias físicas y otras capacidades; el acoso psicológico, que se compone de una forma de trato que genera inseguridad en sí mismo, mina la autoestima y fomenta la sensación de temor; el acoso social, que genera exclusión y aislamiento social, y pretende aislar al joven del resto de compañeros. Este es el que deja secuelas más profundas.

Y también está el ‘cyberbullying’: burlas, insultos y otras formas de degradación pública través de Internet, redes sociales, correo electrónico, vídeos, etc.

El tipo de violencia dominante es el emocional, y se da mayoritariamente en el el patio de los centros escolares y en las zonas donde no hay adultos, como los vestuarios, los aseos, los pasillos…

¿Cuáles son las consecuencias del acoso?

Para la víctima, deterioro de la autoestima, ansiedad, depresión, fobia escolar con repercusiones negativas en el desarrollo de la personalidad, de la la socialización y de la salud mental en general, en casos extremos puede haber y ha habido, intentos de suicidio.

Para el agresor las conductas de acoso pueden hacerse crónicas y se convierten en una manera ilegítima de alcanzar objetivos. Pueden incluso convertirse en conductas delictivas, pueden llegar a ser maltratadores.

El acoso también tiene consecuencias para los testigos, como son la insensibilidad y la falta de empatía.

¿Qué llamamiento hace a la víctima?

Que denuncie su situación y a la persona que le acosa ante sus familiares y ante su centro escolar.

Que se calle y busque apoyos.

La dirección del Centro tiene la obligación de atender e investigar sus quejas, e iniciar los protocolos oportunos para que cese el acoso que recibe. Sus padres y familiares quieren lo mejor para él y agradecerán que les informe de lo que le está pasando.

Lo más importante es la actuación inmediata, no dejando crecer el problema. Una actuación rápida y firme corta el acoso de raíz.

¿Y qué consejo da a los padres de las víctimas?

Que muestren confianza a sus hijos y no quiten importancia al asunto. Deben dejarle que hable y explique todo: cuando, quién o quiénes, por qué, qué es lo que le hacen o dicen… Y deben ponerlo en conocimiento del centro escolar. Y si la respuesta del centro es insuficiente, tendrán que contactar con las instituciones necesarias.

Nunca deben intentar hablar con los agresores directamente ni con sus padres.

Y si no tienen claro cómo actuar, porque nadie se espera que a su hijo le pase esto, que busquen ayuda en asociaciones como la nuestra en la que le orientaremos en todas las fases del proceso y le acompañaremos hasta el final del mismo.

¿Y si es su hijo el agresor?

Cuando se quiere actuar y se habla con los padres, la mayoría lo primero que dicen es que su hijo no ha sido. De ahí que también haya que concienciar a los progenitores sobre acoso escolar.

Deben mostrar confianza a su hijo e intentar averiguar por qué actúa de esta manera.

Tienen que hacerle entender que el respeto hacia los demás es la clave de la convivencia, y que el acoso es inaceptable. Deben intentar que no vuelva a ocurrir haciendo que piense cómo se sentiría si se lo hicieran a él.

Tienen que ponerlo en conocimiento del centro educativo para trabajar conjuntamente y ayudarle.

Habría que trabajar con el agresor la conciencia del daño que hace, el arrepentimiento, y la restauración hacia la víctima para generar el cambio que todos queremos.

Y si su hijo es testigo del acoso debe hacerle entender que hay que ponerse en lugar de la víctima, rompiendo la ley del silencio y alertando a los profesores de lo que ha visto, porque esto no les convertirá en ‘chivatos’, sino todo lo contrario.

Que no tienen que tener miedo a ninguna represalia por parte del agresor, porque en el momento en que éste no se sienta apoyado por el resto, dejará de actuar.

Hay que hacerles entender que la unión hace la fuerza, y que siempre deben estar del lado de la víctima, apoyándola.

Sin público no hay acoso. Si nadie se ríe y nadie se calla, el acoso desaparece.

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