El rey Fernando el Católico suprimió el derecho de los señores de acostarse con las mujeres de sus súbditos la noche de bodas
Michelle Jenner y Rodolfo Sancho en los papeles de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, los Reyes Católicos.

El rey Fernando el Católico suprimió el derecho de los señores de acostarse con las mujeres de sus súbditos la noche de bodas

Los señores feudales, en la Edad Media, solían hacer uso de la costumbre de acostarse con las mujeres de sus súbditos la noche de bodas de estos. Con ello conseguían demostrar quiénes eran los que mandaban de la forma más cruel y violenta. Es lo que se denominaba derecho de pernada o derecho a la primera noche.

Su origen se remonta, probablemente, a la tradición prerromana, pagana o germánica.

Algunos historiadores aseguran que el derecho de pernada, tan popular en la Edad Media, era un ritual simbólico de sumisión que se saldaba con el pago de una tasa en especie o en metálico y una ceremonia, donde el señor feudal colocaba la pierna encima del lecho conyugal, o bien él pasaba por encima del cuerpo de la novia en el tálamo el día de la boda.

De esa forma, hacía valer su poder sobre el marido en el momento de constitución de la relación familiar. 

Pero, otros van mucho más allá y sostienen que los señores feudales aplicaban el derecho de pernada, tal y como lo entendemos hoy. Es decir, ejerciendo su potestad de señor para mantener relaciones sexuales con toda doncella que se casara con un siervo suyo.

Al tratarse de un derecho consuetudinario –basado en la costumbre-, no encontramos demasiadas huellas escritas del derecho de pernada, aunque el Fuero Real de Castilla, escrito por Alfonso X, impone una multa de 500 sueldos y privación de cargo al hombre que osara deshonrar a la novia de otro el día de su boda.

Fuenteovejuna

También encontramos ejemplos de derecho de pernada en la literatura.

El más claro, quizá, se halla en la famosa comedia de Lope de Vega, Fuenteovejuna, que se basa en la revuelta social ocurrida en 1476, en esta localidad cordobesa. 

Allí, el pueblo se sublevó contra la tiranía de su señor feudal, el comendador de la Orden de Calatrava, cuando éste intentó abusar de la hija del Alcalde.

Quien no recuerda aquel estupendo pasaje de la obra de Lope cuando los habitantes de esta villa respondían a las preguntas del juez:

– ¿Quién mató al comendador?

– Fuenteovejuna, Señor -respondió el pueblo.

– ¿Quién es Fuenteovejuna? –volvió a preguntar el magistrado.

– ¡Todos a una! –respondió el pueblo al unísono.

Sentencia de Guadalupe

Revueltas como la recogida en esta obra, y otras muchas, provocaron que el rey Fernando el Católico dictase, en 1486, la sentencia de Guadalupe. 

Esta famosa sentencia acababa con este tipo de agresiones y establecía que los señores feudales no pudieran dormir la primera noche con la esposa del campesino, ni pasar por encima de ella, cuando esta estuviera echada en la cama como señal de poder. 

Ahora sería impensable que alguien pudiera cometer un delito como este y quedar impune.

Sin embargo, y por desgracia, este tipo de prácticas de dominación eran frecuentes en la Edad Media, aunque no eran un derecho formalmente recogido por las leyes.

Se basaban en la ley del más fuerte, del que ostentaba el poder.

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