La Mutualidad de la Abogacía pone en marcha un Comité de Ética de la Inteligencia Artificial

Este órgano, que estará formado por un equipo multidisciplinar de actuarios, científicos de datos, abogados, expertos en ética y tecnología, entre otros, tiene objetivo «velar para que se cumplan los principios y valores de la institución así como vigilar los usos e impactos de la inteligencia artificial» en la Mutualidad.

El Comité fue presentado ayer por el presidente de la Mutualidad de la Abogacía, Enrique Sanz Fernández-Lomana, antes de que comenzara la mesa redonda sobre los ‘Retos Éticos de la Inteligencia Artificial’.

«La Inteligencia Artificial es un medio cada vez más habitual, sofisticado y preciso de interactuar con nuestros mutualistas y para tomar decisiones de negocio. Nuestra obligación, por lo tanto, les dictar a estas decisiones de nuestros valores y principios éticos», explicó Sanz Fernández-Lomana.

«Se trata de una ética programada que debe ser supervisable y que debe responder a las líneas marcadas por las principales instituciones internacionales», añadió. 

 Enrique Sanz Fernández-Lomana, presidente de la Mutualidad de la Abogacía. Foto: MA. 

En la mesa redonda participaron Juergen Foecking, subdirector de la Oficina del Parlamento Europeo en España; Isabel Fernández, directora general de Advanced Analytics de Accenture; Fernando Polo, consejero delegado de Good Rebels; José Miguel Rodríguez-Pardo, presidente de la Escuela de Pensamiento Fundación Mutualidad Abogacía; y Fernando Ariza, subdirector general de Mutualidad de la Abogacía.

Y después, intervino Nuria Oliver, actualmente «Chief Data Scientist» en DATA-POP Alliance.

Todos ellos conforman el Comité de Ética de la Inteligencia Artificial de la Mutualidad de la Abogacía.

Juergen Foecking, en un excelente español, enumeró los siete requisitos claves para la inteligencia artificial. Foto: Carlos Berbell/Confilegal. 

Foecking, en su intervención recordó los siete requisitos clave para la Inteligencia Artificial identificados por el Grupo europeo de Ética y del Grupo de Expertos en Inteligencia Artificial de la Comisión Europea: Intervención y supervisión humana; robustez y seguridad; privacidad y control de los datos; transparencia; diversidad, no discriminación y equidad, bienestar social y ambiental y responsabilidad.

Isabel Fernández, por su parte, señaló que cada vez hay más datos y «los principios éticos son carísimos de aplicar en las compañías. Por ello, hay que encontrar fórmulas tecnológicas para su aplicación por parte de las empresas».

La experta en IA explicó, durante su intervención, la cantidad de datos que tienen los bancos sobre cada persona. «Me gustaría que me dejaran entrar en el banco para que me explicaran que datos tienen sobre mí y para que me dieran la oportunidad de decirles los que quiero que tengan y los que no quiero que tengan. Porque es mi decisión dejarlos apagados o encendidos».

En estos dos últimos años se ha recogido tantos datos como desde el principio de la Humanidad, según Isabel Fernández. Foto: Carlos Berbell/Confilegal. 

Todos los datos que tienen los bancos sobre nosotros. Foto: Carlos Berbell/Confilegal. 

Fernando Polo abogó por el uso de la IA en defensa de los ciudadanos. «Las grandes empresas van a tener que ceder la propiedad de los datos porque si no se la van a quitar los reguladores», centró la cuestión.

Y José Miguel Rodríguez-Pardo explicó hasta que punto la IA es importante para el mundo de los seguros.

Rodríguez Pardo llamó la atención sobre determinados algoritmos matemáticos que son auténticas «cajas negras», precisos pero inexplicables. «No podemos programar la ética. La ética no es programable», sentenció.

Rodríguez Pardo llamó la atención sobre el concepto de las «cajas negras» referidos a algoritmos. Foto: Carlos Berbell/Confilegal. 

Nuria Oliver fue la última en intervenir y rompió una lanza en favor de la IA al afirmar que las decisiones algorítmicas basadas en datos nos ayudan. Pero avanzó que la ética es fundamental a la hora de desarrollarlos. Tienen que ser de justicia, tienen que tener autonomía pero también deben tener que rendir cuentas, tienen que ser confiables y fiables y transparentes.

La experta recordó que no todo desarrollo tecnológico significa progreso y que en la actualidad el 1 por ciento de la población posee el 50 por ciento de la riqueza del planeta, un hecho al que ha contribuido la revolución tecnológica en marcha. De ahí que sea tan importante controlar su crecimiento.

Nuria Oliver durante su intervención. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.