Jornadas interminables y poca vida personal: Un 63% de la abogacía española muestra síntomas de agotamiento laboral
Así lo refleja un estudio realizado por la asociación Humanizando la Justicia a partir de los resultados de una encuesta llevada a cabo a través de los Colegios de Abogados e instituciones. Foto: CGAE.

Jornadas interminables y poca vida personal: Un 63% de la abogacía española muestra síntomas de agotamiento laboral

|
09/10/2020 01:15
|
Actualizado: 09/10/2020 12:20
|

Trabajar de sol a sol o ‘se sabe cuando se entra, pero no cuando se sale’, son dos de las frases que en una profesión como la abogacía, muy pegada al cliente, han marcado el devenir de muchos profesionales dedicados a esta actividad en los últimos años.

Los datos que revela el estudio presentado este lunes por la asociación Humanizando la Justicia en el Consejo General de la Abogacía Española (CGAE) sobre los profesionales de la abogacía y su nivel de desgaste deja claro la situación de este colectivo tan amplio como heterogéneo.

Según este informe, un 15% de la abogacía española está quemada por su trabajo y otro 63% sufre agotamiento laboral. Un tercer dato revela que solo un 52,6% muestra un nivel de compromiso laboral elevado.

Esta dimensión de agotamiento está relacionada directamente con ser mujer, mayor número de horas trabajadas, tener un horario regulado frente a un horario flexible, ser abogado de despacho frente a una empresa, ejercer la práctica penal, comunitaria y procesal, trabajar en un despacho grande y ser ejerciente.

El problema de la abogacía es de dimensiones globales. A primeros de este año la secretaria General de la IBA y socia de Gomez-Acebo & Pombo, Almudena Arpón, presentó las conclusiones de un estudio donde quedaba claro también el crecimiento del acoso sexual y moral en los despachos.

Quizá el dato que más preocupa de dicho informe es que un 57% de las víctimas de ‘buylling’ (como se denomina en inglés al acoso) y otro 75% de acoso sexual prefieren no denunciar por determinadas circunstancias.

A lo largo de estos dos últimos años, las firmas legales, sin dejar de bajar su nivel de exigencia a sus profesionales, parece que han advertido la necesidad de definir programas de bienestar que hagan más productivos a sus expertos.

Demasiado presentismo en la abogacía

Sonia Zunzunegui, directora Gerente de Squire Patton Boggs en España y también responsable de la política de bienestar de la firma, asegura que “teniendo en cuenta el carácter autónomo e independiente de la profesión, la involucración personal, la presión del cliente por obtener resultados no me sorprende el dato del 63% aunque en los 18 años que llevo en la profesión he visto mucha mejora gracias a la innovación y la toma de conciencia por parte del ‘management’ de las firmas”.

Esta experta recuerda que “el estrés laboral puede verse acelerado por otras circunstancias personales que –en principio- que son muy particulares de cada individuo… También el ambiente de trabajo es fundamental a la hora de evitar este tipo de situaciones. Un ambiente ‘friendly’  puede ser un factor determinante en este tipo de situaciones”.

Sonia Zunzunegui, directora Gerente de Squire Patton Boggs en España.

Al mismo tiempo señala que “el nuevo talento que se incorpora a los despachos de abogados cada vez demanda mejor ambiente y posibilidad de conciliar frente a sueldo o posibilidad de realizar carreras meteóricas”.

Zunzunegui reconoce que la profesión de abogado es muy presentista “lo que ha llevado a muchas profesionales a dejar áreas de su vida personal. Con la crisis del Covid-19, nos hemos dado cuenta de que el teletrabajo es posible y que el trabajo en casa lleva a una conciliación forzosa”.

Este despacho internacional lleva desde hace unos años impulsando medidas de bienestar entre sus profesionales. “La creación de un programa de ‘wellbeing’ aporta múltiples beneficios a la empresa, incremento de la productividad y rentabilidad, mejora la tolerancia al estrés en épocas de presión y sobre todo reduce las tasas de absentismo laboral”.

Desde su punto de vista cuestiones como “la innovación , el teletrabajo y sobre todo la voluntad de cambio por parte del ‘management’ de cada una de las firmas es la ecuación que garantiza la flexibilidad en la profesión”.

En su opinión, los abogados siempre han tenido la vocación de estar en aquellos lugares mejor valorados. “Ha sido siempre así antes de la pandemia. Son profesionales que luchan en un entorno muy competitivo. De hecho, siempre en épocas de bonanza el mercado laboral en este sector ha estado muy activo y seguirá estándolo”.

Abogacía, profesión flexible

Para Javier Mourelo, director de personas de la consultora RSM y profesional muy ligado al área de Recursos Humanos de destacados despachos de abogados, con los datos en la mano “la profesión de abogado requiere flexibilidad. Esta es la palabra mágica”.

Ese concepto lo entiende “en ambas direcciones, no podemos exigir disponibilidad horaria, resistencia a la presión…. si al mismo tiempo las firmas no permitimos la flexibilidad horaria o si no facilitamos – de verdad – el trabajo a distancia, con o sin Covid-19”.

Desde su punto de vista “entramos en la era de la Gestión Por Confianza, un estadio más avanzado que la Gestión por Objetivos y, por descontado, de la Gestión por Presencia”.

Para este experto “en general, los abogados aceptan que la abogacía implica largas horas de trabajo y una elevada disponibilidad horaria, lo que no entienden es que los despachos no faciliten y den la necesaria libertad para elegir, en cierto modo, el momento o el cómo de su prestación profesional”.

Javier Mourelo, director de personas de la consultora RSM.

Mourelo ve con buenos ojos esa figura de director de bienestar o de personas que surge ahora en diferentes despachos de abogados. “No es tanto la denominación del cargo sino las competencias reales que se le atribuyen a ese departamento. El director de personas debe formar parte del Comité de Dirección. Se trata de aunar ‘auctoritas’ y ‘potestas’”.

Al mismo tiempo coincide con la opinión de otros expertos de que la llegada del coronavirus parece hacer las organizaciones legales más flexibles a nivel de funcionamiento. “Los despachos que de verdad fomenten la flexibilidad tendrán una enorme ventaja competitiva en el momento post-pandemia”.

Los despachos se adaptan al nuevo entorno

Desde DLA Piper, otro despacho que está impulsando medidas para mejorar el clima laboral de sus profesionales, Pilar Menor, Global Cochair Employment de DLA Piper y miembro del Comité de Salud Mental y Bienestar de la firma a nivel internacional y Adela García de Tuñón, directora de Recursos Humanos del despacho, explican a Confilegal cómo la profesión de abogado está evolucionando en estos años.

“La profesión de abogado es estresante por su vinculación a los clientes. Las encuestas de satisfacción de clientes de los grandes despachos valoran sobre todo la plena disponibilidad de los profesionales y la rapidez de respuesta. También los plazos procesales imponen un ritmo al igual que cualquier operación en la que asesora un despacho a las empresas”, señala Menor.

Pilar Menor, Global Cochair Employment de DLA Piper.

Sin embargo, García de Tuñon observa que se está produciendo un cambio progresivo en las firmas legales en estos últimos tres años. “Empieza a haber más conciencia de que el profesional más estresado o presionado no es el que mejor rinde. Se trata de tener el mejor talento, ficharlo y que esté en el despacho muchos años de su actividad profesional”.

Para Menor “los tiempos en la abogacía cambian. Las propias generaciones de abogados están empujando a cambiar los esquemas de toda la vida. Su equilibrio es más sano y no quieren estar todo el día en el despacho. Al final, no queda otra que los despachos nos adaptemos a este nuevo escenario. Se trabajar de otra manera más flexible y eficiente, realmente”.

Adela García de Tuñón, directora de Recursos Humanos de DLA Piper.

Este despacho internacional a través del Comité de Salud Mental y Bienestar se diseña la estrategia de la firma a nivel global que luego se implementa en cada país, a nivel de detalles locales concretos. “En esta etapa del coronavirus hemos chequeado la situación de bienestar de nuestros abogados a nivel emocional. Saber que elementos influyen en su situación”.

Desde esta firma legal se es consciente de la necesidad de mantener, pese a trabajar en remoto ahora, la sensación de pertenencia a la organización y el compromiso del despacho. “Hemos puesto en marcha una especie de Facebook interno que permite una mejor interrelación entre todos los profesionales de la firma”.

Estrés y abogacía, compañeros de viaje

Psicoterapeuta, coach, docente universitaria, consultora internacional y abogada, Marisa Méndez, conoce a fondo el sector legal. “Lo que conocemos como estrés es el resultado de una interacción entre demandas o situaciones potencialmente estresantes y variables personales relevantes y que aumentan la probabilidad de sentir estrés y afecta tanto a la salud como en el rendimiento”.

Reconoce que la abogacía es un sector muy exigente “en plazos, volumen de trabajo y resultados y hay medidas que tenemos que tomar y que me consta que se están tomando tanto desde el ámbito universitario como en las firmas de abogados”.

A su juicio, la problemática no es tanto un cambio general como “ver los cambios que deben ponerse en marcha firma por firma e incluso departamento por departamento. Se trata de no negar el problema, priorizar las demandas por parte de los responsables y transmitirlas adecuadamente a los equipos para identificar las señales de estrés malo y dotarles de técnicas para afrontarlas”.

Para Méndez, “la aparición de firmas legales más pequeñas y especializadas puede obedecer también a buscar otra forma de trabajar diferente del gran despacho. Se trata de sentir que tienen el control sobre su trabajo y asumen las responsabilidades que quieren asumir (generalmente, altas)”.

Sin embargo, considera que “muchas veces estos emprendedores se comportan como refugiados que huyen de algo que les hace sentir mal, pero no dedican suficiente tiempo a identificar y compartir las dimensiones de su malestar y ello les lleva a tomar decisiones apresuradas que, en ocasiones, replican los modelos que provocaron su huida”.

En opinión de esta experta “esta crisis sanitaria nos da la oportunidad de identificar cual es la esencia de la profesión que debemos mantener y proteger y cuales son aquellos elementos accesorios de los que podemos prescindir como la presencialidad absoluta, las dificultades para delegar y trabajar en equipos cruzados”.

En este escenario, el propio estudio de Humanizando la Justicia revela que habría un 47% de profesionales sin un compromiso laboral sólido con su organización. “Sabemos que hay una alta correlación entre ‘engagement’ y un entorno psicológicamente seguro, que es aquel que los socios y managers pueden potenciar si generan comunicación abierta y coherente”.

Se trata sobre todo para esta experta de “si valoran a aquellos miembros del equipo que buscan y comparten iniciativas para mejorar y que comparte claramente los objetivos a corto y largo de la firma. Y creo que en estos momentos de tanta incertidumbre fuera, contar con seguridad en los entornos de trabajo, será mucho mejor recibido y valorado”.

Noticias Relacionadas:
Lo último en Profesionales