10 claves para un buen divorcio, según la AEAFA
En este marco, la Asociación Española de Abogados de Familia (AEAFA) ofrece este decálogo que recoge todo el conocimiento de sus más de 2.500 profesionales en estos 40 años de experiencia asesorando a exparejas en proceso de ruptura.

10 claves para un buen divorcio, según la AEAFA

Mañana se cumplen 40 años de la aprobación de la Ley del Divorcio en España
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21/6/2021 12:25
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Actualizado: 01/7/2022 09:32
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El divorcio cumple en España cuatro décadas. Mañana se celebra el 40 aniversario de la aprobación de la Ley del Divorcio en el Pleno del Congreso.

La norma impulsada por el entonces ministro de Justicia, Francisco Fernández Ordóñez, y aprobada en el Congreso de los Diputados el 22 de junio de 1981, supuso el nacimiento del Derecho de Familia y la abogacía de Familia moderna.

Con motivo de esta conmemoración, la Asociación Española de Abogados de Familia (AEAFA) ha compendiado las buenas prácticas para «un buen divorcio» en 10 reglas de oro.

LOS 10 CONSEJOS DE LA AEAFA

1. Mantenga al margen del divorcio a los hijos. Nunca utilice a los hijos como arma arrojadiza contra el otro progenitor. El impacto psicológico de la ruptura es menor si los padres cooperan.

2. No delegue en los niños y adolescentes la toma de decisiones esenciales.

3. Intente racionalizar la situación. Evite dejarse llevar por los sentimientos.

4. Intente alcanzar un divorcio de mutuo acuerdo. Es más económico que un procedimiento contencioso y le ahorrará sufrimiento emocional y tiempo. Según el Instituto Nacional de Estadística, el 78,9% de los divorcios en España son de mutuo acuerdo.

5. Evite tratar con su cónyuge aquellas cuestiones sobre las que no se ponen de acuerdo porque acabarán discutiendo. Déjelo para su abogado. Hable únicamente de aquellas cosas sobre las que no hay discusión.

6. Trate de agilizar el trámite. Ralentizar las discusiones sobre los efectos del divorcio no conlleva ninguna ventaja. Cuanto más se alargue una situación complicada, peor.

7. Evite comparaciones con otros divorcios de parientes o conocidos. Recuerde que cada familia es un mundo, que todos los divorcios son diferentes y, en la mayoría de ocasiones, no son comparables. Recuerde que el objetivo de un buen abogado de familia es confeccionar un traje a medida para su familia huyendo de clichés o fórmulas estereotipadas.

8. Si hay patrimonio, delegue en un buen abogado de Familia que esté al tanto de la jurisprudencia más reciente. El patrimonio, principalmente la vivienda, suele ser el mayor foco de conflicto.

9. Un buen convenio regulador perdura en el tiempo y merma el conflicto. Un convenio regulador es el documento en el que los cónyuges acuerdan las consecuencias personales y patrimoniales de una separación o divorcio. Su contenido se pacta de mutuo acuerdo y es de obligado cumplimiento después de la ruptura matrimonial.

10 En todo caso, recurra a un buen abogado especializado en Derecho de Familia con habilidades multidisciplinares. Le ahorrará sufrimiento emocional y tiempo. A la larga será más económico.

La AEAFA celebra los próximos días 2 y 3 de julio su congreso anual, las XXVIII Jornadas Centrales de Derecho de Familia, y prestará en él una especial atención al 40 aniversario de la Ley del Divorcio.

La presidenta de AEAFA, María Dolores Lozano, valora el impacto de la Ley de 1981 y las normas posteriores que vinieron a complementarla.

Recuerda que “hasta la Ley 15/2005 de 8 de julio, el acceso a la separación y divorcio era causal, y su concesión giraba en torno a la culpa».

«No bastaba la mera voluntad de los cónyuges (salvo en los procesos de mutuo acuerdo, una vez transcurrido el primer año desde la celebración del matrimonio). El cónyuge inocente que pretendía separarse judicialmente debía culpabilizar al otro de la autoría de alguna de  las causas previstas en el artículo 82 del Código Civil: el abandono injustificado del hogar, la infidelidad conyugal, la conducta injuriosa o vejatoria  o  cualquier  otra  violación  grave  o  reiterada  de  los  deberes  conyugales, la  condena  a  pena  de  privación  de  libertad  superior  a  seis  años,  el alcoholismo, la  toxicomanía  o las  perturbaciones mentales,  siempre  que afectasen al interés de la familia”, señala Lozano.

Destaca que por este motivo fue tan relevante la Ley 15/2005, de 8 de julio, que suprimió las causas legales de separación y divorcio en España, convirtiendo a nuestro país el único de Europa con acceso directo al divorcio, sin exigir la previa separación judicial y sin causa culpabilística.

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